En Reino Unido: Condenan a 18 años de cárcel a excura pederasta
Andrew Soper, de 74 años, fue acusado de cometer abusos sexuales contra 10 niños entre 1975 y 1982.
AFP
La justicia condenó este jueves a 18 años de cárcel a un excura católico británico, culpable de abusos sexuales cometidos hace cerca de 40 años contra 10 niños, más de un año después de su arresto que puso fin a una larga huida.
Al pronunciar la condena, el juez consideró que la conducta de Andrew Soper, de 74 años, constituía "el abuso de confianza más horrible".
"Usted subvirtió las reglas de la orden benedictina y las enseñanzas de la Iglesia católica", afirma. "Su desgracia es completa", añadió.
A principios de mes, el excura fue reconocido culpable de 19 cargos de acusación por violación y abusos sexuales cometidos entre 1975 y 1982 en el establecimiento privado católico "St Benedict's School", situado en Ealing Abbey en el oeste de Londres, donde daba clase a niños de entre 11 y 14 años y donde siguió trabajando hasta 1991.
La fiscal Gillian Etherton explicó durante el juicio que Soper golpeaba a los niños con un bastón bajo cualquier pretexto antes de abusar de ellos, unas acusaciones que el excura siempre ha negado.
Una primera víctima lo denunció en 2004, pero la policía británica consideró entonces que las pruebas eran insuficientes. Una segunda víctima acusó a Soper en 2008, y una tercera lo hizo en 2010, tras lo cual la policía interrogó al sacerdote y lo puso en libertad bajo fianza.
Pero el acusado escapó a Kosovo meses después, en la primavera de 2011, y permaneció huido hasta agosto de 2016, cuando la policía lo detuvo en el aeropuerto londinense de Luton a su llegada desde el país balcánico, del que había sido expulsado, después de que Reino Unido emitiera una orden de detención europea contra él.
La escuela privada donde daba clases, que cobra unas 5.000 libras (unos 6.690 dólares) por trimestre, ya vivió otros escándalos sexuales contra niños.
Tras un informe británico independiente que reveló 21 incidentes relacionados con abusos cometidos por curas entre 1970 y 2010, el establecimiento pidió perdón y aceptó recomendaciones para cambiar su funcionamiento para proteger a los alumnos.
La justicia condenó este jueves a 18 años de cárcel a un excura católico británico, culpable de abusos sexuales cometidos hace cerca de 40 años contra 10 niños, más de un año después de su arresto que puso fin a una larga huida.
Al pronunciar la condena, el juez consideró que la conducta de Andrew Soper, de 74 años, constituía "el abuso de confianza más horrible".
"Usted subvirtió las reglas de la orden benedictina y las enseñanzas de la Iglesia católica", afirma. "Su desgracia es completa", añadió.
A principios de mes, el excura fue reconocido culpable de 19 cargos de acusación por violación y abusos sexuales cometidos entre 1975 y 1982 en el establecimiento privado católico "St Benedict's School", situado en Ealing Abbey en el oeste de Londres, donde daba clase a niños de entre 11 y 14 años y donde siguió trabajando hasta 1991.
La fiscal Gillian Etherton explicó durante el juicio que Soper golpeaba a los niños con un bastón bajo cualquier pretexto antes de abusar de ellos, unas acusaciones que el excura siempre ha negado.
Una primera víctima lo denunció en 2004, pero la policía británica consideró entonces que las pruebas eran insuficientes. Una segunda víctima acusó a Soper en 2008, y una tercera lo hizo en 2010, tras lo cual la policía interrogó al sacerdote y lo puso en libertad bajo fianza.
Pero el acusado escapó a Kosovo meses después, en la primavera de 2011, y permaneció huido hasta agosto de 2016, cuando la policía lo detuvo en el aeropuerto londinense de Luton a su llegada desde el país balcánico, del que había sido expulsado, después de que Reino Unido emitiera una orden de detención europea contra él.
La escuela privada donde daba clases, que cobra unas 5.000 libras (unos 6.690 dólares) por trimestre, ya vivió otros escándalos sexuales contra niños.
Tras un informe británico independiente que reveló 21 incidentes relacionados con abusos cometidos por curas entre 1970 y 2010, el establecimiento pidió perdón y aceptó recomendaciones para cambiar su funcionamiento para proteger a los alumnos.