Putin radicalizará su discurso sobre Ucrania esta noche, ¿qué viene?
El presidente ruso no había dado una alocución nacional semejante a la de febrero, cuando lanzó su invasión. El martes anunció una. Le explicamos por qué.
Camilo Gómez Forero
Luego de siete meses de guerra en Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, no se ha atrevido a pronunciar tres palabras claves: “estamos en guerra”. Eso tendría consecuencias trascendentales tanto para su país –que tiene el imaginario de no empezar las guerras–, como para el mundo. Para nosotros resulta asombroso porque es evidente que hay una guerra en curso –que ha dejado por lo menos 6.000 muertos–. Pero para él, esta continúa siendo una “operación militar especial” en suelo ucraniano, una suerte de “ataque preventivo” –en posición de defensa– que fue “obligado a lanzar para evitar un conflicto global” ante las “amenazas” que le representaba el acercamiento de la OTAN a Kiev. ¿Qué significa la falta de esas palabras? Que sus capacidades de fuego, entonces, son todavía limitadas por la Duma estatal. Esto podría estar a punto de cambiar.
La operación de contraofensiva del ejército ucraniano en el noreste del país, con la que se recuperaron en las últimas semanas más de 8.000 km2 del territorio invadido por los rusos, ha ejercido suficiente presión sobre Putin y el Kremlin para escalar su retórica bélica y lanzar advertencias sobre un futuro más oscuro para los ucranianos. El martes dejaron claro que no se quedarán de brazos cruzados.
💥 Primero, la Duma estatal anunció un paquete de leyes que incluye el endurecimiento de las penas para los desertores, frente a la insubordinación durante la movilización militar o guerra y el daño de la propiedad militar, por lo que se espera mayor presión para los soldados y los conscriptos para que se queden en el frente de una batalla que no están ganando.
💥 En segundo lugar, y la noticia que más dio de qué hablar, fue el anuncio de la convocatoria a un referéndum de adhesión en cuatro oblast ucranianos con gobiernos prorrusos que se han autoproclamado repúblicas independientes: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
¿Por qué Putin reaccionó ahora?
💥 Las tropas ucranianas han hecho grandes avances en el mapa, al punto de liberar villas en los oblast de Donetsk y Lugansk, zonas donde Rusia tenía casi todo el poder antes de que estallara la guerra. Ucrania dice haber liberado villas en Donetsk como Shchurove y Dibrova. Acá hay un testimonio de ello:
Así va la recuperación ucraniana:
Le recomendamos: Ucrania y su contraofensiva “de película”: ¿qué pasó con el ejército ruso?
Ozerne es otra villa en Donetsk que fue recuperada por el ejército ucraniano. En represalia, hemos podido observar las acciones que ha tomado Rusia:
Por esta razón, Putin está empujando el referéndum en estas cuatro zonas. La razón es simple: el Kremlin siempre ha defendido una posición de víctima en la guerra. Que el ataque -una invasión- fue lanzado porque Ucrania los estaba amenazando, así que fue una operación preventiva. En esa misión, capturaron el territorio que tiene hoy secuestrado. Ahora, si estos estados (oblast) deciden anexarse a Rusia, una ofensiva de Ucrania en estos lugares -que viene empujando ya por los bordes- sería la excusa perfecta para que Putin diga que su vecino está atacando la soberanía de su territorio. Es una completa locura, pero así podría justificar una declaración de guerra.
Sobre esto, entonces, vino el tercer anuncio:
💥 Putin iba a dar un discurso ante la nación. Eso produjo la misma sensación que cuando habló el pasado 23 de febrero, fecha en la que lanzó su invasión. Su alocución, al igual que la de febrero, se retrasó varias veces. Se dice que el discurso será televisado finalmente a las 08:00 de Moscú, es decir, a la medianoche de Colombia.
Periodistas locales dijeron que el discurso sí fue grabado, pero que se retrasó su proyección para que coincidiera con el momento en el que se despertaban los rusos del extremo oriente, en Jábárovsk, frontera con China. Se buscaba que todo el país escuchara el discurso y por eso iba a visualizarse entre la medianoche y la madrugada de Colombia. El profesor Vladimir Rouvinski, experto en Rusia, maneja otra teoría: el discurso se retrasó porque Putin está encerrado, no sabe qué hacer.
