Fotografías del archivo personal de Cloe como legionaria en la guerra de Ucrania.
Foto: Dahian Cifuentes
De alguna manera, Cloe puede decir que, sin haber muerto, pertenece al club de los 27, pues a esa edad la vida le dio las vueltas que nunca imaginó. De chica, en Garagoa, Boyacá, soñaba con el mundo de las motos. Quería manejarlas, tenerlas, arreglarlas, hacerlas rugir. Su corazón era una especie de motor cuyo único anhelo era el de la velocidad. Y le transmitió esa pasión a su pequeña hija, también Cloe, que murió a sus tempranos cuatro años después de batallar contra un cáncer. Cloe hija era un referente de la lucha que miles de niños...