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Son horas cruciales para Ucrania. Mientras crece la tensión por lo que Estados Unidos considera una invasión inminente, que, según información de inteligencia, se llevaría a cabo alrededor del 16 de febrero, líderes europeos hacen los últimos esfuerzos por una salida diplomática.
Recordemos que a finales de la semana pasada fuentes estadounidenses afirmaron que una invasión de Rusia contra Ucrania podría ocurrir antes de que terminen los Juegos Olímpicos de Pekín.
Luego de esto, el fin de semana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló por teléfono con sus homólogos ruso y ucraniano, el sábado y el domingo, respectivamente.
Las llamadas con Putin y Zelensky
En la conversación con Vladimir Putin, que duró alrededor de una hora, Biden, según la Casa Blanca, insistió en que Estados Unidos y sus aliados responderán de manera “decisiva e impondrá costos rápidos y severos a Rusia. También reiteró que una nueva invasión rusa de Ucrania produciría un sufrimiento humano generalizado y disminuiría la posición de Rusia”.
El Kremlin, por su parte, reiteró que la respuesta de Estados Unidos a las principales demandas de seguridad de Rusia, respecto al avance de la OTAN hacia Europa del Este, no había tenido en cuenta las preocupaciones claves y que Moscú respondería pronto. El funcionario Yuri Ushakov añadió que la llamada telefónica tuvo lugar en un contexto de “histeria” en Occidente sobre una inminente invasión rusa, que, a su parecer, es absurda.
El domingo, Biden habló con Volodymyr Zelensky. Según informó la Casa Blanca, el mandatario estadounidense le dijo a su homólogo ucraniano que Estados Unidos responderá de forma “rápida y decisiva”, junto con sus aliados y socios, a una agresión rusa. No obstante, la insistencia en la salida diplomática estuvo entre las conclusiones.
Kiev, por su parte, ha exigido en las últimas hora una reunión con Rusia y los 57 países miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Ucrania acusa a Rusia de no respetar las reglas de la OSCE por no compartir información sobre los movimientos de tropas en su frontera.
Recordemos que Rusia mantiene más de 100.000 militares en la frontera y se niega a retirarlos.
Esfuerzos diplomáticos
Esta semana, Olaf Shcolz, el canciller alemán, emprende un viaje a Kiev y Moscú, en un intento por salvar los esfuerzos diplomáticos en este asunto.
Según dijo el domingo el embajador de Ucrania en Alemania, Andrii Melnik, a la cadena alemana Bild TV, el viaje de Scholz a Moscú es “probablemente la última oportunidad” de lograr la paz. “Tenemos la sensación de que la guerra es algo cada día más inevitable”, hay que prepararse “para lo peor”, dijo.
Como resalta la AFP, Alemania ha sido acusada de ser demasiado complaciente con Rusia debido a sus intereses económicos, particularmente por el proyecto del gasoducto Nord Stream 2, que llevaría gas de Rusia a Alemania sin tener que pasar por Ucrania. Berlín, sin embargo, ha endurecido el tono en los últimos días.
“Estamos frente al riesgo de un conflicto militar, de una guerra, en Europa oriental, y Rusia es responsable”, dijo el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Al esfuerzo diplomático se suma el primer ministro británico, Boris Johnson, quien luego de haber visitado Kiev en las últimas semanas para demostrarle su apoyo, mantendrá conversaciones con otros líderes, con especial interés en los de los países nórdicos y bálticos.
La amenaza del G7
Por su parte, este lunes, los ministros de Finanzas del G7 dijeron estar dispuestos a imponer “en un plazo muy corto” sanciones “con consecuencias importantes e inmediatas para la economía rusa”, en caso de agresión militar contra Ucrania.
“Nuestra prioridad inmediata es apoyar los esfuerzos destinados a hacer avanzar la situación”, dicen los ministros de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Canadá, Alemania, Italia y Japón, en un comunicado.
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