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Rouvinski comentó que el secretario de prensa del Kremlin, que tiene que responderles a los periodistas, se escondió tras el primer retraso de la alocución porque no sabía qué decir.
“Putin se encuentra ahora en un callejón sin salida. Todo indica que no le fue bien en la cumbre con China en Uzbekistán, a pesar de las declaraciones hechas”, dice el profesor. Dice mucho que en ese encuentro Putin tuvo que esperar varios minutos a ser atendido por los otros líderes, cuando en el pasado era él quien hacía esperar al mundo. En el lenguaje diplomático es un mensaje muy fuerte. Ha perdido respeto y poder en el campo geopolítico. A finales de agosto, India abiertamente ya condenó a Rusia por su invasión a Ucrania en la ONU. Sobre China, por otro lado, hay que decir que los bancos de Pekín no aceptan las tarjetas de crédito rusas y que, pese a todas las declaraciones y palabras fuertes, no hay mucha profundidad en esta alianza.
El retraso del discurso tenía un objetivo claro: medir la expectativa. Así como cuando una artista como Taylor Swift publica una foto y sus fanáticos empiezan a buscar detalles que indiquen un posible lanzamiento de nueva música, Putin anunció su discurso para ver cuán interesados estaban los gobiernos en lo que él tenía por decir y al final no lo dio. Eso sí: su anuncio tuvo un efecto inmediato: el presidente francés, Emmanuel Macron, fue el primero en buscarlo y se le negó una conversación telefónica –lo que abre un preocupación sobre la capacidad de Putin para dialogar–. Apenas se supo del discurso, en Jábárovsk se dispararon las búsquedas de Google para saber cómo salir del país. Putin está jugando con el mundo, observando si sigue vigente. “Tiene un ego demasiado grande”, dice Rouvinski. Pero ¿qué busca su discurso finalmente?
“Lo más probable es que Putin hable sobre el referendo de las cuatro repúblicas separatistas, que se esperaba para septiembre. Espera usar el mismo modus operandi que se tuvo con Crimea en 2014: hacer una votación que no tiene legitimidad internacional o interna. Cuando uno hace una votación de este tipo tiene que haber un periodo de campañas a favor y en contra, debe tener la libertad de expresarse para cumplir con los estándares mínimos, y eso no lo hay. Será una fachada, una burla como siempre, pero usará esto como una excusa para incorporar a estos territorios a Rusia. Así, esto transformará el carácter de la guerra”, dice Rouvinski.
El profesor explica que “los ucranianos están avanzando para recuperar su propio territorio, que desde el punto de vista de Rusia son repúblicas independientes, pero no son rusas. Una vez se declare que son parte de Rusia, para los rusos va a ser un asalto de Ucrania sobre territorio ruso. Esto abrirá muchos escenarios para Putin. Lo que él busca es sostener su imagen de que él no está siendo le violento, sino que está siendo atacado”. Y si se anexan los territorios, el panorama de la guerra cambiará y con todos los anuncios del martes Putin se estaba preparando para ello.
¿Qué viene para Ucrania?
El hecho de declarar estos territorios va a cambiar el discurso de Putin, pero de todas maneras tendrá sus limitaciones. Podría poner a las empresas del sector de defensa ruso a producir más armas y munición, pero corre el riesgo de que incluso su aliado más cercano, Bielorrusia, no reconozca esta anexión. El gobierno de Alexander Lukashenko, de hecho, no reconoció la anexión de Crimea, lo que hará eso es poner la situación más absurda de lo que es, según Rouvinski.
Podemos esperar una guerra de baja intensidad, como explica el profesor. Es decir, una confrontación militar prolongada por la legitimidad de estas zonas que está por debajo de las condiciones de una guerra condicional. Estamos muy lejos, ahora más que antes, de un acuerdo de paz, según Rouvinski. Y esto, sin duda, tendrá un impacto en la economía global, como lo hemos visto en los últimos meses.
Ahora, la redactora jefe de Russia Today, Margarita Simonyan, sorprendió esta mañana con una declaración explosiva: “A juzgar por lo que está sucediendo y por lo que aún está por suceder, esta semana marca la víspera de nuestra victoria inminente o la víspera de la guerra nuclear. No puedo ver nada tercero”.
