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Desde los primeros meses de la guerra de Ucrania, cuando se empezó a discutir sobre los efectos negativos de la dependencia europea frente al gas ruso, se venía hablando de una preocupación: la llegada del invierno y el nuevo curso que podría tomar el conflicto bélico a causa del frío. Ad portas de cumplir 9 meses desde que Rusia ordenó la acción militar para invadir Ucrania, las heladas y las nevadas, propias de esta época del año, están por llegar. Entre diciembre y marzo, la temperatura media cae entre -4,8 ºC y 2 ºC, y hay temores de que Rusia intensifique los ataques a las centrales eléctricas ucranianas, como lo ha venido haciendo recientemente.
A medida que se acerca el fin de año, se han escuchado diferentes opiniones sobre qué podría pasar en los próximos días. Por ejemplo, Forbes Mackenzie, director ejecutivo de Mackenzie Intelligence Services, le dijo a BBC News que el suelo fangoso y la nieve profunda dificultarán que las tropas y sus vehículos se muevan rápidamente, poniendo en desventaja a Ucrania. Por ello, según le comentó al medio británico, ellos “querrán un invierno frío y duro, con suelo helado, para poder seguir maniobrando rápidamente y flanquear a las fuerzas rusas. Sin embargo, los rusos querrán un invierno cálido y húmedo que empantane a los ucranianos”. A esto se suma un importante desafío para los dos bandos: abastecer a sus tropas con alimentos y combustible.
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Los analistas militares creen que los próximos ataques no se darán de forma terrestre, sino a través de artillería. “En invierno, es más difícil entregar suministros y las tropas son más vulnerables a la escasez”, le comentó a BBC News Marina Miron, investigadora de defensa del Kings College de Londres. “Ambos bandos utilizarán artillería de largo alcance y drones para atacar las líneas de suministro y los depósitos de suministro, con el objetivo de agotar los recursos del enemigo”, agregó. La cuestión está en que las tormentas de niebla y las nevadas podrían afectar la capacidad de acción de las dos partes en guerra.
Se estima que la pausa invernal podría durar hasta seis meses. “Ya se está viendo que el mal tiempo en Ucrania ralentiza un poco las cosas”, afirmó hace unos días Colin H. Kahl, subsecretario de política de defensa. “Se está poniendo muy embarrado, lo que dificulta las ofensivas a gran escala”. Además, según se lee en The New York Times, es probable que Rusia intensifique sus ataques a la infraestructura para aterrorizar a los ucranianos, dijeron funcionarios estadounidenses. Y Ucrania podría intensificar una campaña encubierta diseñada para demostrar que puede contraatacar incluso en suelo ruso, según los analistas.
“Parece que los ucranianos van a seguir adelante con los ataques de sabotaje y subversión en las líneas rusas”, le dijo a The New York Times Seth G. Jones, vicepresidente senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Estos son asesinatos selectivos y un sabotaje general contra áreas controladas por Rusia dentro de Ucrania”, se lee en el diario estadounidense.
Algunos funcionarios de la administración de Joe Biden sugieren que la desaceleración provocada por el invierno se debe aprovechar para reconstruir el suministro de armas defensivas y ofensivas de Ucrania, recordando que hace poco Estados Unidos aprobó US$400 millones en armas, incluidos vehículos móviles de defensa aérea Avenger de corto alcance que disparan misiles Stinger. Ahora bien, Kiev admite que necesitará más sistemas de defensa aérea, más allá de los SA-11 y S-300 que ya tiene el Ejército de Ucrania, con los cuales ha logrado, en la medida de lo posible, mantener a los pilotos rusos por fuera del espacio aéreo ucraniano.
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El general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto y principal asesor militar de Biden, afirmó que el frío que se avecina es una oportunidad para que ambas partes consideren conversaciones de paz. La guerra ya ha dejado más de 100.000 soldados rusos muertos o heridos, dijo, y agregó que Ucrania probablemente ha sufrido una cantidad similar de bajas. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses reconocen que los dos países están lejos de negociar y se cree que de aquí a febrero ambas partes van a preparar a sus tropas para un nuevo capítulo de la guerra.
Además de los ataques a la infraestructura civil, los ucranianos creen que Rusia también podría atentar en contra de los sistemas de suministro de agua del país. Entretanto, Moscú ya efectuó el mayor daño a la red eléctrica ucraniana, cuando lanzó más de 90 misiles que pusieron en alerta a las regiones de Kiev, Leópolis, Chernígov, Vinnytsia, Cherkasy, Poltava, Sumi, Járkov, Zhitómir, Dnipropetrovsk, Volinia, Jmelnitsky y Kirovogrado. Como consecuencia de ello, Yuriy Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea, comentó que 15 infraestructuras energéticas resultaron dañadas, mientras que el subjefe de gabinete de la Presidencia ucraniana, Kyrylo Tymoshenko, admitió que más de 7 millones de consumidores quedaron sin luz.
Recientemente, los bombardeos rusos causaron daños en las instalaciones de Naftogaz, la compañía nacional de petróleo y gas de Ucrania, según lo informó el presidente de la empresa, Oleksiy Chesnyskov, y el portal Ukrinform. “Sabemos de varias piezas destruidas, otras han sufrido daños. Actualmente, se están analizando las consecuencias y se está recabando información sobre víctimas”, comentó el responsable del principal proveedor de gas del país.
Las autoridades ucranianas sostienen que Rusia está haciendo ataques sistemáticos contra las instalaciones relacionadas con la producción y suministro de gas, y contra otras infraestructuras esenciales. Incluso, el presidente Volodimir Zelenski dijo que Rusia está atacando para dejar sin electricidad y sin calefacción a la gente, “haciendo estallar centrales eléctricas y otras instalaciones energéticas”. Esa situación está llevando a que en varias partes de Ucrania, incluida la región de Kiev, haya apagones de emergencia.
La nueva ola de bombardeos dejó a más de 10 millones de ucranianos sin electricidad, dijo Zelenski, precisando que las regiones de Odesa (sur), Vinnytsia (centro), Sumy (noreste) y Kiev (norte) son las más afectadas. Por su parte, Rusia afirmó que el sufrimiento de los civiles en Ucrania es “la consecuencia” de la negativa de Kiev a negociar.
Con información de Efe y AFP
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