Guerra en Ucrania, la confrontación abierta entre Putin y el líder del grupo Wagner
Las recientes acusaciones del líder de la milicia, atribuyéndole al Ejército ruso el ataque en el que murieron varios de sus miembros, es el último episodio en una serie de tensiones con Putin. En ocasiones anteriores, ha acusado a los dirigentes del Kremlin de falta de apoyo e indiferencia, hasta de supuesta corrupción.
Las tensiones entre el líder del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, han alcanzado altos niveles en las últimas horas. La publicación de una serie de audios en los que la cabeza de la milicia acusa al Ejército ruso de haber atacado a sus bases ha provocado la respuesta del Kremlin desde varios sectores: el Ministerio de Defensa desestimó las acusaciones, la agencia de inteligencia, FSB, abrió un caso penal en contra de Prigozhin por llamar a un motín armado y los generales rusos lo acusaron de intentar dar un golpe de Estado en contra del mandatario. Justo pasada la medianoche, hora de Moscú, el fiscal general anunció que Prigozhin estaba siendo investigado “bajo sospecha de organizar una rebelión armada” y enfrentaría hasta 20 años de prisión, si es procesado.
Mientras, según informó la agencia de noticias Tass, las autoridades bloquearon el tráfico en la autopista M-4, en las afueras de Rostov-on-Don, una ciudad rusa cerca de Ucrania, que alberga importantes instalaciones militares rusas. En medio de ello, el conflicto bélico que vive Europa del Este se ha convertido en la cara de una confrontación abierta que se ha gestado entre el jefe de Wagner y la élite rusa desde hace un tiempo. Según se lee en The New York Times, este podría ser el mayor desafío a la autoridad de Putin desde que lanzó su invasión a Ucrania, hace 16 meses.
📝 Sugerimos: Rebelión del Grupo Wagner contra Putin: ¿Qué está pasando en Rusia?
En ocasiones anteriores, Prigozhin ha discutido con altos mandos militares y ha señalado al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, por los fracasos en el campo de batalla. De hecho, en horas de la mañana, Prigozhin acusó al liderazgo de Moscú de mentirle al público sobre las justificaciones para invadir Ucrania, negando las afirmaciones de que Kiev planeaba lanzar una ofensiva en los territorios controlados por Rusia en el este de Ucrania en febrero de 2022.
Además, en los últimos meses, ha reprendido repetidamente a los altos mandos de Rusia por supuesta corrupción e indiferencia hacia la vida de los soldados regulares. Sumado a esto, dijo que se han negado a proporcionar a las fuerzas de Wagner las municiones necesarias, incluso cuando lucharon junto al Ejército ruso por el control de la ciudad ucraniana de Bajmut. Sus reparos alcanzaron un nuevo nivel cuando alegó que las Fuerzas Armadas del Kremlin habían atacado los campamentos de Wagner, matando a “una gran cantidad de combatientes”.
Las acusaciones de Prigozhin crearon un efecto dominó entre los activistas rusos a favor de la guerra, quienes temen que un conflicto abierto entre el Ejército y las fuerzas de Wagner pueda amenazar las líneas del frente ruso durante la contraofensiva ucraniana. En Kiev, algunos vieron sus declaraciones como una prueba más de las divisiones internas dentro del esfuerzo bélico ruso.
La relación entre Prigozhin y Putin
El contacto entre ellos empezó en el restaurante Old Customs House, propiedad del jefe de Wagner. La amistad con Putin le trajo éxito: se hizo con contratos millonarios para grandes eventos. Una década después ya era todo un oligarca. En 2014 quiso diversificar sus negocios: viendo la crisis en Crimea, pensó en fundar un grupo que prestara “servicios militares” que los militares fueran “incapaces de proporcionar”, según el profesor Mark Biessinger, de la Universidad de Princeton. Así nació el Grupo Wagner, cuyos combatientes han sido desplegados en Siria y África, sitios donde se cree que actúan bajos los intereses del Kremlin.
Luego de que la invasión a Ucrania no estaba saliendo como Rusia quería, pues prometió liquidar a Kiev en horas y pasaron meses sin ningún avance, Putin llamó a Prigozhin para que interviniera en este nuevo conflicto. Después de meses de combate, el grupo Wagner empezó a sentirse agobiado y así empezaron las tensiones entre Prigozhin y Putin. El jefe del grupo paramilitar no soportó más la indiferencia de los oligarcas rusos: quería más apoyo en el frente de guerra. No lo consiguió. Los episodios del viernes terminaron por hacerlo explotar.