Rouvinski resalta que si bien Putin es impredecible y hace “lo que se le da la gana”, no es probable que lance un ataque nuclear. El mismo presidente reconoce en el fondo que esto traería consecuencias catastróficas para el mundo. “Sería la aniquilación humana”, dice.
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Luego de siete meses de guerra en Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, no se ha atrevido a pronunciar tres palabras claves: “estamos en guerra”. Eso tendría consecuencias trascendentales tanto para su país –que tiene el imaginario de no empezar las guerras–, como para el mundo. Para nosotros resulta asombroso porque es evidente que hay una guerra en curso –que ha dejado por lo menos 6.000 muertos–. Pero para él, esta continúa siendo una “operación militar especial” en suelo ucraniano, una suerte de “ataque preventivo” –en posición de defensa– que fue “obligado a lanzar para evitar un conflicto global” ante las “amenazas” que le representaba el acercamiento de la OTAN a Kiev. ¿Qué significa la falta de esas palabras? Que sus capacidades de fuego, entonces, son todavía limitadas por la Duma estatal. Esto podría estar a punto de cambiar.
La operación de contraofensiva del ejército ucraniano en el noreste del país, con la que se recuperaron en las últimas semanas más de 8.000 km2 del territorio invadido por los rusos, ha ejercido suficiente presión sobre Putin y el Kremlin para escalar su retórica bélica y lanzar advertencias sobre un futuro más oscuro para los ucranianos. El martes dejaron claro que no se quedarán de brazos cruzados.
💥 Primero, la Duma estatal anunció un paquete de leyes que incluye el endurecimiento de las penas para los desertores, frente a la insubordinación durante la movilización militar o guerra y el daño de la propiedad militar, por lo que se espera mayor presión para los soldados y los conscriptos para que se queden en el frente de una batalla que no están ganando.
💥 En segundo lugar, y la noticia que más dio de qué hablar, fue el anuncio de la convocatoria a un referéndum de adhesión en cuatro oblast ucranianos con gobiernos prorrusos que se han autoproclamado repúblicas independientes: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
¿Por qué Putin reaccionó ahora?
💥 Las tropas ucranianas han hecho grandes avances en el mapa, al punto de liberar villas en los oblast de Donetsk y Lugansk, zonas donde Rusia tenía casi todo el poder antes de que estallara la guerra. Ucrania dice haber liberado villas en Donetsk como Shchurove y Dibrova. Acá hay un testimonio de ello:
Así va la recuperación ucraniana:
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Ozerne es otra villa en Donetsk que fue recuperada por el ejército ucraniano. En represalia, hemos podido observar las acciones que ha tomado Rusia:
Por esta razón, Putin está empujando el referéndum en estas cuatro zonas. La razón es simple: el Kremlin siempre ha defendido una posición de víctima en la guerra. Que el ataque -una invasión- fue lanzado porque Ucrania los estaba amenazando, así que fue una operación preventiva. En esa misión, capturaron el territorio que tiene hoy secuestrado. Ahora, si estos estados (oblast) deciden anexarse a Rusia, una ofensiva de Ucrania en estos lugares -que viene empujando ya por los bordes- sería la excusa perfecta para que Putin diga que su vecino está atacando la soberanía de su territorio. Es una completa locura, pero así podría justificar una declaración de guerra.
Sobre esto, entonces, vino el tercer anuncio:
💥 Putin iba a dar un discurso ante la nación. Eso produjo la misma sensación que cuando habló el pasado 23 de febrero, fecha en la que lanzó su invasión. Su alocución, al igual que la de febrero, se retrasó varias veces. Se dice que el discurso será televisado finalmente a las 08:00 de Moscú, es decir, a la medianoche de Colombia.
Periodistas locales dijeron que el discurso sí fue grabado, pero que se retrasó su proyección para que coincidiera con el momento en el que se despertaban los rusos del extremo oriente, en Jábárovsk, frontera con China. Se buscaba que todo el país escuchara el discurso y por eso iba a visualizarse entre la medianoche y la madrugada de Colombia. El profesor Vladimir Rouvinski, experto en Rusia, maneja otra teoría: el discurso se retrasó porque Putin está encerrado, no sabe qué hacer.
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Rouvinski comentó que el secretario de prensa del Kremlin, que tiene que responderles a los periodistas, se escondió tras el primer retraso de la alocución porque no sabía qué decir.
