Macron llama polémica ley migratoria un “escudo necesario” para Francia
La ley migratoria aprobada por el Parlamento francés causó una división al interior del gabinete del presidente Emmanuel Macron, quien ha dicho que esta es un “escudo necesario” para reducir la llegada de migrantes irregulares a Francia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió este miércoles una controvertida ley migratoria y la calificó de “escudo” necesario, al día siguiente de su aprobación por el Parlamento que provocó una importante brecha dentro de la mayoría gubernamental y condujo a la dimisión de un ministro.
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Francia tiene “un problema de inmigración” y la ley era necesaria tanto para reducir la llegada irregular de migrantes como para facilitar la integración de los que llegan de manera regular, señaló Macron en una entrevista televisiva.
El texto es el “escudo que nos faltaba”, dijo el mandatario, que no dispone de una mayoría en la Asamblea Nacional. La cámara baja del Parlamento adoptó el martes la nueva ley con 349 votos a favor y 186 en contra, tras 18 meses de negociaciones. Las formaciones Los Republicanos (LR, derecha) y Agrupación Nacional (RN, ultraderecha) secundaron el texto, que fue votado previamente por el Senado.
Su aprobación sumió a la mayoría presidencial (compuesta por varias formaciones, a parte del partido Renaissance del presidente Macron) en una crisis, pues 59 de sus 251 diputados no votaron a favor del texto: 27 decidieron hacerlo en contra y 32 se abstuvieron. El texto levantó ampollas en el gobierno y llevó al ministro de Salud, Aurélien Rousseau, a dimitir. Una ministra delegada, Agnès Firmin Le Bodo, lo sustituirá temporalmente.
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“Respeto [su decisión] y también respeto mucho a todos los miembros de la mayoría que votaron a favor de una ley de la que no les gustaban todas las disposiciones”, dijo Macron en la entrevista en la cadena France 5. El gobierno debe “asumir la responsabilidad de lo que se hizo ayer, y también hay que calmar los ánimos”, añadió el dirigente, que brinda un segundo mandato.
El presidente francés reconoció sin embargo que había algunas disposiciones de la ley que no le gustaba, como la suma de dinero que se pedirá a los estudiantes extranjeros. Macron someterá el texto al Consejo Constitucional.
“No traiciona nuestros valores”
El mandatario francés desmintió categóricamente que la ley fuese cercana a la ideología del partido de ultraderecha y justificó que para frenar su llegada al poder era necesario “enfrentar los problemas que lo alimentan”.
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A lo largo de su recorrido legislativo, el texto fue endurecido por el partido de derecha y de extrema derecha, aunque contempla la posibilidad de que un trabajador irregular pueda pedir el permiso de residencia sin el aval de su empleador. La líder de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, celebró una “victoria ideológica” tras su aprobación.
Macron, que fue reelegido en 2022 frente a Le Pen con la promesa de bloquear el ascenso de la extrema derecha al poder, insistió en que “el conjunto del texto no traiciona nuestros valores”.
Un elemento clave de la ley es que las subvenciones sociales para extranjeros no comunitarios (es decir que no son ciudadanos de la Unión Europea) estarán condicionadas a partir de ahora a una presencia mínima de cinco años en el territorio. En el caso de que la persona tenga trabajo será menos tiempo y estas restricciones no se aplicarán a los estudiantes extranjeros.
Además, también se podrán acordar cuotas migratorias y se incluyen medidas para que los condenados por homicidio con doble nacionalidad puedan ser despojados de la ciudadanía francesa.
En una entrevista el miércoles con la radio France Inter, la primera ministra, Élisabeth Borne, negó que hubiera una “crisis en la mayoría” presidencial y declaró que tenía la “sensación de haber cumplido” con su deber. Macron había hecho de este proyecto de ley una prueba de su capacidad de aprobar reformas hasta el final de su segundo mandato.
Aún así, la primera ministra admitió que el texto, muy criticado por la izquierda y por oenegés, incluye algunas medidas que podrían ser anticonstitucionales.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió este miércoles una controvertida ley migratoria y la calificó de “escudo” necesario, al día siguiente de su aprobación por el Parlamento que provocó una importante brecha dentro de la mayoría gubernamental y condujo a la dimisión de un ministro.
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Francia tiene “un problema de inmigración” y la ley era necesaria tanto para reducir la llegada irregular de migrantes como para facilitar la integración de los que llegan de manera regular, señaló Macron en una entrevista televisiva.
El texto es el “escudo que nos faltaba”, dijo el mandatario, que no dispone de una mayoría en la Asamblea Nacional. La cámara baja del Parlamento adoptó el martes la nueva ley con 349 votos a favor y 186 en contra, tras 18 meses de negociaciones. Las formaciones Los Republicanos (LR, derecha) y Agrupación Nacional (RN, ultraderecha) secundaron el texto, que fue votado previamente por el Senado.
Su aprobación sumió a la mayoría presidencial (compuesta por varias formaciones, a parte del partido Renaissance del presidente Macron) en una crisis, pues 59 de sus 251 diputados no votaron a favor del texto: 27 decidieron hacerlo en contra y 32 se abstuvieron. El texto levantó ampollas en el gobierno y llevó al ministro de Salud, Aurélien Rousseau, a dimitir. Una ministra delegada, Agnès Firmin Le Bodo, lo sustituirá temporalmente.
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El presidente francés reconoció sin embargo que había algunas disposiciones de la ley que no le gustaba, como la suma de dinero que se pedirá a los estudiantes extranjeros. Macron someterá el texto al Consejo Constitucional.
“No traiciona nuestros valores”
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A lo largo de su recorrido legislativo, el texto fue endurecido por el partido de derecha y de extrema derecha, aunque contempla la posibilidad de que un trabajador irregular pueda pedir el permiso de residencia sin el aval de su empleador. La líder de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, celebró una “victoria ideológica” tras su aprobación.
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Un elemento clave de la ley es que las subvenciones sociales para extranjeros no comunitarios (es decir que no son ciudadanos de la Unión Europea) estarán condicionadas a partir de ahora a una presencia mínima de cinco años en el territorio. En el caso de que la persona tenga trabajo será menos tiempo y estas restricciones no se aplicarán a los estudiantes extranjeros.
Además, también se podrán acordar cuotas migratorias y se incluyen medidas para que los condenados por homicidio con doble nacionalidad puedan ser despojados de la ciudadanía francesa.
En una entrevista el miércoles con la radio France Inter, la primera ministra, Élisabeth Borne, negó que hubiera una “crisis en la mayoría” presidencial y declaró que tenía la “sensación de haber cumplido” con su deber. Macron había hecho de este proyecto de ley una prueba de su capacidad de aprobar reformas hasta el final de su segundo mandato.
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