El presidente Joe Biden, devoto católico, se reunió con el papa Francisco
El papa Francisco ha sido muy crítico con algunas medidas del presidente estadounidense, como el retiro de Afganistán y la crisis migratoria. Joe Biden es el presidente más devoto en medio siglo.
El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es un devoto católico que asiste con frecuencia a misa, habla de cómo la fe católica es la base de las decisiones en su vida y en sus políticas en temas como combatir la pobreza, la desigualdad racial y ahora el cambio climático.
Este viernes fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano, en la segunda visita de un mandatario de EE. UU. al Papa; la primera fue el 2 de julio de 1963, cuando John F. Kennedy fue recibido en el Vaticano por Pablo VI, que había sido elegido apenas unos días antes, en junio de 1963.
“Los católicos conservadores han intensificado las políticas en torno al aborto y la libertad de culto durante los últimos cuatro años, pero las prioridades políticas de Biden reflejan las del papa Francisco, quien ha buscado redireccionar la atención de la Iglesia de las políticas sexuales a temas como protección al medioambiente, pobreza y migración”, analizaba Elizabeth Dias en The New York Times.
En su primer día en el cargo, Biden volvió a ingresar a Estados Unidos al Acuerdo de París, el pacto internacional para evitar el calentamiento global; puso fin a la prohibición de viaje para personas provenientes de países predominantemente musulmanes y africanos, y detuvo la construcción del muro fronterizo. Pero su respaldo de Biden al derecho al aborto causa tensión en la Iglesia católica.
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¿Por qué es clave este encuentro de Francisco con Biden? El presidente demócrata llega justo cuando en el país se lleva a cabo un duro debate por el aborto; la iglesia católica en ese país acusa al gobierno de atacar la vida, mientras se aprueban en varios estados medidas conservadoras para acabar con este derecho, consagrado desde el 22 de enero de 1973 cuando la Corte Suprema de Estados Unidos, en una decisión 7-2, afirma la legalidad del derecho de una mujer a tener un aborto bajo la Decimocuarta Enmienda a la Constitución.
La Casa Blanca comunicó, antes del encuentro, que entre los temas del encuentro estarían trabajar conjuntamente para poner fin a la pandemia de COVID-19, encarar el cambio climático y el cuidado de los pobres, temas bandera de Francisco.
Lo que se esperaba como un encuentro con el que se normalizarían las relaciones entre el Vaticano y Estados Unidos, tras las tensiones con la antigua administración de Donald Trump, sin embargo, se ha ido complicando en los últimos meses por cómo ha afrontado Biden la crisis migratoria, la salida de Afganistán -criticada por el papa- y la ofensiva de la Iglesia conservadora.
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“Con Biden, un cristianismo diferente y más liberal está en ascenso, menos enfocado en políticas sexuales y más en combatir la pobreza, el cambio climático y la desigualdad racial”, decía el periódico The New York Times. “Su llegada ocurre tras cuatro años en los que el cristianismo conservador ha reinado en la cúpula del poder estadounidense, personificado por evangélicos blancos decididos a acabar con el aborto y protegerse contra lo que ellos consideran invasiones a sus libertades”, recordaba el diario.
Excomunión a políticos proaborto
Esta audiencia se producirá solo dos semanas antes de la asamblea de otoño de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. en Baltimore que discutirá un controvertido documento sobre la Eucaristía que algunos ellos quieren aprobar para excomulgar a los políticos que están a favor del aborto legal, entre los que estarían Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Pelosi visitó el Vaticano hace unos días y se reunió con Francisco en lo que definió en sus redes sociales como “un honor personal y oficial” y denominando al papa argentino “una fuente de alegría y esperanza para los católicos y para todas las personas, que anima a cada uno de nosotros para ser buenos administradores de la Creación de Dios, a actuar sobre el clima, a abrazar al refugiado, al inmigrante y al pobre, y reconocer la dignidad y la divinidad en todos”.
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Por el momento, Francisco y el Vaticano han intentado de manera indirecta evitar lo que sería una grave fractura entre católicos.
A principios de mayo de 2021 se dio a conocer una carta del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal español Luis Francisco Ladaria, al presidente de los obispos estadounidenses, José Gómez, en la que se puntalizaba que “sería engañoso si uno da la impresión de que el aborto y la eutanasia por sí solas son las únicas cuestiones serias de la doctrina moral y social católica”.