“Putin se encuentra ahora en un callejón sin salida. Todo indica que no le fue bien en la cumbre con China en Uzbekistán, a pesar de las declaraciones hechas”, dice el profesor. Dice mucho que en ese encuentro Putin tuvo que esperar varios minutos a ser atendido por los otros líderes, cuando en el pasado era él quien hacía esperar al mundo. En el lenguaje diplomático es un mensaje muy fuerte. Ha perdido respeto y poder en el campo geopolítico. A finales de agosto, India abiertamente ya condenó a Rusia por su invasión a Ucrania en la ONU. Sobre China, por otro lado, hay que decir que los bancos de Pekín no aceptan las tarjetas de crédito rusas y que, pese a todas las declaraciones y palabras fuertes, no hay mucha profundidad en esta alianza.
El retraso del discurso tenía un objetivo claro: medir la expectativa. Así como cuando una artista como Taylor Swift publica una foto y sus fanáticos empiezan a buscar detalles que indiquen un posible lanzamiento de nueva música, Putin anunció su discurso para ver cuán interesados estaban los gobiernos en lo que él tenía por decir y al final no lo dio. Eso sí: su anuncio tuvo un efecto inmediato: el presidente francés, Emmanuel Macron, fue el primero en buscarlo y se le negó una conversación telefónica –lo que abre un preocupación sobre la capacidad de Putin para dialogar–. Apenas se supo del discurso, en Jábárovsk se dispararon las búsquedas de Google para saber cómo salir del país. Putin está jugando con el mundo, observando si sigue vigente. “Tiene un ego demasiado grande”, dice Rouvinski. Pero ¿qué busca su discurso finalmente?
“Lo más probable es que Putin hable sobre el referendo de las cuatro repúblicas separatistas, que se esperaba para septiembre. Espera usar el mismo modus operandi que se tuvo con Crimea en 2014: hacer una votación que no tiene legitimidad internacional o interna. Cuando uno hace una votación de este tipo tiene que haber un periodo de campañas a favor y en contra, debe tener la libertad de expresarse para cumplir con los estándares mínimos, y eso no lo hay. Será una fachada, una burla como siempre, pero usará esto como una excusa para incorporar a estos territorios a Rusia. Así, esto transformará el carácter de la guerra”, dice Rouvinski.
El profesor explica que “los ucranianos están avanzando para recuperar su propio territorio, que desde el punto de vista de Rusia son repúblicas independientes, pero no son rusas. Una vez se declare que son parte de Rusia, para los rusos va a ser un asalto de Ucrania sobre territorio ruso. Esto abrirá muchos escenarios para Putin. Lo que él busca es sostener su imagen de que él no está siendo le violento, sino que está siendo atacado”. Y si se anexan los territorios, el panorama de la guerra cambiará y con todos los anuncios del martes Putin se estaba preparando para ello.
¿Qué viene para Ucrania?
El hecho de declarar estos territorios va a cambiar el discurso de Putin, pero de todas maneras tendrá sus limitaciones. Podría poner a las empresas del sector de defensa ruso a producir más armas y munición, pero corre el riesgo de que incluso su aliado más cercano, Bielorrusia, no reconozca esta anexión. El gobierno de Alexander Lukashenko, de hecho, no reconoció la anexión de Crimea, lo que hará eso es poner la situación más absurda de lo que es, según Rouvinski.
Podemos esperar una guerra de baja intensidad, como explica el profesor. Es decir, una confrontación militar prolongada por la legitimidad de estas zonas que está por debajo de las condiciones de una guerra condicional. Estamos muy lejos, ahora más que antes, de un acuerdo de paz, según Rouvinski. Y esto, sin duda, tendrá un impacto en la economía global, como lo hemos visto en los últimos meses.
Ahora, la redactora jefe de Russia Today, Margarita Simonyan, sorprendió esta mañana con una declaración explosiva: “A juzgar por lo que está sucediendo y por lo que aún está por suceder, esta semana marca la víspera de nuestra victoria inminente o la víspera de la guerra nuclear. No puedo ver nada tercero”.
Rouvinski resalta que si bien Putin es impredecible y hace “lo que se le da la gana”, no es probable que lance un ataque nuclear. El mismo presidente reconoce en el fondo que esto traería consecuencias catastróficas para el mundo. “Sería la aniquilación humana”, dice.
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