El gobierno alemán, al borde del colapso: ¿qué está pasando?
El canciller alemán despidió anoche a su ministro de Finanzas, dejando al gobierno de la mayor economía de Europa al borde del colapso. ¿Por qué ocurrió esto? ¿Y qué sigue para Alemania?
Céline Elber
La noche del miércoles 6 de noviembre, el canciller Olaf Scholz destituyó al ministro de Finanzas liberal, Christian Lindner. Este “divorcio” se debió a disputas persistentes durante meses. Es un terremoto político que anuncia una reconfiguración política inminente en Alemania.
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La noche del miércoles 6 de noviembre, el canciller Olaf Scholz destituyó al ministro de Finanzas liberal, Christian Lindner. Este “divorcio” se debió a disputas persistentes durante meses. Es un terremoto político que anuncia una reconfiguración política inminente en Alemania.
El gobierno alemán es lo que se llama un “gobierno de coalición.” Es decir, varios partidos se unen para formar un gobierno cuando ninguno de ellos obtiene la mayoría de escaños en el Bundestag (el parlamento alemán) para gobernar en solitario. Los partidos que componen la coalición elaboran un acuerdo, o contrato de coalición, en el que definen sus objetivos comunes, prioridades y pautas de cooperación.
Existen distintos tipos de coaliciones en Alemania, que suelen nombrarse en función de los colores representativos de los partidos que las conforman. Hace tres años se formó en el país una “coalición semáforo”. En esta coalición participan el SPD (Partido Socialdemócrata), representado por el color rojo; el FDP (Partido Democrático Libre), cuyo color es el amarillo; y los Verdes, un partido ecologista, identificado con el color verde.
La ruptura de la coalición
El problema de fondo de esta coalición: las convicciones políticas básicas de estos tres partidos nunca llegaron a encajar. El SPD y los Verdes son partidos de centro-izquierda que creen en un Estado fuerte y en la inversión en políticas sociales y protección climática. El FDP, en cambio, es de corte liberal y promueve un Estado mínimo que intervenga solo en casos excepcionales, abogando por la austeridad fiscal.
Aun así, la alianza pareció funcionar bien al principio. Los líderes de los Verdes, Annalena Baerbock y Robert Habeck, y el líder del FDP, Christian Lindner, buscaron terreno común. Al presentar el acuerdo de coalición, dijeron que las negociaciones entre perspectivas tan diferentes habían sido “enriquecedoras” y que “los opuestos podían complementarse.”
Sin embargo, las tensiones en la coalición fueron aumentando y se hicieron cada vez más públicas. La primera gran fractura ocurrió cuando Lindner propuso en los medios un descuento para la gasolina y el diésel para amortiguar el alza de precios, una idea que tomó por sorpresa a los Verdes y provocó su airada reacción en público.
A partir de ese momento, el tono cambió y se tornó cada vez más áspero. Ya fuera sobre leyes para convertir los sistemas de calefacción a energías renovables, la nueva renta ciudadana, el freno a la deuda o la reforma de las leyes de inmigración, las rivalidades surgían en casi cada tema.
Luego, en septiembre de 2024, hubo elecciones regionales en el este de Alemania. Los resultados fueron catastróficos. Nunca antes los partidos que gobiernan a nivel federal habían tenido tan bajo desempeño a nivel estatal, como fue el caso del SPD, los Verdes y el FDP en Turingia y Sajonia. El FDP ni siquiera logró representación en los parlamentos estatales.
El fin definitivo
Con la destitución de Lindner como ministro de Finanzas, se produjo la ruptura definitiva. “Demasiadas veces el ministro Lindner ha bloqueado leyes sin fundamento real”, declaró el canciller Scholz el miércoles por la noche. “Demasiadas veces ha actuado con mezquindad y partidismo. Demasiadas veces ha roto mi confianza”. Según Scholz, ya no había una base de confianza para seguir trabajando juntos: “Así no es posible realizar un trabajo serio de gobierno”.
Lindner rechazó las críticas y acusó a Scholz de haber orquestado la ruptura de la coalición a propósito: “Su discurso cuidadosamente preparado muestra que Olaf Scholz ya no estaba interesado en una solución común, sino en romper la coalición”, declaró Lindner.
¿Qué sigue?
Sin el FDP, Alemania se encuentra ahora con un gobierno minoritario. Scholz deberá gobernar sin una mayoría estable en el parlamento mientras quedan sin resolver importantes desafíos económicos y sociales. La coalición minoritaria de SPD y Verdes se considera solo una medida temporal, aunque su duración es incierta. La situación será difícil, pues tendrán que buscar acuerdos con partidos de la oposición para cada decisión. Esto podría ser especialmente problemático en temas de política financiera y económica.
En enero, el canciller tiene previsto someter una moción de confianza en el Bundestag y permitir que se decida una elección anticipada. La votación en el Bundestag está programada para el 15 de enero. Si no recibe el apoyo de la mayoría, se convocarían nuevas elecciones antes de finales de marzo. La elección ordinaria estaba prevista para septiembre de 2025.
Pero la mañana del jueves, Merz, quien se perfila como el próximo líder del país, rechazó ese calendario, afirmando que “no hay absolutamente ninguna razón para retrasar la votación de confianza hasta enero”.
¿Por qué ahora?
La ruptura de la coalición coincidió con el anuncio de la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, y según varios informes, ambos eventos están relacionados.
Alemania se enfrenta a un gran reto tras la elección de Trump. Su victoria pone en cuestión muchos de los planes previos del gobierno. La política comercial proteccionista de Trump podría imponer mayores aranceles a las exportaciones alemanas, lo que agravaría aún más la economía alemana. Además, será necesario renegociar asuntos relacionados con el apoyo a Ucrania y la OTAN.
Con elecciones regulares en otoño, Alemania podría quedar atrapada en una campaña durante el verano y encontrarse paralizada justo cuando Trump comience a tomar decisiones clave en política de seguridad, economía y comercio.
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