El jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, está en Rusia, según el presidente bielorruso
Según Lukashenko, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”. Poco después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró: “No seguimos sus movimientos”.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aseguró el jueves que el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, está en Rusia, el mismo día que un bombardeo ruso dejó cuatro muertos en la ciudad ucraniana de Leópolis.
Lukashenko fue el mediador del acuerdo que puso fin a la revuelta de Prigozhin en Rusia, el desafío más serio en décadas al gobierno del presidente Vladimir Putin. Ese pacto incluía que el mercenario se exiliara a Bielorrusa, lo que todavía no sería el caso. “En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú, o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, dijo el presidente bielorruso en una rueda de prensa con medios extranjeros en Minsk.
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Según él, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”. Poco después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró: “No seguimos sus movimientos”.
Según el acuerdo alcanzado con el Kremlin, tras la mediación de Lukashenko y que puso fin a la rebelión del grupo Wagner del 24 de junio, Prigozhin debía exiliarse en Bielorrusia, un país aliado y vecino de Rusia. El presidente ruso, Vladimir Putin, que denunció entonces a Prigozhin como “traidor”, dio a los combatientes de Wagner la opción de unirse al Ejército regular, irse a Bielorrusia o regresar a la vida civil.
Lukashenko anunció el 27 de junio que Prigozhin había llegado a Bielorrusia y había convencido al Putin de que no lo matara. “Sé con certeza que está en libertad”, dijo Lukashenko el jueves, afirmando haber tenido una conversación telefónica “ayer” con él, quien le aseguró que continuaría “trabajando para Rusia”.
El presidente bielorruso aseguró también que la cuestión de la “reubicación” de Wagner en Bielorrusia “no está resuelta”, al tiempo que dijo estar convencido de que el grupo paramilitar ruso no se rebelará ni usará sus armas contra Minsk.
Tras su motín de 24 horas que sacudió el Kremlin, Prigozhin aseguró que no quería tomar el poder, sino proteger a Wagner del riesgo de ser desmantelado por el Estado mayor ruso, al que acusa de incompetencia en el conflicto de Ucrania.
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Misiles contra Leópolis
En Ucrania, la guerra sigue y Leópolis fue blanco de una ola de misiles rusos durante la noche, que dañaron más de 30 edificios, según las autoridades locales. El ataque golpeó varios edificios de esta ciudad del oeste de Ucrania, cercana a Polonia, y dejó cuatro muertos y 37 heridos.
“Este es el ataque más destructivo contra la población civil de la región de Leópolis desde el comienzo de la guerra”, señaló en Telegram el jefe de la administración militar regional, Maksym Kozytsky. “Me desperté por la primera explosión, pero no tuvimos tiempo de salir del apartamento. Hubo una segunda explosión, el techo comenzó a caer”, dijo a la AFP Olya, una residente.
En la central nuclear de Zaporiyia (sur), la más grande de Europa y que está en manos de los rusos desde marzo de 2022, las tensiones están “disminuyendo”, dijo Nataliya Gumenyuk, una portavoz del Ejército ucraniano. Ambas partes se acusaron mutuamente esta semana de planear ataques en la planta.
Casi un mes después del inicio de la contraofensiva ucraniana, el Estado mayor anunció avances “en algunos lugares” alrededor de la devastada ciudad de Bajmut. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski critica la lentitud de las entregas de armas occidentales, que según él ha permitido a Rusia fortalecer sus defensas en las zonas ocupadas. En particular, Ucrania exige aviones de combate F-16 y municiones de artillería para hacer frente a la superioridad aérea y la avalancha de fuego ruso en el frente.
Zelenski llegó a Bulgaria este jueves, donde se reunirá con el primer ministro Nikolai Denkov y el presidente Rumen Radev, antes de una importante cumbre de la OTAN en Vilnius (Lituania), el 11 y 12 de julio. El objetivo de la visita es acelerar las entregas de armas ligeras y de municiones soviéticas, cruciales para la contraofensiva ucraniana en curso. Según la Presidencia rusa, la visita ilustra el deseo de Kiev de involucrar a “más países” en el conflicto, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
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El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aseguró el jueves que el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, está en Rusia, el mismo día que un bombardeo ruso dejó cuatro muertos en la ciudad ucraniana de Leópolis.
