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Una mujer ecuatoriana residente en España recibió tres infusiones de sangre durante una operación de emergencia, a pesar de que había firmado todos los documentos necesarios para asegurar que no recibiría transfusiones sanguíenas, prohibidas en su religión.
El caso se originó en julio de 2017, cuando la mujer fue informada de la necesidad de una cirugía tras una serie de pruebas médicas. Luego, en junio de 2018, fue ingresada en el Hospital de Soria por una hemorragia interna y, a pesar de reiterar su negativa a las transfusiones, los médicos procedieron con ellas tras obtener una autorización judicial basada en información incompleta.
Durante su traslado a un hospital en Madrid especializado en tratamientos alternativos, los médicos contactaron con el juzgado de guardia, que autorizó las transfusiones necesarias para salvar su vida. La paciente no fue informada de esta decisión judicial y se enteró de las transfusiones al despertar de la cirugía.
Tras agotar todas las instancias judiciales en España sin éxito, llevó su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que celebró una audiencia pública en enero pasado. La sentencia, respaldada por 17 jueces, incluye votos particulares que subrayan la necesidad de una mejor coordinación entre los hospitales y las autoridades judiciales para evitar futuras violaciones de derechos.
El Tribunal de Estrasburgo encontró que España vulneró los derechos de la demandante a su respeto a la vida privada y familiar, su derecho a la libertad religiosa, y tendrá que pagarle 26.000 euros.
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