Mientras que el papa ha reiterado con fuerza en los últimos días que el aborto para la Iglesia “es un homicidio”, fue más directo cuando en el vuelo de regreso de Eslovaquia dijo a los periodistas que le preguntaron sobre este asunto que él nunca excomulgaría a nadie y observó que “a veces los obispos no se comportan como pastores, sino que se inclinan a la política”.
Biden llegó a Roma para asistir a la cumbre del G20, que se celebrará del 30 al 31 de octubre y también mantendrá el viernes una reunión con el jefe del Gobierno italiano, Mario Draghi, para después viajar a Glasgow (Reino Unido), del 1 al 2 de noviembre, para la cumbre sobre el cambio climático COP26.
El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es un devoto católico que asiste con frecuencia a misa, habla de cómo la fe católica es la base de las decisiones en su vida y en sus políticas en temas como combatir la pobreza, la desigualdad racial y ahora el cambio climático.
Este viernes fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano, en la segunda visita de un mandatario de EE. UU. al Papa; la primera fue el 2 de julio de 1963, cuando John F. Kennedy fue recibido en el Vaticano por Pablo VI, que había sido elegido apenas unos días antes, en junio de 1963.
“Los católicos conservadores han intensificado las políticas en torno al aborto y la libertad de culto durante los últimos cuatro años, pero las prioridades políticas de Biden reflejan las del papa Francisco, quien ha buscado redireccionar la atención de la Iglesia de las políticas sexuales a temas como protección al medioambiente, pobreza y migración”, analizaba Elizabeth Dias en The New York Times.
En su primer día en el cargo, Biden volvió a ingresar a Estados Unidos al Acuerdo de París, el pacto internacional para evitar el calentamiento global; puso fin a la prohibición de viaje para personas provenientes de países predominantemente musulmanes y africanos, y detuvo la construcción del muro fronterizo. Pero su respaldo de Biden al derecho al aborto causa tensión en la Iglesia católica.
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La Casa Blanca comunicó, antes del encuentro, que entre los temas del encuentro estarían trabajar conjuntamente para poner fin a la pandemia de COVID-19, encarar el cambio climático y el cuidado de los pobres, temas bandera de Francisco.
Lo que se esperaba como un encuentro con el que se normalizarían las relaciones entre el Vaticano y Estados Unidos, tras las tensiones con la antigua administración de Donald Trump, sin embargo, se ha ido complicando en los últimos meses por cómo ha afrontado Biden la crisis migratoria, la salida de Afganistán -criticada por el papa- y la ofensiva de la Iglesia conservadora.
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Excomunión a políticos proaborto
Esta audiencia se producirá solo dos semanas antes de la asamblea de otoño de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. en Baltimore que discutirá un controvertido documento sobre la Eucaristía que algunos ellos quieren aprobar para excomulgar a los políticos que están a favor del aborto legal, entre los que estarían Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Pelosi visitó el Vaticano hace unos días y se reunió con Francisco en lo que definió en sus redes sociales como “un honor personal y oficial” y denominando al papa argentino “una fuente de alegría y esperanza para los católicos y para todas las personas, que anima a cada uno de nosotros para ser buenos administradores de la Creación de Dios, a actuar sobre el clima, a abrazar al refugiado, al inmigrante y al pobre, y reconocer la dignidad y la divinidad en todos”.
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Por el momento, Francisco y el Vaticano han intentado de manera indirecta evitar lo que sería una grave fractura entre católicos.
A principios de mayo de 2021 se dio a conocer una carta del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal español Luis Francisco Ladaria, al presidente de los obispos estadounidenses, José Gómez, en la que se puntalizaba que “sería engañoso si uno da la impresión de que el aborto y la eutanasia por sí solas son las únicas cuestiones serias de la doctrina moral y social católica”.
Mientras que el papa ha reiterado con fuerza en los últimos días que el aborto para la Iglesia “es un homicidio”, fue más directo cuando en el vuelo de regreso de Eslovaquia dijo a los periodistas que le preguntaron sobre este asunto que él nunca excomulgaría a nadie y observó que “a veces los obispos no se comportan como pastores, sino que se inclinan a la política”.
Biden llegó a Roma para asistir a la cumbre del G20, que se celebrará del 30 al 31 de octubre y también mantendrá el viernes una reunión con el jefe del Gobierno italiano, Mario Draghi, para después viajar a Glasgow (Reino Unido), del 1 al 2 de noviembre, para la cumbre sobre el cambio climático COP26.