España, ante el reto de formar gobierno luego de las elecciones generales

Dialogar. Ese parece ser el único camino disponible ahora para que en España se pueda formar gobierno luego de las reñidas elecciones generales de este domingo, en las que los conservadores del Partido Popular (PP) salieron vencedores, pero sin una mayoría parlamentaria a la vista.

Dialogar. Ese parece ser el único camino disponible ahora para que en España se pueda formar gobierno luego de las reñidas elecciones generales de este domingo, en las que los conservadores del Partido Popular (PP) salieron vencedores, pero sin una mayoría parlamentaria a la vista.

La colectividad liderada por Alberto Núñez Feijóo se hizo con 136 escaños (47 más que los que logró en 2019), mientras que el PSOE, del actual jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, obtuvo 122 curules (dos más que en el pasado cuatrienio).

Vox, de extrema derecha, será la tercera fuerza, con 33 escaños, pero perdió 19 curules con respecto a la elección anterior, mientras que la plataforma de izquierdas Sumar tendrá 31 parlamentarios.

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Así las cosas, ninguna coalición de izquierda o de derecha alcanzaría la mayoría absoluta, de 176 diputados. Por esa razón, el diálogo y la negociación serán indispensables a partir de ahora para poder llegar a acuerdos y formar un gobierno en las próximas semanas.

En España, vale la pena recordar, el rey propone al candidato para liderar el gobierno, que debe obtener la confianza del Legislativo con mayoría absoluta o, en última instancia, con mayoría simple. Si transcurridos dos meses, esto no sucede, se tendrá que convocar a nuevas elecciones.

Por eso, el líder del partido más votado dijo en su discurso de victoria que su responsabilidad ahora es abrir el diálogo para “intentar gobernar”. “Pido al PSOE y al resto de las fuerzas que no bloqueen el gobierno”, dijo Núñez Feijóo, quien antes resaltó que el PP nunca había escalado con tanta intensidad en unas elecciones.

Sánchez, por su parte, destacó de la jornada haber logrado más votos y curules que hace cuatro años y celebró el “fracaso” del bloque de derecha.

En unas elecciones en las que se preveía que la derecha tenía las mejores opciones para gobernar, el claro perdedor fue Vox, liderado por Santiago Abascal. El líder de esa colectividad, visiblemente molesto, aunque felicitó a Feijóo, habló de una “manipulación” que incidió en el resultado.

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“Hemos estado toda la campaña alertando sobre el peligro de unas encuestas claramente manipuladas y que han llevado a algunos a vender la piel del oso antes de cazarla”, dijo en referencia a las encuestas que pronosticaban una mayoría para el PP y Vox. Además, señaló la posibilidad de que Sánchez y sus aliados bloqueen el gobierno.

Yolanda Díaz, jefa de Sumar, la cuarta fuerza y que llegó en integración con el partido Podemos, se felicitó por los escaños obtenidos, con los que, según prometió, trabajará para seguir conquistando derechos para las mujeres y la comunidad LGBT, entre otros. Y anunció: “Desde mañana mismo me pongo a dialogar con todas las fuerzas progresistas de nuestro país para garantizar el Gobierno en España”.

Pese a que el PP fue el más vota do, para varios analistas, no solo hubo un mal manejo de las expectativas, pues a Núñez Feijóo prácticamente lo daban como nuevo jefe del gobierno, sino que sus alianzas con Vox parecen haber movilizado a los votantes socialistas.

“La derecha con el PP creció, pero no fue suficiente. Tal vez el temor a Vox generó que en los últimos días los indecisos se inclinaran un poco hacia el PSOE”, dijo a este diario Rafael Piñeros, profesor de Relaciones Internacionales, de la Universidad Externado de Colombia. Y agregó: “Sánchez, con algo de malabar político, puede seguir en el poder”, una previsión que seguramente también tiene Feijóo, pues en el discurso en el que pidió particularmente al PSOE no bloquear el gobierno también señaló que sería una “anomalía” que la lista más votada no fuera la que gobernara.

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Así transcurrió la jornada

Un total de 37,5 millones de votantes estaban llamados a las urnas para renovar, por una convocatoria anticipada por el jefe del Gobierno, a los 350 miembros del Congreso de diputados y a 208 senadores (de 265). Finalmente acudió el 68,77 % de los convocados, una participación 2,54 puntos por encima de lo visto en los comicios de 2019.

Las elecciones estuvieron marcadas por el verano: debido a las vacaciones, casi 2,5 millones de personas optaron por el voto por correo. En los últimos días, Abascal había denunciado retrasos y una ineficiencia intencional por parte del Gobierno en las garantías para el voto por correo.

Por otro lado, en su discurso, Feijóo agradeció que las personas salieran a votar pese a las altas temperaturas que azotan a España (y Europa en general). Por eso, anunció que presentará un proyecto de reforma a la ley electoral para que no se pueda volver a hacer una jornada de votación en los meses de julio o agosto.

Elvira Lindo, escritora y columnista de El País, celebró en diálogo con ese diario que la jornada fuera muestra de que no habían calado en el electorado los bulos (al estilo de Donald Trump en Estados Unidos o de Jair Bolsonaro en Brasil) que habían surgido alrededor del voto por correo, por ejemplo.

“España no es Italia [en donde gobierna la extrema derecha]”, dijo la analista al citar una conversación con una amiga tras recibir los resultados, a lo que el también escritor Santiago del Molino respondió: “España no es Italia, pero España es Europa”. Con esto quería llamar la atención de que la extrema derecha de todas formas está presente en todos los parlamentos y sistemas políticos del continente.

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