Erdogan: pasado, presente y futuro de Turquía
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, logró la reelección para un tercer mandato. Lo que se le vio en campaña augura que prepara un nacionalismo más radical; sin embargo, la economía en ruinas de su país podría frenar sus planes.
Camilo Gómez Forero
La mejor manera de resumir lo que ocurrió en las elecciones presidenciales en Turquía está en una frase que soltó el domingo Nicholas Danforth, editor de la plataforma de análisis War on the Rocks y miembro no residente de la Hellenic Foundation for European and Foreign Policy: “Erdogan ha tenido más éxito de lo que predijeron muchos de sus críticos y ha tenido mucho menos éxito de lo que su propia propaganda te haría creer”.
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La mejor manera de resumir lo que ocurrió en las elecciones presidenciales en Turquía está en una frase que soltó el domingo Nicholas Danforth, editor de la plataforma de análisis War on the Rocks y miembro no residente de la Hellenic Foundation for European and Foreign Policy: “Erdogan ha tenido más éxito de lo que predijeron muchos de sus críticos y ha tenido mucho menos éxito de lo que su propia propaganda te haría creer”.
A pesar de que fue empujado a una segunda vuelta, el presidente Erdogan logró mantenerse en el cargo y gobernará el país por un quinquenio más. Derrotó al candidato opositor, Kemal Kilicdarglu, con el 52 % de los votos y sumó otro triunfo a su impresionante racha de 11 comicios ganados de manera consecutiva.
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Sin embargo, estas fueron las elecciones más ajustadas para el mandatario en 20 años. Kilicdarglu se quedó con el 48 % de los 52 millones de sufragios contados el domingo. Eso demuestra que hay un enorme y creciente descontento con el reinado del poderoso “sultán” turco, además de una oposición fortalecida. Una respuesta a esto se encuentra en el panorama económico.
“Turquía viene enfrentando unas tasas altísimas de inflación, que fluctúan entre 60 y el 80 %. A partir del 2020, esto ha sido muy dramático y lo sienten las personas, así que, si no se controla en un mediano plazo, se pueden generar bastantes problemas internos. A esto se suma el hecho de que Turquía se ha enfrentado altas tasas de desempleo, que, si bien se han logrado estabilizar, hoy se están en una tasa alrededor del 10 %. Igualmente, no hay que dejar de lado los cuestionamientos de corrupción, que no son una buena fórmula”, señaló Luisa Lozano, profesora del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana.
¿Cómo logró Erdogan superar esas adversidades en el ámbito económico y las muchas críticas de corrupción para alzarse con la victoria? La respuesta está en el nacionalismo. Antes y durante la campaña política, el presidente avivó el sentimiento nacionalista contra la minoría kurda, la comunidad LGBT y las promesas de expulsión de refugiados sirios “desde el día después de la victoria”, entre otras cosas.
“La verdad es que muchos votantes turcos apoyaron a Erdogan, pese a reconocer que la corrupción en su partido ha alcanzado proporciones astronómicas y su mala gestión económica ha provocado una inflación de tres dígitos y graves padecimientos. Lo apoyaron incluso en áreas muy afectadas por el terremoto, donde las prácticas corruptas del AKP (su partido) fueron un gran factor del grado increíble de devastación y pérdida de vidas”, escribió Daron Acemoglu, economista turco, profesor del MIT, en Project Syndicate.
Esto, explica la profesora Lozano, es porque para la gente resulta mucho más importante su ideología. Los pésimos resultados económicos y la corrupción pasan a un segundo plano. “Muchos dicen que lo que los sigue manteniendo junto a Erdogan son los valores que representa. Eso es muy importante tenerlo en cuenta, porque él está junto a algo que es muy importante para las personas: la religión y sus creencias. Entonces, pese a que en muchos casos no lo han sentido tan cerca para prestar ayuda humanitaria, sí lo sienten como líder que los representa y es muy cercano”, explica Lozano.
Danforth, de hecho, destaca que la base de votantes parece “muy dispuesta a pagar el precio económico que creen, y Erdogan insiste, es necesario para seguir su visión de política exterior”. ¿Deberíamos prepararnos para un Erdogan más radical? Lozano dice que hay que esperar un poco a ver cómo se ajustan los resultados. En el ámbito interno hay muchos desafíos para Erdogan. “No hay que perder de vista que también hay personas que se fueron con el otro candidato, porque ya están cansados de todos los temas de corrupción”, dice.
Ahora, si en efecto decide radicalizar su nacionalismo, Lozano cree que “esto puede abrir la posibilidad de conflictos. Erdogan tenía otra posición hace 20 años con los kurdos y la ha transformado, en los últimos siete años, por un discurso mucho más radical. Entonces esa es una situación que se puede llegar a descontrolar y generar problemas internos. No queda de lado tampoco el tema de derechos humanos. Se ha tratado de un gobierno que ha mostrado en los últimos años muchísima represión a los medios de comunicación y a la oposición, entonces eso también puede ser muy complicado”. ¿Y en el aspecto internacional?
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“No va a haber mucho cambio, es un líder que ya la comunidad internacional lleva conociendo años, así que no se sentirá mucho este cambio. Entonces, hay que ver qué tanto seguirá reforzando esa retórica nacionalista radical y todos estarán a la espera de cuál va a ser esa relación con Rusia, Estados Unidos y países como Arabia Saudita, Grecia y Chipre, con quienes la relación ha sido inestable”, explica la profesora.
Ahora, la economía en ruinas de su país quizá frene su radicalización. Como señala Jen Kirby, periodista de Vox, “la economía está a punto de colapsar, y él no le hizo ningún favor al hacer cosas como inyectar dinero en la economía antes de las elecciones. Esto significa un verdadero dolor para los turcos comunes, incluidos aquellos que lo reeligieron. La débil postura económica de Erdogan también puede dar a EE. UU. y Europa, un socio comercial clave, un poco más de influencia sobre él”. Lozano informa que “la relación de Erdogan con Estados Unidos no ha sido tan cercana y solo el tiempo dirá si Biden logra reelegirse. En los últimos años, Erdogan ha estado muy cercano a China y la relación con Rusia, aunque ha apoyado a Ucrania, ha sido muy cercana, entonces tendrá que reorientar sus políticas porque han sido de altos y bajos, y eso genera inestabilidad e incertidumbre internacional”.
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