“Estamos siendo testigos del comienzo de una guerra civil”: Ucrania sobre Wagner
Las autoridades ucranianas se manifestaron frente a las tensiones que están tomando lugar entre el grupo Wagner y Rusia. Hay quienes piensan que esto le daría la oportunidad a Kiev de reforzar su contraofensiva.
“Los eventos se están desarrollando de acuerdo con el escenario del que hablamos todo el año pasado”, dijo Mykhailo Podolyak, asesor clave del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “El inicio de la contraofensiva ucraniana finalmente desestabilizó a las élites rusas, intensificando la división interna surgida tras la derrota en Ucrania. Estamos siendo testigos del comienzo de una guerra civil”, agregó el funcionario.
Por su parte, en declaraciones a la agencia de noticias estatal ucraniana, Suspilne, el portavoz de inteligencia militar de Ucrania, Andriy Yusov, dijo que las acciones de Wagner en Rusia eran una “continuación de los conflictos intrarrusos”, que son consecuencia de la agresión militar contra Kiev. “Esta es una señal del colapso del régimen gobernante y tales procesos se intensificarán”, enfatizó.
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El sábado temprano, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Yevgeny Prigozhin, jefe de Wagner, de “traición”, después de que el líder de la milicia lanzara un levantamiento en contra del Ejército ruso. El grupo paramilitar aseguró haber tomado el control de varias instalaciones clave y montaron guardia en el centro de la ciudad de Rostov-on-Don, al sur de Rusia. En su intento por llegar a Moscú, también entraron a la región de Lipetsk, a unos 400 km al sur de la capital, según informaron las autoridades locales a través de Telegram.
En medio de ese panorama, Podolyak agregó: “El grupo de Prigozhin captura instalaciones militares, cuarteles generales y ciudades enteras, casi sin encontrar resistencia en su camino, desarmando a soldados y policías al azar. Putin declara a Prigozhin traidor y fuera de la ley, y anuncia las órdenes apropiadas a los servicios especiales, pero no pasa nada: una crisis de gestión, una pérdida de poder de facto. Al mismo tiempo, Wagner prosigue su marcha hacia Moscú. Ucrania sigue avanzando por su propio camino, a las fronteras de 1991″.
Hay quienes dicen que estas tensiones gestadas dentro de Rusia le darían a Ucrania la oportunidad de intensificar su contraofensiva, que, según admitió Zelenski, va “más lenta de lo deseado”. “Tal como comenzó la guerra, así terminará, dentro de Rusia”, tuiteó Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania. “El proceso ha comenzado”, concluyó.
El líder ucraniano también se pronunció al respecto: “Cualquiera que elija el camino del mal, se destruye a sí mismo. Envía columnas de soldados para destruir la vida de otro país, y no puede evitar que huyan y traicionen cuando la vida se resiste (...). [Putin] desprecia a la gente y arroja a cientos de miles a la guerra, para eventualmente atrincherarse en la región de Moscú de esos a quien él mismo armó”. Zelenski terminó diciendo: “La debilidad de Rusia es obvia (...). Cuanto más tiempo mantenga Rusia a sus tropas y mercenarios en nuestra tierra, más caos, dolor y problemas tendrá para sí misma más adelante”.
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“Los eventos se están desarrollando de acuerdo con el escenario del que hablamos todo el año pasado”, dijo Mykhailo Podolyak, asesor clave del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “El inicio de la contraofensiva ucraniana finalmente desestabilizó a las élites rusas, intensificando la división interna surgida tras la derrota en Ucrania. Estamos siendo testigos del comienzo de una guerra civil”, agregó el funcionario.
Por su parte, en declaraciones a la agencia de noticias estatal ucraniana, Suspilne, el portavoz de inteligencia militar de Ucrania, Andriy Yusov, dijo que las acciones de Wagner en Rusia eran una “continuación de los conflictos intrarrusos”, que son consecuencia de la agresión militar contra Kiev. “Esta es una señal del colapso del régimen gobernante y tales procesos se intensificarán”, enfatizó.
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El sábado temprano, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Yevgeny Prigozhin, jefe de Wagner, de “traición”, después de que el líder de la milicia lanzara un levantamiento en contra del Ejército ruso. El grupo paramilitar aseguró haber tomado el control de varias instalaciones clave y montaron guardia en el centro de la ciudad de Rostov-on-Don, al sur de Rusia. En su intento por llegar a Moscú, también entraron a la región de Lipetsk, a unos 400 km al sur de la capital, según informaron las autoridades locales a través de Telegram.
En medio de ese panorama, Podolyak agregó: “El grupo de Prigozhin captura instalaciones militares, cuarteles generales y ciudades enteras, casi sin encontrar resistencia en su camino, desarmando a soldados y policías al azar. Putin declara a Prigozhin traidor y fuera de la ley, y anuncia las órdenes apropiadas a los servicios especiales, pero no pasa nada: una crisis de gestión, una pérdida de poder de facto. Al mismo tiempo, Wagner prosigue su marcha hacia Moscú. Ucrania sigue avanzando por su propio camino, a las fronteras de 1991″.
Hay quienes dicen que estas tensiones gestadas dentro de Rusia le darían a Ucrania la oportunidad de intensificar su contraofensiva, que, según admitió Zelenski, va “más lenta de lo deseado”. “Tal como comenzó la guerra, así terminará, dentro de Rusia”, tuiteó Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania. “El proceso ha comenzado”, concluyó.
El líder ucraniano también se pronunció al respecto: “Cualquiera que elija el camino del mal, se destruye a sí mismo. Envía columnas de soldados para destruir la vida de otro país, y no puede evitar que huyan y traicionen cuando la vida se resiste (...). [Putin] desprecia a la gente y arroja a cientos de miles a la guerra, para eventualmente atrincherarse en la región de Moscú de esos a quien él mismo armó”. Zelenski terminó diciendo: “La debilidad de Rusia es obvia (...). Cuanto más tiempo mantenga Rusia a sus tropas y mercenarios en nuestra tierra, más caos, dolor y problemas tendrá para sí misma más adelante”.
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