Grietas en el plan para bloquear petróleo ruso, ¿Putin, con el sartén por el mango?
El dominio de décadas de los rusos en el mercado energético de Europa se empieza a desmoronar. Sin embargo, el camino no es fácil, y el plan de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya tiene las primeras grietas.
Este miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso una prohibición total, y de forma gradual, a la importación de petróleo ruso, al presentar su sexto paquete de sanciones contra Moscú por la guerra en Ucrania. “Vamos a renunciar progresivamente a las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y a las de productos derivados del crudo de aquí a finales de año”, dijo von der Leyen.
Y aunque parecería que el dominio de décadas de los rusos en el mercado energético de Europa se empieza a desmoronar, como lo menciona The New York Times, el camino no es fácil, y el plan de la presidenta de la comisión ya tiene las primeras grietas, ¿por qué?
1. Las divisiones entre los europeos
Empecemos con las reacciones al anuncio de la comisión. Y es que no es fácil para todos los países adaptarse a la propuesta. Hungría, por ejemplo, dice que la medida podría hundir la seguridad energética del país, que depende en gran medida de los hidrocarburos rusos.
Este país importa de Rusia el 60 % del petróleo y el 85 % del gas. Y aunque la comisión propuso concederle a Hungría un año más que al resto, hasta el 31 de diciembre de 2023, para renunciar a las importaciones de petróleo ruso, el ministro de Exteriores de ese país, Péter Szijjártó, dice que el tiempo no es suficiente, y aseguró que solo se podría aceptar el nuevo paquete de sanciones si el transporte de petróleo por oleoductos quedara fuera de las restricciones.
Le puede interesar: Guerra en Ucrania: la UE propone eliminar las importaciones de petróleo ruso
República Checa también tiene algunos “peros” sobre plan. Dice que lo apoya, pero quiere un periodo de transición mayor, de dos o tres años, para renunciar al petróleo ruso. “Estamos preparados para apoyarlo en el supuesto de que la República Checa tenga un período de transición hasta que se aumente la capacidad de los oleoductos que puedan traer el crudo al país”, dijo el jefe de Gobierno conservador.
Del total del crudo que importa República Checa, el 50 % procede de Rusia, mientras que la dependencia de gas natural es del 100 %.
A la lista también se sumó Eslovaquia. La prensa de ese país citó declaraciones del ministro de Economía, Richard Sulik, en defensa de un período de transición de tres años. Dejar de depender del petróleo ruso le costará a Eslovaquia unos 160 millones de euros, según datos de medios locales.
2. El dominio de Rusia en el mercado
Pese a las sanciones, Rusia ha duplicado ingresos mensuales por la venta de combustibles fósiles a la UE, según datos publicados por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.
Y es que Rusia el tercer mayor productor de petróleo después de Estados Unidos y Arabia Saudita, y es el mayor exportador a los mercados globales, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA). “Alrededor del 60 % de las exportaciones de petróleo de Rusia van a Europa, y otro 20% va a China”, se lee en un informe de la IEA.
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La agencia también explicó que “aproximadamente 750.000 barriles por día de petróleo crudo se entregan a Europa a través del sistema de oleoductos Druzhba de Rusia, un tercio de los cuales se transporta a través de la rama sur del sistema que pasa por Ucrania”.
En cuanto al gas, en 2019, Rusia representó el 41 % de las importaciones de gas natural de la UE. “Si el suministro de gas ruso a Europa se agotara, Italia y Alemania serían especialmente vulnerables, ya que son los que más gas importan”, se lee en una publicación de la BBC.
3. ¿Pocas alternativas?
Los analistas dicen, según una publicación del Times, que será posible romper los lazos petroleros de Europa con Rusia, “pero el esfuerzo tomará tiempo y puede generar escasez y precios más altos para la gasolina, el diesel, el combustible para aviones y otros productos”, dice la publicación del diario estadounidense.
“Va a ser complicado”, dijo Richard Bronze, jefe de geopolítica de Energy Aspects, una firma de investigación, al Times. “Tienes una desvinculación de dos partes muy entrelazadas del sistema energético global”, agregó.
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Por su parte, Vandana Hari, fundadora de la firma de inteligencia energética Vanda Insights, le dijo a CNBC que “simplemente no hay forma de que ni la OPEP+ ni la combinación de Irán y Venezuela puedan compensarlo”.
De los 5 millones de barriles de crudo al día que exporta Rusia, Hari comentó que alrededor de 2 millones podrían ser reemplazados si los miembros de la OPEP, Arabia Saudita, Irak, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos “pudieran estirarse simultáneamente a su máxima capacidad”.
