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Con este texto, que fue votado en primera lectura en la Asamblea Nacional el martes, el presidente Emmanuel Macron pretende luchar contra aquellos “que quieren establecer una sociedad paralela (...) donde se enseñan principios contrarios a las leyes de la República”. Pero hay voces en Francia que ven en este proyecto del ejecutivo una excusa para atacar a la comunidad musulmana.
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Entre las medidas del proyecto de ley se contempla el separatismo como un delito, se refuerza el control de las asociaciones y del financiamiento de los lugares de culto, se instaura una autorización previa para la enseñanza a domicilio y se refuerzan las herramientas para luchar contra las amenazas difundidas en internet.
El texto, que irá ahora al Senado controlado por la derecha, se aprobó con 347 votos a favor, 151 en contra y 65 abstenciones. El próximo debate está programado para el 30 de marzo.
La ley también aboga por la penalización de la expedición de certificados de virginidad y reprime las prácticas de matrimonios forzados. El domingo 14 de febrero cerca de 200 personas protestaron en París argumentando que la ley estigmatiza a los musulmanes. Gerald Darmanin, ministro del Interior francés, resaltó que la legislación es una “poderosa ofensiva por parte del Estado secular. Es un texto duro, pero necesario para la República”, dijo Darmanin de acuerdo con el medio France24.
¿Qué dicen los diputados que votaron en contra? Sébastien Chenu del partido Agrupación Nacional: “Nos abstendremos en el texto del gobierno porque lo consideramos claramente insuficiente para combatir el islamismo, que ni siquiera se nombra directamente”. Una posición que comparte la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen. “Está restringiendo la libertad de todos para tratar de modificar las libertades de algunos islamistas”, dijo Le Pen de acuerdo con el mismo medio francés.
Le @RNational_off s'abstiendra sur le texte du gouvernement car nous le jugeons nettement insuffisant pour combattre l'islamisme, qui n'est par ailleurs même pas nommé directement. Avec Marine, nous souhaitons interdire et éradiquer l'islamisme de notre pays ! #separatisme pic.twitter.com/oj4XDH8tHb
— Sébastien Chenu (@sebchenu) February 16, 2021
¿La reforma es necesaria y el texto que la concreta es pertinente? “El islam, no solo en Francia, atraviesa un periodo muy difícil en el que los conservadores impulsan una guerra con Occidente. Y es normal que el Estado reaccione”, dice, a modo de respuesta Razika Adnani, pensadora reformista del islam, en referencia al denominado proyecto de “refuerzo de los principios republicanos”.
Según Adnani, que forma parte del consejo de orientación de la Fundación del Islam de Francia (FIF), “el islam debe reformarse, dejar de ser político. Tiene que asumir que las leyes de la sharía del siglo VII no son válidas en el siglo XXI”.
La laicidad, una particularidad francesa
Desde 1905 rige en Francia la ley de separación entre la Iglesia y el Estado, que garantiza la neutralidad de este último frente a las religiones. El islam es la segunda religión de Francia por número de creyentes, y aunque la ley prohíbe cualquier censo religioso, hay estudios que los sitúan entre 4 y 8 millones (sobre una población de casi 67 millones).
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Tras una nueva ola de atentados islamistas en septiembre y octubre que dejaron cuatro muertos, Macron pidió construir un islam que pueda convivir “en paz con la República”.
La decapitación en octubre del profesor de secundaria Samuel Paty, luego de haber mostrado caricaturas de Mahoma a sus alumnos, avivó el debate sobre los mensajes que los imanes difunden durante los rezos. En el caso del maestro, una mezquita del norte de París difundió su imagen y repudió su decisión de enseñar caricaturas del profeta.
“Tras la muerte de Paty, la organización del islam se ha puesto de actualidad. La ley presupone que, cambiando nuestra forma de organizarnos, se pueden evitar este tipo de crímenes”, afirma el imán Faker Korchane. En enero, el ministro del Interior Gérald Darmanin informó que unas 18 mezquitas (de las cerca de 1.500 que existen en Francia) estaban siendo investigadas, y 9 habrían sido cerradas.
Para Razika Adnani, el discurso de Macron se adecua a la laicidad francesa porque “el Estado no puede entrar en los asuntos religiosos pero exige a los musulmanes que reformen su religión”. Pero según Korchane, la ley puede provocar que los musulmanes de Francia se sientan señalados, “lo que hace que la gente, sobre todo los jóvenes, se desentiendan de los valores de la República, porque se sienten atacados por ella”.
Feminismo musulmán
Fatima Bent, presidenta de la asociación Lallab, considera que la ley también es “problemática” porque “centra el debate en los cuerpos de las musulmanas”.
“Hablan de poligamia, velo o certificados de virginidad desde una óptica colonial”, estima. Lallab es una asociación feminista musulmana que surgió en 2016 en Francia para dar voz a los problemas de estas mujeres mediante talleres y debates. “Las musulmanas están discriminadas en el trabajo, el alojamiento, las acosan en la calle”, explica Bent. “Y ante eso el gobierno no hace nada”.
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En una encuesta de 2019 de la Delegación Interministerial contra el Racismo (DILCRAH), 42% de los franceses de confesión musulmana afirmaban haber sido discriminados por su religión al menos una vez en su vida. La cifra aumentaba al 60% cuando se trata de mujeres con velo.
Entre las iniciativas de reforma del islam francés se encuentra la mezquita Fatima de París, impulsada por una mujer imán, Kahina Bahloul, y donde el culto es mixto, con mujeres y hombres en el mismo espacio. Esta iniciativa simboliza un avance para Korchane, que es el otro imán de la mezquita Fatima. El religioso pide “tiempo” para que “pueda darse una aculturación simbiótica” en Francia.