Ecocidio en Ucrania: Kiev acusa a Rusia de destruir la represa de Nova Kajovka
La represa Kajovka en Ucrania quedó totalmente destruida. Kiev acusa a Rusia de causar una emergencia ambiental, además de una amenaza nuclear.
La presidencia ucraniana acusó este martes a Rusia de haber destruido por la noche la represa hidroeléctrica de Kajovka en la región de Jersón (sur) para inundar la zona y frenar la ofensiva ucraniana, lo que se traduce en un ecocidio, una gran destrucción ambiental.
“El objetivo de los terroristas es evidente: crear obstáculos para las acciones ofensivas de las fuerzas armadas” ucranianas, estimó Myjailo Podoliak, consejero de la presidencia, en un mensaje enviado a periodistas. Rusia, de su lado, acusa a Ucrania de haber atacado la represa y haberla destruido de manera parcial.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo que esta “brutalidad”ha provocado la evacuación de civiles.
“La destrucción de la represa Kajovka hoy pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños ambientales. Este es un acto escandaloso, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”, apuntó Stoltenberg en Twitter.
Poco antes, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, había asegurado en un tuit que Rusia rendirá cuentas por la destrucción de la represa.
“Estoy consternado por el ataque sin precedentes a la represa de Kajovka. La destrucción de infraestructura civil es claramente un crimen de guerra, y haremos que Rusia y sus representantes rindan cuentas”, señaló.
El alcalde del municipio de Nova Kajovka, Vladimir Leontiev, afirmó en la red Telegram que “múltiples ataques alcanzaron la represa de Kajovka” y que esas acciones provocaron un “flujo de agua incontrolable”.
Según Kiev, “unas 16.000 personas se encuentran en zona crítica”, amenazada de inundación, mientras que Moscú estimó que 14 localidades, en las que residen “más de 22.000 personas”, se encuentran en dicha situación, si bien el panorama está “enteramente bajo control”.
La destrucción de la represa provocó el vertido de “150 toneladas de aceite de motor” en el río Dniéper, por lo que hay un gran riesgo medioambiental.
“Existe igualmente un riesgo de nuevas fugas de aceite, lo que tiene un impacto negativo en el medioambiente”, dijo en Telegram Daria Zarivna, consejera de prensa del jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak.
En un comunicado previo, la presidencia ucraniana cifró este “riesgo de fuga adicional” en “más de 300 toneladas”.
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¿Por qué es tan importante la represa de Nova Kajovka?
La represa de Kajovka, que Kiev y Moscú se acusan mutuamente de haber destruido este martes, es una infraestructura clave del sur de Ucrania, que abastece de agua a la península de Crimea, anexionada por Rusia.
Tanto la represa como la central hidroeléctrica fueron tomadas por las tropas rusas al inicio de la invasión de Ucrania, lanzada el 24 de febrero de 2022.
La represa, sobre el río Dniéper y a 150 km de la central nuclear de Zaporiyia, se encuentra ahora en la línea de frente entre las regiones controladas por Moscú y el resto de Ucrania, justo cuando las tropas de Kiev no dejan de poner a prueba las defensas rusas de cara a una gran contraofensiva.
El dique de la presa, hecho de hormigón y tierra, tiene 16 metros de altura y 3.273 metros de longitud. Es una de las mayores infraestructuras de este tipo en Ucrania.
La potencia de la central hidroeléctrica es de 334,8 megavatios, según la operadora ucraniana, Ukrgidroenergo.
Construida en 1956 durante la época soviética, la represa hidroeléctrica de Kajovka permite enviar agua al canal de Crimea del Norte, que arranca en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, ocupada y anexionada por Moscú desde 2014.
Río arriba de la estructura se encuentra el embalse de Kajovka, un depósito de agua artificial formado en el río Dniéper, de 240 km de largo y hasta 23 km de ancho.
La destrucción de la represa podría causar importantes dificultades en el abastecimiento de agua de Crimea, un territorio que Kiev quiere recuperar.
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Peligro nuclear
Ucrania, que en 1986 sufrió la devastadora catástrofe nuclear de Chernóbil, dio la voz de alarma.
“El mundo se encuentra de nuevo al borde de una catástrofe nuclear, porque la central nuclear de Zaporiyia perdió su fuente de refrigeración. Y este peligro crece ahora rápidamente”, declaró el asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak.
En el mismo sentido, el operador nuclear ucraniano, Energoatom, dijo que el nivel de agua de la represa de Kajovka está “disminuyendo rápidamente, lo que supone una amenaza adicional para la central nuclear de Zaporiyia, ocupada temporalmente”.
La destrucción parcial de la represa se produce en medio de crecientes especulaciones sobre una inminente contraofensiva de Ucrania, que no ha dado información.
El lunes, el presidente Zelenski elogió a sus tropas por los avances reivindicados cerca de la devastada ciudad de Bajmut, mientras que Rusia dijo que había repelido un ataque a gran escala.
En octubre, Ucrania ya acusó a Rusia de minar la represa mientras se libraban combates en sus inmediaciones, cuando tenía lugar la última gran ofensiva de las fuerzas ucranianas, algo que Moscú niega.
La represa de Kajovka, construida en la década de 1950, en plena la época soviética, tiene un valor estratégico, ya que suministra agua al Canal de Crimea del Norte, que nace en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, bajo control ruso desde 2014.
Por último, este ataque ha reavivado el odio en el territorio ucraniano hacia los rusos. “Un buen ruso es un ruso muerto”, dice Viktor, un residente de Jersón, la ciudad del sur de Ucrania que teme inundaciones tras la destrucción parcial de una represa a 80 kilómetros de distancia, en una zona ocupada por los rusos.
