Sánchez designó nueva ayuda de US$4.000 millones para los afectados en Valencia
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, designó una nueva ayuda para Valencia (este de España) por unos US$4.000 millones para los damnificados. Los españoles critican fuertemente la gestión de las autoridades ante el desastre.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció el lunes 11 de noviembre la adopción de un nuevo paquete de medidas de ayuda para los afectados por las mortíferas inundaciones del 29 de octubre en la región de Valencia (este), por un monto adicional de casi 3.800 millones de euros (unos US$4.000 millones)
El ejecutivo ya había anunciado la semana pasada un primer plan de ayuda de 10.600 millones de euros (unos US$11.300 millones de dólares) para hacer frente a esta catástrofe que dejó más de 220 fallecidos.
“El gobierno de España está y va a estar ahí, con todos los recursos necesarios y durante todo el tiempo que haga falta”, aseguró Sánchez en rueda de prensa.
El jefe del ejecutivo progresista indicó que las medidas de apoyo se extenderán a más personas y bienes, al tiempo que los agricultores recibirán nuevas ayudas por una cantidad total de 200 millones de euros.
Sánchez comparó este plan con el desplegado por el Estado para apoyar la economía durante la pandemia de covid-19.
El primer paquete de apoyo anunciado la semana pasada comprendía ayudas directas y desgravaciones fiscales para empresas y particulares, así como para los trabajadores independientes y hogares que padecieron decesos, incapacidades o cuyo domicilio y bienes quedaron dañados.
Entre las medidas adoptadas por ahora también destacan las rebajas fiscales, un aplazamiento de los pagos hipotecarios, así como préstamos del gobierno central para los enormes trabajos de limpieza a los que tienen que hacer frente los municipios.
Miles de soldados, policías, guardias civiles y servicios de emergencia siguen reparando las infraestructuras destruidas por el lodo, repartiendo ayuda y buscando todavía decenas de personas desaparecidas tras la catástrofe.
La indignación que suscitó la criticada gestión de las autoridades, antes y después de las inundaciones, derivó en días pasados manifestaciones masivas. La más importante se celebró en la ciudad de Valencia, donde unas 130.000 personas salieron a protestar.
El servicio meteorológico nacional prevé de nuevo fuertes lluvias en la región de Valencia para esta semana. Principalmente, se registrarán fenómenos en los municipios de Roquetas de Mar, El Ejido, Vícar y Balanegra.
Las autoridades locales y regionales han aconsejado a los vecinos quedarse en sus casas, bajar la velocidad al volante si tienen que conducir, mantener la distancia de seguridad y evitar áreas con agua acumulada, así como evitar caminar por zonas bajas, sótanos, pasos subterráneos, áreas cercanas a canales y ríos, que pueden inundarse rápidamente.
Manifestaciones contra la gestión ante la emergencia
Alrededor de 130.000 personas se manifestaron el pasado sábado 9 de noviembre en la ciudad de Valencia (este), donde muchos pidieron la dimisión del presidente del gobierno regional, el derechista Carlos Mazón, pero sin ahorrar tampoco críticas al ejecutivo central del socialista Pedro Sánchez.
“El Gobierno está a lo que hay que estar. Y a lo que hay que estar es a reconstruir desde esta tragedia y a relanzar la actividad económica y social”, afirmó Sánchez en una reunión del consejo de ministros.
“Posteriormente, vendrá el debate político sobre qué cosas tenemos que mejorar ante esta emergencia climática y, sin duda alguna, ante la asunción de responsabilidades políticas, que (...) tendrán que ser sustanciadas”, agregó.
“La lección es que estamos ante una emergencia climática que nos va a exigir a todos lo mejor de nosotros mismos”, siguió Sánchez, que llamó a “escuchar y aprender de la ciencia, no denostarla y fortalecer los servicios públicos para dar una respuesta eficaz y equitativa ante catástrofes naturales”.