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Las tensiones entre el líder del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, han alcanzado altos niveles en las últimas horas. La publicación de una serie de audios en los que la cabeza de la milicia acusa al Ejército ruso de haber atacado a sus bases ha provocado la respuesta del Kremlin desde varios sectores: el Ministerio de Defensa desestimó las acusaciones, la agencia de inteligencia, FSB, abrió un caso penal en contra de Prigozhin por llamar a un motín armado y los generales rusos lo acusaron de intentar dar un golpe de Estado en contra del mandatario. Justo pasada la medianoche, hora de Moscú, el fiscal general anunció que Prigozhin estaba siendo investigado “bajo sospecha de organizar una rebelión armada” y enfrentaría hasta 20 años de prisión, si es procesado.
Mientras, según informó la agencia de noticias Tass, las autoridades bloquearon el tráfico en la autopista M-4, en las afueras de Rostov-on-Don, una ciudad rusa cerca de Ucrania, que alberga importantes instalaciones militares rusas. En medio de ello, el conflicto bélico que vive Europa del Este se ha convertido en la cara de una confrontación abierta que se ha gestado entre el jefe de Wagner y la élite rusa desde hace un tiempo. Según se lee en The New York Times, este podría ser el mayor desafío a la autoridad de Putin desde que lanzó su invasión a Ucrania, hace 16 meses.
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En ocasiones anteriores, Prigozhin ha discutido con altos mandos militares y ha señalado al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, por los fracasos en el campo de batalla. De hecho, en horas de la mañana, Prigozhin acusó al liderazgo de Moscú de mentirle al público sobre las justificaciones para invadir Ucrania, negando las afirmaciones de que Kiev planeaba lanzar una ofensiva en los territorios controlados por Rusia en el este de Ucrania en febrero de 2022.
Además, en los últimos meses, ha reprendido repetidamente a los altos mandos de Rusia por supuesta corrupción e indiferencia hacia la vida de los soldados regulares. Sumado a esto, dijo que se han negado a proporcionar a las fuerzas de Wagner las municiones necesarias, incluso cuando lucharon junto al Ejército ruso por el control de la ciudad ucraniana de Bajmut. Sus reparos alcanzaron un nuevo nivel cuando alegó que las Fuerzas Armadas del Kremlin habían atacado los campamentos de Wagner, matando a “una gran cantidad de combatientes”.
Las acusaciones de Prigozhin crearon un efecto dominó entre los activistas rusos a favor de la guerra, quienes temen que un conflicto abierto entre el Ejército y las fuerzas de Wagner pueda amenazar las líneas del frente ruso durante la contraofensiva ucraniana. En Kiev, algunos vieron sus declaraciones como una prueba más de las divisiones internas dentro del esfuerzo bélico ruso.
La relación entre Prigozhin y Putin
El contacto entre ellos empezó en el restaurante Old Customs House, propiedad del jefe de Wagner. La amistad con Putin le trajo éxito: se hizo con contratos millonarios para grandes eventos. Una década después ya era todo un oligarca. En 2014 quiso diversificar sus negocios: viendo la crisis en Crimea, pensó en fundar un grupo que prestara “servicios militares” que los militares fueran “incapaces de proporcionar”, según el profesor Mark Biessinger, de la Universidad de Princeton. Así nació el Grupo Wagner, cuyos combatientes han sido desplegados en Siria y África, sitios donde se cree que actúan bajos los intereses del Kremlin.
Luego de que la invasión a Ucrania no estaba saliendo como Rusia quería, pues prometió liquidar a Kiev en horas y pasaron meses sin ningún avance, Putin llamó a Prigozhin para que interviniera en este nuevo conflicto. Después de meses de combate, el grupo Wagner empezó a sentirse agobiado y así empezaron las tensiones entre Prigozhin y Putin. El jefe del grupo paramilitar no soportó más la indiferencia de los oligarcas rusos: quería más apoyo en el frente de guerra. No lo consiguió. Los episodios del viernes terminaron por hacerlo explotar.
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