El nuevo Pacto de Migración de la UE: ¿mejorará o empeorará todo?
Tras años de negociaciones, la Unión Europea alcanzó un acuerdo sobre nuevas reglas migratorias. Aún falta ratificarlo, pero ya ha recibido duras críticas por los modelos que propone.
Camilo Gómez Forero
De un lado de la sala hubo júbilo. Personalidades como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, o Ylva Johansson, comisaria de Asuntos Internos de la Unión Europea (UE), entre muchas otras, celebraron lo que parecía inalcanzable. Siete años después de que la Comisión Europea propusiera una gran reforma migratoria, los Estados miembros de la UE por fin lograron un acuerdo sobre un Pacto de Migración, que contiene las nuevas reglas para quienes buscan asilo en la comunidad europea; pero al otro lado de la sala hubo frustración, dolor e incluso ira.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
De un lado de la sala hubo júbilo. Personalidades como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, o Ylva Johansson, comisaria de Asuntos Internos de la Unión Europea (UE), entre muchas otras, celebraron lo que parecía inalcanzable. Siete años después de que la Comisión Europea propusiera una gran reforma migratoria, los Estados miembros de la UE por fin lograron un acuerdo sobre un Pacto de Migración, que contiene las nuevas reglas para quienes buscan asilo en la comunidad europea; pero al otro lado de la sala hubo frustración, dolor e incluso ira.
“Es un día dramático para los derechos de las personas que buscan protección en Europa: el sueño de los populistas de la UE hecho realidad”, resumió la eurodiputada alemana Cornelia Ernst.
Las ONG calificaron el Pacto como un paso atrás. “Se llegó a un acuerdo, pero no hay nada de qué enorgullecerse. Es un día ‘histórico’ para el desmoronamiento del derecho al asilo. Este pacto significa más externalización, más detenciones, más retornos y amplias derogaciones de derechos humanos”, manifestó Sara Prestianni, directora de Euromed Rights. “Es una sentencia de muerte para los derechos de asilo y una mancha sangrienta para los derechos humanos”, dijo Sea-Watch International. Y así continúan otras ONG en avalancha, como Oxfam, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Save The Children. ¿Qué pasó? ¿Fue un acuerdo malo? ¿Empeora o mejora la situación?
Hanne Beirens y Camille Le Coz, especialistas en las políticas de asilo y migración en Europa, señalan en el Migration Policy Institute dos verdades necesarias para responder estas preguntas. La primera es que hay que reconocer que el acuerdo sí es histórico, pues se da en un contexto en el que cada Estado miembro parecía retirarse más de la idea de adoptar enfoques como comunidad, cuando el discurso antiinmigración ya no es exclusivo de la ultraderecha, sino también de sectores de la izquierda. Había que dar un golpe en la mesa en conjunto, más ahora con la victoria del antiinmigración Geert Wilders en Países Bajos, el ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), y las políticas xenófobas en Italia y Francia.
📌 Le puede interesar: EE. UU., la clave ignorada en el México violento que AMLO no ve
La otra verdad es que no se sabrá si fue un acuerdo bueno hasta que se ejecute, y hay que destacar que aún falta que sea ratificado. “La respuesta es que nadie sabe todavía si, en el espejo retrovisor, este compromiso logrado con tanto esfuerzo habrá sido un éxito o un fracaso en el avance hacia sistemas de migración y asilo más resilientes y respetuosos de los derechos. Aún quedan demasiados comodines y variables por delante para un acuerdo cuya tinta aún no está seca”, escriben las expertas.
Para ellas, lo que puede hacer que el Pacto funcione o no es “la capacidad de traducir su denso lenguaje legal en la práctica y en un sistema que sea efectivo tanto para los migrantes como para las comunidades de acogida”. Sin embargo, es acá donde se entienden las quejas de las ONG por el acuerdo alcanzado, pues en esos cientos de páginas de texto se van encontrando detalles que son alarmantes y generan inquietudes.
El acuerdo está compuesto por cinco reglamentos que cubren todo el proceso migratorio: desde la llegada a las fronteras de Europa hasta la concesión o negación del asilo. Sobre la llegada a las fronteras se encuentra el primer campanazo de alerta: considerando que Grecia, Italia y España reciben más migrantes, se estableció un mecanismo de solidaridad flexible mediante el cual 30.000 personas al año serán reubicadas en otros países de la UE.