Con todo y eso, Bronze sostiene que los formuladores de políticas están cada vez más convencidos de que es necesario y mejor hacer esta transición con relativa rapidez, “tanto para tratar de reducir los ingresos para financiar a Rusia como para reducir la exposición europea a la influencia rusa”, comentó el experto.
Con información de EFE
Este miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso una prohibición total, y de forma gradual, a la importación de petróleo ruso, al presentar su sexto paquete de sanciones contra Moscú por la guerra en Ucrania. “Vamos a renunciar progresivamente a las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y a las de productos derivados del crudo de aquí a finales de año”, dijo von der Leyen.
Y aunque parecería que el dominio de décadas de los rusos en el mercado energético de Europa se empieza a desmoronar, como lo menciona The New York Times, el camino no es fácil, y el plan de la presidenta de la comisión ya tiene las primeras grietas, ¿por qué?
1. Las divisiones entre los europeos
Empecemos con las reacciones al anuncio de la comisión. Y es que no es fácil para todos los países adaptarse a la propuesta. Hungría, por ejemplo, dice que la medida podría hundir la seguridad energética del país, que depende en gran medida de los hidrocarburos rusos.
Este país importa de Rusia el 60 % del petróleo y el 85 % del gas. Y aunque la comisión propuso concederle a Hungría un año más que al resto, hasta el 31 de diciembre de 2023, para renunciar a las importaciones de petróleo ruso, el ministro de Exteriores de ese país, Péter Szijjártó, dice que el tiempo no es suficiente, y aseguró que solo se podría aceptar el nuevo paquete de sanciones si el transporte de petróleo por oleoductos quedara fuera de las restricciones.
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República Checa también tiene algunos “peros” sobre plan. Dice que lo apoya, pero quiere un periodo de transición mayor, de dos o tres años, para renunciar al petróleo ruso. “Estamos preparados para apoyarlo en el supuesto de que la República Checa tenga un período de transición hasta que se aumente la capacidad de los oleoductos que puedan traer el crudo al país”, dijo el jefe de Gobierno conservador.
Del total del crudo que importa República Checa, el 50 % procede de Rusia, mientras que la dependencia de gas natural es del 100 %.
A la lista también se sumó Eslovaquia. La prensa de ese país citó declaraciones del ministro de Economía, Richard Sulik, en defensa de un período de transición de tres años. Dejar de depender del petróleo ruso le costará a Eslovaquia unos 160 millones de euros, según datos de medios locales.
2. El dominio de Rusia en el mercado
Pese a las sanciones, Rusia ha duplicado ingresos mensuales por la venta de combustibles fósiles a la UE, según datos publicados por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.
Y es que Rusia el tercer mayor productor de petróleo después de Estados Unidos y Arabia Saudita, y es el mayor exportador a los mercados globales, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA). “Alrededor del 60 % de las exportaciones de petróleo de Rusia van a Europa, y otro 20% va a China”, se lee en un informe de la IEA.
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La agencia también explicó que “aproximadamente 750.000 barriles por día de petróleo crudo se entregan a Europa a través del sistema de oleoductos Druzhba de Rusia, un tercio de los cuales se transporta a través de la rama sur del sistema que pasa por Ucrania”.
En cuanto al gas, en 2019, Rusia representó el 41 % de las importaciones de gas natural de la UE. “Si el suministro de gas ruso a Europa se agotara, Italia y Alemania serían especialmente vulnerables, ya que son los que más gas importan”, se lee en una publicación de la BBC.
3. ¿Pocas alternativas?
Los analistas dicen, según una publicación del Times, que será posible romper los lazos petroleros de Europa con Rusia, “pero el esfuerzo tomará tiempo y puede generar escasez y precios más altos para la gasolina, el diesel, el combustible para aviones y otros productos”, dice la publicación del diario estadounidense.
“Va a ser complicado”, dijo Richard Bronze, jefe de geopolítica de Energy Aspects, una firma de investigación, al Times. “Tienes una desvinculación de dos partes muy entrelazadas del sistema energético global”, agregó.
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Por su parte, Vandana Hari, fundadora de la firma de inteligencia energética Vanda Insights, le dijo a CNBC que “simplemente no hay forma de que ni la OPEP+ ni la combinación de Irán y Venezuela puedan compensarlo”.
De los 5 millones de barriles de crudo al día que exporta Rusia, Hari comentó que alrededor de 2 millones podrían ser reemplazados si los miembros de la OPEP, Arabia Saudita, Irak, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos “pudieran estirarse simultáneamente a su máxima capacidad”.
Con todo y eso, Bronze sostiene que los formuladores de políticas están cada vez más convencidos de que es necesario y mejor hacer esta transición con relativa rapidez, “tanto para tratar de reducir los ingresos para financiar a Rusia como para reducir la exposición europea a la influencia rusa”, comentó el experto.
Con información de EFE