En España, un país muy descentralizado, la gestión de las catástrofes depende de las administraciones regionales, pero el gobierno central, que se encarga de lanzar las alertas a través de Aemet, puede facilitar recursos e incluso tomar el mando en casos extremos.
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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció el lunes 11 de noviembre la adopción de un nuevo paquete de medidas de ayuda para los afectados por las mortíferas inundaciones del 29 de octubre en la región de Valencia (este), por un monto adicional de casi 3.800 millones de euros (unos US$4.000 millones)
El ejecutivo ya había anunciado la semana pasada un primer plan de ayuda de 10.600 millones de euros (unos US$11.300 millones de dólares) para hacer frente a esta catástrofe que dejó más de 220 fallecidos.
“El gobierno de España está y va a estar ahí, con todos los recursos necesarios y durante todo el tiempo que haga falta”, aseguró Sánchez en rueda de prensa.
El jefe del ejecutivo progresista indicó que las medidas de apoyo se extenderán a más personas y bienes, al tiempo que los agricultores recibirán nuevas ayudas por una cantidad total de 200 millones de euros.
Sánchez comparó este plan con el desplegado por el Estado para apoyar la economía durante la pandemia de covid-19.
El primer paquete de apoyo anunciado la semana pasada comprendía ayudas directas y desgravaciones fiscales para empresas y particulares, así como para los trabajadores independientes y hogares que padecieron decesos, incapacidades o cuyo domicilio y bienes quedaron dañados.
Entre las medidas adoptadas por ahora también destacan las rebajas fiscales, un aplazamiento de los pagos hipotecarios, así como préstamos del gobierno central para los enormes trabajos de limpieza a los que tienen que hacer frente los municipios.
Miles de soldados, policías, guardias civiles y servicios de emergencia siguen reparando las infraestructuras destruidas por el lodo, repartiendo ayuda y buscando todavía decenas de personas desaparecidas tras la catástrofe.
La indignación que suscitó la criticada gestión de las autoridades, antes y después de las inundaciones, derivó en días pasados manifestaciones masivas. La más importante se celebró en la ciudad de Valencia, donde unas 130.000 personas salieron a protestar.
El servicio meteorológico nacional prevé de nuevo fuertes lluvias en la región de Valencia para esta semana. Principalmente, se registrarán fenómenos en los municipios de Roquetas de Mar, El Ejido, Vícar y Balanegra.
Las autoridades locales y regionales han aconsejado a los vecinos quedarse en sus casas, bajar la velocidad al volante si tienen que conducir, mantener la distancia de seguridad y evitar áreas con agua acumulada, así como evitar caminar por zonas bajas, sótanos, pasos subterráneos, áreas cercanas a canales y ríos, que pueden inundarse rápidamente.
Manifestaciones contra la gestión ante la emergencia
Alrededor de 130.000 personas se manifestaron el pasado sábado 9 de noviembre en la ciudad de Valencia (este), donde muchos pidieron la dimisión del presidente del gobierno regional, el derechista Carlos Mazón, pero sin ahorrar tampoco críticas al ejecutivo central del socialista Pedro Sánchez.
“El Gobierno está a lo que hay que estar. Y a lo que hay que estar es a reconstruir desde esta tragedia y a relanzar la actividad económica y social”, afirmó Sánchez en una reunión del consejo de ministros.
“Posteriormente, vendrá el debate político sobre qué cosas tenemos que mejorar ante esta emergencia climática y, sin duda alguna, ante la asunción de responsabilidades políticas, que (...) tendrán que ser sustanciadas”, agregó.
“La lección es que estamos ante una emergencia climática que nos va a exigir a todos lo mejor de nosotros mismos”, siguió Sánchez, que llamó a “escuchar y aprender de la ciencia, no denostarla y fortalecer los servicios públicos para dar una respuesta eficaz y equitativa ante catástrofes naturales”.
En España, un país muy descentralizado, la gestión de las catástrofes depende de las administraciones regionales, pero el gobierno central, que se encarga de lanzar las alertas a través de Aemet, puede facilitar recursos e incluso tomar el mando en casos extremos.
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