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El papa Francisco ha modificado algunos de los ritos del funeral de los papas para “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”, según el pontífice.
Así se lee en la nueva edición del “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, hecha pública hoy, 20 de noviembre, que regula el funeral de un pontífice y fue aprobada el 29 de abril de 2024 con los nuevos deseos del papa Francisco, que recibió el primer ejemplar del volumen impreso el pasado 4 de noviembre.
Entre las novedades introducidas están la simplificación de los títulos pontificios, la constatación de la muerte no en la habitación sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición a los fieles sin el catafalco y la eliminación de los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble.
Otro cambio “es la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana”, como ya adelantó Francisco, que quiere ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma.
El rito renovado debía subrayar aún más que las exequias del Romano Pontífice “son las de un pastor y discípulo de Cristo, y no las de un poderoso de este mundo”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, según recogió la agencia de noticias italiana Ansa.
Así se verán los cambios.
Las tres “estaciones” del funeral de los papas
Aunque se conservaron las tres “estaciones” clásicas (la de la casa del difunto, la de la basílica vaticana y la de la sepultura), se aplicaron unos cambios.
Según Ravelli, “la estructura interna de las Estaciones y los textos han sido revisados a la luz de la experiencia adquirida con las exequias de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, de las actuales sensibilidades teológicas y eclesiales, y de los libros litúrgicos recientemente renovados”.
La primera estación “en la casa del difunto” incluye las novedades de la constatación de la muerte en su capilla privada, en lugar de en la cámara, y la deposición del cuerpo en el ataúd de madera simple y en el ataúd interior de zinc, antes de ser trasladado a la Basílica.
El primer traslado al Palacio Apostólico fue eliminado.
Para la segunda estación, “en la basílica vaticana”, ahora se contempla un único traslado a San Pedro, el cierre del ataúd y la misa de exequias. El cuerpo del Papa difunto se expondrá directamente en el ataúd y “ya no en un féretro (ataúd) alto”.
Por último, la tercera estación “en la sepultura” incluye el traslado del ataúd a la tumba y el entierro.
Esta estación, explicó Ravelli, “ha sufrido una importante racionalización debido a la eliminación de la colocación y cierre del féretro de ciprés en un segundo de plomo y un tercero de roble u otra madera”.
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