📰 También recomendamos: El caso de Colorado contra Trump, ¿queda fuera de la carrera electoral?
Hay un enorme pero en este punto: los otros Estados miembros se pueden negar a acoger inmigrantes si contribuyen financieramente para que otro país los reciba. Así, los países más ricos podrían simplemente pagar para no recibir migrantes y que otra nación atienda cargas desafiantes como la integración socioeconómica y demás atenciones. El concepto de este modelo de “tómalos o paga” resultará interesante de estudiar cuando se ponga en práctica. Genera preguntas acerca de si este sistema reproducirá las desigualdades en la región e incluso en otros países fuera del continente.
Paralelo al pacto, la UE parece redoblar también la externalización de fronteras para abordar la migración; es decir, el traslado de la responsabilidad de recibir y acoger migrantes a otros países como Túnez o Libia. Lo han llamado una “asociación global” mediante la cual estas naciones pobres asumen las cargas de estos fenómenos a cambio de dinero o incluso préstamos. En los últimos meses, a la par de las negociaciones en Bruselas, la Comisión Europea hablaba con Túnez para una asociación en un “memorando de entendimiento” por la que el país africano se encargaría de atajar la migración irregular.
Dichos modelos, como el que también busca Reino Unido con Ruanda para llevar a los solicitantes de asilo que llegan a Europa a África, generan otras preguntas: ¿cambiar personas por dinero se podría interpretar como tráfico humano? ¿No genera una eterna dependencia de los países pobres hacia los ricos? ¿Dónde quedan los principios de garantizar el derecho de asilo de los países de la UE?
Otro aspecto preocupante del documento es que respalda la detención de facto de las personas de todas las edades en las fronteras. También se rebajó la edad para ser sometido al procedimiento de identificación policial de 12 a seis años, por lo que hay temores de que los menores queden más desprotegidos. Y se contempla la creación de centros adonde irán retenidos aquellos migrantes que las autoridades consideran que no cumplen con los requisitos para solicitar asilo.
Este es quizás el aspecto más polémico: habrá una investigación acelerada de solicitantes a través de un sistema que intentará filtrar a quienes necesitan protección internacional de los que, según las autoridades, no la necesitan. En palabras menos técnicas: habrá una división en dos grupos de migrantes: a un lado están aquellos solicitantes que las autoridades consideran que cumplen con los requisitos para el proceso y del otro los que no. Se analizarán elementos como el estado de salud, la situación de vulnerabilidad y el país de procedencia del solicitante; si proviene de una nación donde más del 80 % de los casos son rechazados, como India o Turquía, el solicitante tiene menos posibilidades de entrar al primer grupo.
Como dice Federica Toscano, líder de migración de Save the Children Europa, “las numerosas declaraciones de éxito que escuchamos de los políticos pretenden ignorar que este Pacto no proporciona ninguna solución efectiva y viable a los desafíos actuales que enfrentamos en la gestión de la migración en Europa”. En el papel, el “pacto histórico” acordado el miércoles no plantea soluciones duraderas a la migración hacia Europa. Eso sí, como apunta Amily Wigens, directora para la Unión Europea de One Campaign, “este acuerdo marcaría un punto de inflexión para la Europa global, ya que otras partes del mundo tendrían que pagar la factura de las prioridades migratorias de la UE”.
No debería ser sorpresa que, al ver más barreras para acceder al continente europeo, los migrantes de África y Asia busquen otras rutas, inciertas o incluso más peligrosas, para llegar al norte global. Es una realidad que ya estamos afrontando. Cabe destacar que esta semana se reveló que unas 70 personas provenientes de África están varadas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, con el objetivo de llegar a Norteamérica. Esta ruta migratoria, que muchas veces empieza en Brasil, ha tenido momentos en los que causa revuelo. En julio de este año se difundió una foto impactante de cuatro migrantes nigerianos que llegaron a Brasil escondidos en el timón de un barco por 13 días. A pesar de esto, las autoridades no han hablado del fenómeno. Desde 2015, Panamá ha registrado más de 100.000 migrantes extracontinentales procedentes de al menos 60 países africanos y asiáticos, según Human Rights Watch. Si el pacto europeo se ratifica, esta será la próxima encrucijada que deberá abordar el continente americano.
📝 Sugerimos: Canadá abrió nuevo programa de residencia permanente: ¿cómo funciona?
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.