Para los habitantes de Jersón, que en noviembre fueron liberados de la ocupación rusa después de una contraofensiva ucraniana, si su ciudad está ahora amenazada por las aguas, solo hay un culpable: Rusia.
“La inundación está justo ahí, frente a nuestros ojos. Nadie sabe lo que puede pasar de ahora en adelante. Un buen ruso es un ruso muerto, no puedo decir nada más”, afirma Viktor en ruso, llevando una gorra y gafas, bajo un sol de verano.
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La presidencia ucraniana acusó este martes a Rusia de haber destruido por la noche la represa hidroeléctrica de Kajovka en la región de Jersón (sur) para inundar la zona y frenar la ofensiva ucraniana, lo que se traduce en un ecocidio, una gran destrucción ambiental.
“El objetivo de los terroristas es evidente: crear obstáculos para las acciones ofensivas de las fuerzas armadas” ucranianas, estimó Myjailo Podoliak, consejero de la presidencia, en un mensaje enviado a periodistas. Rusia, de su lado, acusa a Ucrania de haber atacado la represa y haberla destruido de manera parcial.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo que esta “brutalidad”ha provocado la evacuación de civiles.
“La destrucción de la represa Kajovka hoy pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños ambientales. Este es un acto escandaloso, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”, apuntó Stoltenberg en Twitter.
Poco antes, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, había asegurado en un tuit que Rusia rendirá cuentas por la destrucción de la represa.
“Estoy consternado por el ataque sin precedentes a la represa de Kajovka. La destrucción de infraestructura civil es claramente un crimen de guerra, y haremos que Rusia y sus representantes rindan cuentas”, señaló.
El alcalde del municipio de Nova Kajovka, Vladimir Leontiev, afirmó en la red Telegram que “múltiples ataques alcanzaron la represa de Kajovka” y que esas acciones provocaron un “flujo de agua incontrolable”.
Según Kiev, “unas 16.000 personas se encuentran en zona crítica”, amenazada de inundación, mientras que Moscú estimó que 14 localidades, en las que residen “más de 22.000 personas”, se encuentran en dicha situación, si bien el panorama está “enteramente bajo control”.
La destrucción de la represa provocó el vertido de “150 toneladas de aceite de motor” en el río Dniéper, por lo que hay un gran riesgo medioambiental.
“Existe igualmente un riesgo de nuevas fugas de aceite, lo que tiene un impacto negativo en el medioambiente”, dijo en Telegram Daria Zarivna, consejera de prensa del jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak.
En un comunicado previo, la presidencia ucraniana cifró este “riesgo de fuga adicional” en “más de 300 toneladas”.
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La represa de Kajovka, que Kiev y Moscú se acusan mutuamente de haber destruido este martes, es una infraestructura clave del sur de Ucrania, que abastece de agua a la península de Crimea, anexionada por Rusia.
Tanto la represa como la central hidroeléctrica fueron tomadas por las tropas rusas al inicio de la invasión de Ucrania, lanzada el 24 de febrero de 2022.
La represa, sobre el río Dniéper y a 150 km de la central nuclear de Zaporiyia, se encuentra ahora en la línea de frente entre las regiones controladas por Moscú y el resto de Ucrania, justo cuando las tropas de Kiev no dejan de poner a prueba las defensas rusas de cara a una gran contraofensiva.
El dique de la presa, hecho de hormigón y tierra, tiene 16 metros de altura y 3.273 metros de longitud. Es una de las mayores infraestructuras de este tipo en Ucrania.
La potencia de la central hidroeléctrica es de 334,8 megavatios, según la operadora ucraniana, Ukrgidroenergo.
Construida en 1956 durante la época soviética, la represa hidroeléctrica de Kajovka permite enviar agua al canal de Crimea del Norte, que arranca en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, ocupada y anexionada por Moscú desde 2014.
Río arriba de la estructura se encuentra el embalse de Kajovka, un depósito de agua artificial formado en el río Dniéper, de 240 km de largo y hasta 23 km de ancho.
La destrucción de la represa podría causar importantes dificultades en el abastecimiento de agua de Crimea, un territorio que Kiev quiere recuperar.
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Peligro nuclear
Ucrania, que en 1986 sufrió la devastadora catástrofe nuclear de Chernóbil, dio la voz de alarma.
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En el mismo sentido, el operador nuclear ucraniano, Energoatom, dijo que el nivel de agua de la represa de Kajovka está “disminuyendo rápidamente, lo que supone una amenaza adicional para la central nuclear de Zaporiyia, ocupada temporalmente”.
La destrucción parcial de la represa se produce en medio de crecientes especulaciones sobre una inminente contraofensiva de Ucrania, que no ha dado información.
El lunes, el presidente Zelenski elogió a sus tropas por los avances reivindicados cerca de la devastada ciudad de Bajmut, mientras que Rusia dijo que había repelido un ataque a gran escala.
En octubre, Ucrania ya acusó a Rusia de minar la represa mientras se libraban combates en sus inmediaciones, cuando tenía lugar la última gran ofensiva de las fuerzas ucranianas, algo que Moscú niega.
La represa de Kajovka, construida en la década de 1950, en plena la época soviética, tiene un valor estratégico, ya que suministra agua al Canal de Crimea del Norte, que nace en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, bajo control ruso desde 2014.
Por último, este ataque ha reavivado el odio en el territorio ucraniano hacia los rusos. “Un buen ruso es un ruso muerto”, dice Viktor, un residente de Jersón, la ciudad del sur de Ucrania que teme inundaciones tras la destrucción parcial de una represa a 80 kilómetros de distancia, en una zona ocupada por los rusos.
Para los habitantes de Jersón, que en noviembre fueron liberados de la ocupación rusa después de una contraofensiva ucraniana, si su ciudad está ahora amenazada por las aguas, solo hay un culpable: Rusia.
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