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El atacante armado que abrió fuego en la Universidad Carolina de Praga el jueves mató a 13 personas y después se suicidó, informaron este viernes las autoridades checas, que revisaron a la baja la cifra de víctimas, tras un balance anterior de 14 fallecidos.
“Tenemos la identidad de los 14 muertos. Son 13 víctimas del hombre armado loco y el propio atacante”, indicó el ministro del Interior, Vit Rakusan, a la televisión pública. Por su parte, la Policía informó este viernes que el atacante se suicidó, después de que el jueves las autoridades anunciaran que el autor de la masacre fue abatido.
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El ataque tuvo lugar en la facultad de artes de la Universidad Carolina, situada en el centro histórico de la ciudad. Este viernes, en la entrada del edificio, un memorial con cientos de velas, en homenaje a los fallecidos, recuerda la tragedia, que provocó caos y conmoción en el campus.
Tras el ataque, Rakusan afirmó el jueves que “no hay ningún indicio de que este crimen tenga relación alguna con el terrorismo internacional”. El Gobierno declaró el sábado como un día de luto nacional y las banderas de los edificios públicos van a ondear a media asta; pidió, además, que la población guarde un minuto de silencio a mediodía.
El estudiante también era buscado por el asesinato de su papá
La Policía confirmó el jueves que el estudiante, identificado como David K, de 24 años, debía asistir a una conferencia en la universidad a las 2:00 p. m. y que portaba un arma de forma legal. Pasadas las 3:00 p. m., Vondrášek recibió información acerca de que el cuerpo de él yacía en una cornisa del edificio. Dijo, además, que el sospechoso había sufrido “heridas devastadoras”, pero no estaba claro de inmediato si se había suicidado. Ahora bien, recientemente se supo que a través de Telegram, con un usuario creado el 9 de diciembre, lanzó amenazas e incluso dijo que se mataría. Él, antes del tiroteo, ya era buscado por las autoridades, tras haber encontrado muerto a su padre en el pueblo de Hostoun, al oeste de la capital checa.
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A través de X, antes Twitter, el presidente checo, Petr Pavel, escribió: “Estoy conmocionado por estos acontecimientos (...) Quisiera expresar mi profundo lamento y mi sincero pésame a las familias y a los allegados de las víctimas del tiroteo”. En paralelo, el alcalde de Praga, Bohuslav Svoboda, aseguró ante la televisión checa: “Siempre pensamos que esto era algo que no nos concernía. Ahora resulta que, lamentablemente, nuestro mundo también está cambiando y aquí también surge el problema del tirador individual”.
Ahora bien, a pesar de las declaraciones del funcionario local, vale recordar que el “derecho a adquirir, poseer y portar armas de fuego” está reconocido en la legislación checa sobre armas de fuego y una enmienda constitucional fue introducida en la carta de derechos fundamentales en 2021 para garantizar legalmente “el derecho a defender la propia vida o la vida de otra persona con un arma”. La enmienda fue adoptada después de una petición firmada por 102.000 ciudadanos, que se organizó en oposición a una propuesta de la Comisión Europea para restringir la posesión de armas de fuego en toda la Unión Europea.
En 2020, había más de 307.000 propietarios legales de armas, en un país de alrededor de 10,6 millones de habitantes, y la gran mayoría de ellos citaba preocupaciones de seguridad y protección como razones para tenerlas. En un ataque en febrero de 2015, un hombre de 63 años usó dos armas para matar a tiros a ocho personas en un restaurante en la ciudad oriental de Uhresky Brod, antes de suicidarse. Al igual que en el tiroteo de Praga, él poseía legalmente ambas armas de fuego.
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