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Grecia ordenó nuevas evacuaciones cerca de Atenas el lunes 12 de agosto debido a incendios forestales, a pesar de los esfuerzos “sobrehumanos” para contener las llamas que se acercan rápidamente a la capital. Al noreste, los bomberos lucharon durante toda la noche contra las llamas que amenazaron los suburbios de la ciudad, que han provocado la evacuación de más de 35.000 personas.
“Las fuerzas de protección civil lucharon duramente durante toda la noche, pero, a pesar de los esfuerzos sobrehumanos, el fuego continúa propagándose rápidamente”, declaró a la prensa el portavoz de los bomberos, Vassilis Vathrakogiannis.
Las autoridades de protección civil ordenaron temprano en la mañana la evacuación de al menos cinco localidades más, después de que cientos de personas tuvieron que desalojar el domingo al menos ocho pueblos de la zona. Asimismo, dos hospitales, uno pediátrico y otro militar, tuvieron que ser evacuados y los pacientes trasladados a otras instalaciones en Penteli, a unos 15 kilómetros al noreste de Atenas.
“El mecanismo de protección civil de la UE se ha activado a petición de las autoridades griegas”, declaró en un comunicado el portavoz comunitario Balazs Ujvari.
Los habitantes de la capital llevaban máscaras para protegerse del sofocante humo y rociaban con agua sus viviendas, con la esperanza de hacerlas menos inflamables, en un momento en el que las llamas han alcanzado las ciudades de Nea Penteli y Vrilissia, en el noreste de Atenas.
Imágenes de televisión mostraron cómo el fuego arrasaba con coches y tejados de los edificios en estas dos boscosas localidades, mientras helicópteros lanzaban agua para intentar sofocar el incendio.
En la mañana, 29 niños hospitalizados fueron trasladados a establecimientos capitalinos, y seis personas, incluyendo un bombero, están hospitalizados, pero su vida no corre peligro, según el presidente de la confederación de empleados de hospitales públicos, Michalis Giannakos.
“Incendios forestales cerca de usted. Siga las instrucciones de las autoridades”, escribió la protección civil en mensajes enviados a los pobladores de la zona, con detalles de dónde evacuar. Las autoridades abrieron el estadio olímpico OAKA, en el norte de Atenas, para acoger a los miles de desplazados.
“Catástrofe bíblica”
Los habitantes de la histórica ciudad de Maratón, a 40 kilómetros al este de Atenas y con 7.000 habitantes, fueron evacuados por la noche a la ciudad costera de Nea Makri. “Nos enfrentamos a una catástrofe bíblica. Todo nuestro municipio está envuelto en llamas”, declaró el alcalde de la ciudad, Stergios Tsirkas, a la cadena de televisión Skai.
Con un frente de 30 kilómetros, el incendio al noreste de la capital griega avanza descontrolado por segundo día consecutivo, mientras reduce a cenizas decenas de viviendas y miles de hectáreas de bosque del pulmón verde del Ática. En este momento, en la zona operan cerca de 670 bomberos, 183 vehículos bomba y 32 aviones. Los puntos que más preocupan a las autoridades son los de Gramatiko, Anatoli y el del monte Pentélico.
Cada año, numerosos incendios asolan parte de Grecia, pero la situación es particularmente preocupante este año, tras el invierno más cálido jamás registrado y la canícula más precoz de su historia. Para este lunes se prevén temperaturas máximas de 29 °C, con rachas de viento de hasta 50 km/h.
“Todo está ardiendo” en Grecia
El ministro griego de la Protección Civil alertó el 10 de agosto que la mitad del país se encontraba, al menos hasta el 15 de agosto, ante un riesgo elevado de incendios, debido a las altas temperaturas, las ráfagas de viento y la sequía. “Durante toda la noche, los vientos se mantuvieron fuertes, creando situaciones peligrosas. Por desgracia, se espera que su intensidad aumente en las próximas horas”, advirtió Vathrakogiannis.
Giorgos Tsevas, un habitante de 48 años de Polydendri, un pueblo cercano al frente del incendio, cuyo nombre significa “muchos árboles” en griego, estaba desesperado el domingo: “Todo está ardiendo. Tenía doscientos olivos y todos han desaparecido”.
Los científicos afirman que el cambio climático hace que los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, sean más frecuentes e intensos. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, el aumento de las temperaturas está prolongando la temporada de incendios forestales e incrementando las superficies quemadas en todo el mundo.
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