Lukashenko fue el mediador del acuerdo que puso fin a la revuelta de Prigozhin en Rusia, el desafío más serio en décadas al gobierno del presidente Vladimir Putin. Ese pacto incluía que el mercenario se exiliara a Bielorrusa, lo que todavía no sería el caso. “En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú, o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, dijo el presidente bielorruso en una rueda de prensa con medios extranjeros en Minsk.
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Según él, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”. Poco después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró: “No seguimos sus movimientos”.
Según el acuerdo alcanzado con el Kremlin, tras la mediación de Lukashenko y que puso fin a la rebelión del grupo Wagner del 24 de junio, Prigozhin debía exiliarse en Bielorrusia, un país aliado y vecino de Rusia. El presidente ruso, Vladimir Putin, que denunció entonces a Prigozhin como “traidor”, dio a los combatientes de Wagner la opción de unirse al Ejército regular, irse a Bielorrusia o regresar a la vida civil.
Lukashenko anunció el 27 de junio que Prigozhin había llegado a Bielorrusia y había convencido al Putin de que no lo matara. “Sé con certeza que está en libertad”, dijo Lukashenko el jueves, afirmando haber tenido una conversación telefónica “ayer” con él, quien le aseguró que continuaría “trabajando para Rusia”.
El presidente bielorruso aseguró también que la cuestión de la “reubicación” de Wagner en Bielorrusia “no está resuelta”, al tiempo que dijo estar convencido de que el grupo paramilitar ruso no se rebelará ni usará sus armas contra Minsk.
Tras su motín de 24 horas que sacudió el Kremlin, Prigozhin aseguró que no quería tomar el poder, sino proteger a Wagner del riesgo de ser desmantelado por el Estado mayor ruso, al que acusa de incompetencia en el conflicto de Ucrania.
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Misiles contra Leópolis
En Ucrania, la guerra sigue y Leópolis fue blanco de una ola de misiles rusos durante la noche, que dañaron más de 30 edificios, según las autoridades locales. El ataque golpeó varios edificios de esta ciudad del oeste de Ucrania, cercana a Polonia, y dejó cuatro muertos y 37 heridos.
“Este es el ataque más destructivo contra la población civil de la región de Leópolis desde el comienzo de la guerra”, señaló en Telegram el jefe de la administración militar regional, Maksym Kozytsky. “Me desperté por la primera explosión, pero no tuvimos tiempo de salir del apartamento. Hubo una segunda explosión, el techo comenzó a caer”, dijo a la AFP Olya, una residente.
En la central nuclear de Zaporiyia (sur), la más grande de Europa y que está en manos de los rusos desde marzo de 2022, las tensiones están “disminuyendo”, dijo Nataliya Gumenyuk, una portavoz del Ejército ucraniano. Ambas partes se acusaron mutuamente esta semana de planear ataques en la planta.
Casi un mes después del inicio de la contraofensiva ucraniana, el Estado mayor anunció avances “en algunos lugares” alrededor de la devastada ciudad de Bajmut. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski critica la lentitud de las entregas de armas occidentales, que según él ha permitido a Rusia fortalecer sus defensas en las zonas ocupadas. En particular, Ucrania exige aviones de combate F-16 y municiones de artillería para hacer frente a la superioridad aérea y la avalancha de fuego ruso en el frente.
Zelenski llegó a Bulgaria este jueves, donde se reunirá con el primer ministro Nikolai Denkov y el presidente Rumen Radev, antes de una importante cumbre de la OTAN en Vilnius (Lituania), el 11 y 12 de julio. El objetivo de la visita es acelerar las entregas de armas ligeras y de municiones soviéticas, cruciales para la contraofensiva ucraniana en curso. Según la Presidencia rusa, la visita ilustra el deseo de Kiev de involucrar a “más países” en el conflicto, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
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