Europa debe prepararse para corte total del gas ruso, dice Comisión Europea
Este miércoles presentó un plan que propone reducir el consumo de los países en un 15 %. El mayor temor es la llegada del invierno, cuando los hogares hacen mayor uso de servicios como la calefacción.
Redacción Mundo con información de AFP
Europa debe estar preparada para un corte total del gas ruso, advirtió este miércoles la Comisión Europea, mientras crece la preocupación por los efectos que la crisis energética, relacionada con la guerra en Ucrania, puede tener durante el invierno a finales de este año, época en que son más necesarios que nunca servicios como la calefacción en los hogares.
Por eso, el Ejecutivo de la Unión Europea propuso este miércoles un plan que contempla un recorte de 15 % del consumo por parte de los 27 países miembros.
La dependencia del gas ruso por parte de la región es cercana al 40 %. Con esto en mente, hay que recordar que Occidente ha sancionado a Rusia desde distintos frentes como respuesta a su invasión en Ucrania: bloqueándolo en el sistema financiero global SWIFT, imponiendo un embargo sobre su petróleo, suspendiendo el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, entre muchas otras.
De contexto: Estos son los países de Europa con mayor dependencia del gas ruso
Rusia ha respondido, primero, prohibiendo desde marzo a los europeos el pago del gas ruso en dólares o euros. En abril, el gigante estatal gasífero Gazprom suspendió sus envíos a Bulgaria y Polonia, dos países con una gran dependencia del gas de Rusia, por no pagar en rublos.
Posteriormente, en mayo, cortó el suministro de gas a Finlandia, país vecino de Rusia que va camino a unirse a la OTAN. Países Bajos y Dinamarca se unieron luego a la lista de cortes.
Por otro lado, el suministro a través del Nord Stream 1 está suspendido debido a un mantenimiento que debería terminar este jueves, pero los europeos temen que el flujo no regrese.
“Rusia está utilizando el gas como arma. En caso de una interrupción total, Europa tendrá que estar preparada”, dijo este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En medio de la presiones, se han aumentado las importaciones de gas de Noruega, Azerbaiyán y Argelia, y Estados Unidos ha triplicado los envíos de gas natural licuado desde marzo; sin embargo, se teme que esto no sea suficiente.
Von der Leyen dijo que se calcula que el consumo anual de gas en la UE podría reducirse en unos 43.000 millones de m3. Para hacerse una idea, Rusia suministró unos 153.000 millones de m3 a los 27 países del bloque en 2020. Unos 11.000 millones de m3 procederían de una reducción de la calefacción y del aire acondicionado de ciertos edificios.
Asimismo, si bien “hay que dar prioridad a las energías renovables”, Bruselas reconoce que “puede ser necesario temporalmente un paso por el carbón, el petróleo o la energía nuclear”, por lo que pide que los países pospongan sus planes de cierre de plantas nucleares.
Para la industria, se propone un “sistema de ofertas” que dé “compensaciones” a las empresas a cambio de una bajada del consumo. Para sectores intensivos en uso energético y con poco margen de maniobra, se plantea que la reducción sea progresiva.
En definitiva, como parte del plan anunciado a hora, cada país deberá “hacer todo lo posible” para reducir, entre agosto de 2022 y marzo de 2023, su consumo de gas en al menos 15 % en relación con el promedio de los últimos cinco años.
Los Estados deberán detallar antes de finales de septiembre sus hojas de ruta para alcanzar este objetivo. Algunos, como Finlandia y Países Bajos, ya han alcanzado esta meta. El plan presentado hoy podría ser aprobado el próximo 26 de julio.
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Europa debe estar preparada para un corte total del gas ruso, advirtió este miércoles la Comisión Europea, mientras crece la preocupación por los efectos que la crisis energética, relacionada con la guerra en Ucrania, puede tener durante el invierno a finales de este año, época en que son más necesarios que nunca servicios como la calefacción en los hogares.
Por eso, el Ejecutivo de la Unión Europea propuso este miércoles un plan que contempla un recorte de 15 % del consumo por parte de los 27 países miembros.
La dependencia del gas ruso por parte de la región es cercana al 40 %. Con esto en mente, hay que recordar que Occidente ha sancionado a Rusia desde distintos frentes como respuesta a su invasión en Ucrania: bloqueándolo en el sistema financiero global SWIFT, imponiendo un embargo sobre su petróleo, suspendiendo el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, entre muchas otras.
De contexto: Estos son los países de Europa con mayor dependencia del gas ruso
Rusia ha respondido, primero, prohibiendo desde marzo a los europeos el pago del gas ruso en dólares o euros. En abril, el gigante estatal gasífero Gazprom suspendió sus envíos a Bulgaria y Polonia, dos países con una gran dependencia del gas de Rusia, por no pagar en rublos.
Posteriormente, en mayo, cortó el suministro de gas a Finlandia, país vecino de Rusia que va camino a unirse a la OTAN. Países Bajos y Dinamarca se unieron luego a la lista de cortes.
Por otro lado, el suministro a través del Nord Stream 1 está suspendido debido a un mantenimiento que debería terminar este jueves, pero los europeos temen que el flujo no regrese.
“Rusia está utilizando el gas como arma. En caso de una interrupción total, Europa tendrá que estar preparada”, dijo este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En medio de la presiones, se han aumentado las importaciones de gas de Noruega, Azerbaiyán y Argelia, y Estados Unidos ha triplicado los envíos de gas natural licuado desde marzo; sin embargo, se teme que esto no sea suficiente.
Von der Leyen dijo que se calcula que el consumo anual de gas en la UE podría reducirse en unos 43.000 millones de m3. Para hacerse una idea, Rusia suministró unos 153.000 millones de m3 a los 27 países del bloque en 2020. Unos 11.000 millones de m3 procederían de una reducción de la calefacción y del aire acondicionado de ciertos edificios.
Asimismo, si bien “hay que dar prioridad a las energías renovables”, Bruselas reconoce que “puede ser necesario temporalmente un paso por el carbón, el petróleo o la energía nuclear”, por lo que pide que los países pospongan sus planes de cierre de plantas nucleares.
Para la industria, se propone un “sistema de ofertas” que dé “compensaciones” a las empresas a cambio de una bajada del consumo. Para sectores intensivos en uso energético y con poco margen de maniobra, se plantea que la reducción sea progresiva.
En definitiva, como parte del plan anunciado a hora, cada país deberá “hacer todo lo posible” para reducir, entre agosto de 2022 y marzo de 2023, su consumo de gas en al menos 15 % en relación con el promedio de los últimos cinco años.
Los Estados deberán detallar antes de finales de septiembre sus hojas de ruta para alcanzar este objetivo. Algunos, como Finlandia y Países Bajos, ya han alcanzado esta meta. El plan presentado hoy podría ser aprobado el próximo 26 de julio.
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