Italia, España y Hungría: los coqueteos de Europa con la extrema derecha
La llegada de Giorgia Meloni al poder en Italia vuelve a poner sobre la mesa una preocupación latente en la política mundial: el ascenso de la ultraderecha en Europa. ¿Cuáles son las posturas de Meloni? ¿Cómo está el movimiento de extrema derecha en el viejo continente y cómo afecta esta ideología en el desarrollo de la guerra en Ucrania?
El sábado 22 de octubre, Giorgia Meloni se posesionó como primera ministra de Italia, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo, luego de lograr una histórica victoria en las elecciones legislativas del 25 de septiembre en las que obtuvo el 26 % de los votos.
Meloni, quien tiene 45 años y nació en Roma, es la líder del partido Hermanos de Italia que es de ideología conservadora nacionalista o de derecha extrema. De hecho, una de las críticas más recurrentes hacia ese partido, y también hacia Meloni, es su simpatía hacia ideas cercanas al fascismo del dictador Benito Mussolini.
El partido político de Meloni no es el único de ultraderecha que existe en Italia, de hecho, Hermanos de Italia hace parte de una coalición de derecha junto a los partidos Forza Italia, que es liderado por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, y el partido Liga, del influyente político Matteo Salvini. El ascenso de Meloni al poder no hubiera sido posible sin el respaldo y movilización de esta coalición de derecha.
A Meloni la acusan de “neofascista”, incluso han sido tantas las críticas que ha recibido por sus posturas políticas que el pasado martes tuvo que salir a negar en público su simpatía por el fascismo ante la Cámara de Diputados de Italia.
Algunos analistas han señalado que la llegada de Meloni al poder representa al gobierno más de ultraderecha de la Unión Europea, por lo que hay preocupaciones sobre las políticas que se puedan tomar en Italia en contra de la migración, los derechos Lgbti y la separación de la comunidad europea.
Específicamente, los movimientos de extrema derecha tienen tres reivindicaciones, según el profesor Mauricio Jaramillo, que son el rechazo al libre comercio y las políticas neoliberales de la Unión Europea; el nacionalismo en contra del discurso multicultural de la Unión Europea y concretamente contra los migrantes y el discurso relativo a las clases medias que se consideran abandonadas por la política tradicional.
Sin embargo, actualmente Italia no es el único país del viejo continente en el que están cogiendo fuerza los políticos y sectores de derecha. En España, por ejemplo, el partido Vox cada vez atrae a más adeptos a sus posturas conservadoras. En Francia, el partido nacionalista de Agrupación Nacional de la diputada Marine Le Pen también está creciendo. Así como en Alemania el partido de ultraderecha de Alternativa para Alemania sigue abriéndose paso en el parlamento alemán.
Además, en países de Europa del este la tendencia es mucho más marcada y radical. Allí, el gobierno de Hungría, liderado por Viktor Orbán desde hace más de 12 años, ha sido uno de los sistemas políticos más alarmantes debido a sus medidas antimigratorias. Los partidos Federación de Jóvenes Demócratas-Alianza Cívica Húngara (Fidesz-MPSz) y el Partido Popular Cristiano Democrático (KDNP) son las fuerzas políticas dominantes en ese país. En Polonia, también existe una ideología conservadora, nacionalista y cristiana que se representa en los partidos que tiene el control del gobierno actual: Ley y Justicia (PiS) y Polonia Solidaria (SP).
Por otro lado, existe la preocupación del papel de los movimientos de extrema derecha en Europa, en un momento de guerra entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, para Jaramillo, hay un gran consenso en Europa con respecto de la necesidad de condenar a Rusia.
Otra de las noticias más recientes que evidencian el auge de la ultraderecha en Europa ha sido lo que pasó en Suecia tras las elecciones parlamentarias, allí los partidos de extrema derecha son la segunda fuerza política más importante y se dice incluso que tiene la posibilidad de formar un gobierno en el país nórdico.
El sábado 22 de octubre, Giorgia Meloni se posesionó como primera ministra de Italia, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo, luego de lograr una histórica victoria en las elecciones legislativas del 25 de septiembre en las que obtuvo el 26 % de los votos.
Meloni, quien tiene 45 años y nació en Roma, es la líder del partido Hermanos de Italia que es de ideología conservadora nacionalista o de derecha extrema. De hecho, una de las críticas más recurrentes hacia ese partido, y también hacia Meloni, es su simpatía hacia ideas cercanas al fascismo del dictador Benito Mussolini.
El partido político de Meloni no es el único de ultraderecha que existe en Italia, de hecho, Hermanos de Italia hace parte de una coalición de derecha junto a los partidos Forza Italia, que es liderado por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, y el partido Liga, del influyente político Matteo Salvini. El ascenso de Meloni al poder no hubiera sido posible sin el respaldo y movilización de esta coalición de derecha.
A Meloni la acusan de “neofascista”, incluso han sido tantas las críticas que ha recibido por sus posturas políticas que el pasado martes tuvo que salir a negar en público su simpatía por el fascismo ante la Cámara de Diputados de Italia.
Algunos analistas han señalado que la llegada de Meloni al poder representa al gobierno más de ultraderecha de la Unión Europea, por lo que hay preocupaciones sobre las políticas que se puedan tomar en Italia en contra de la migración, los derechos Lgbti y la separación de la comunidad europea.
Específicamente, los movimientos de extrema derecha tienen tres reivindicaciones, según el profesor Mauricio Jaramillo, que son el rechazo al libre comercio y las políticas neoliberales de la Unión Europea; el nacionalismo en contra del discurso multicultural de la Unión Europea y concretamente contra los migrantes y el discurso relativo a las clases medias que se consideran abandonadas por la política tradicional.
Sin embargo, actualmente Italia no es el único país del viejo continente en el que están cogiendo fuerza los políticos y sectores de derecha. En España, por ejemplo, el partido Vox cada vez atrae a más adeptos a sus posturas conservadoras. En Francia, el partido nacionalista de Agrupación Nacional de la diputada Marine Le Pen también está creciendo. Así como en Alemania el partido de ultraderecha de Alternativa para Alemania sigue abriéndose paso en el parlamento alemán.
Además, en países de Europa del este la tendencia es mucho más marcada y radical. Allí, el gobierno de Hungría, liderado por Viktor Orbán desde hace más de 12 años, ha sido uno de los sistemas políticos más alarmantes debido a sus medidas antimigratorias. Los partidos Federación de Jóvenes Demócratas-Alianza Cívica Húngara (Fidesz-MPSz) y el Partido Popular Cristiano Democrático (KDNP) son las fuerzas políticas dominantes en ese país. En Polonia, también existe una ideología conservadora, nacionalista y cristiana que se representa en los partidos que tiene el control del gobierno actual: Ley y Justicia (PiS) y Polonia Solidaria (SP).
Por otro lado, existe la preocupación del papel de los movimientos de extrema derecha en Europa, en un momento de guerra entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, para Jaramillo, hay un gran consenso en Europa con respecto de la necesidad de condenar a Rusia.
Otra de las noticias más recientes que evidencian el auge de la ultraderecha en Europa ha sido lo que pasó en Suecia tras las elecciones parlamentarias, allí los partidos de extrema derecha son la segunda fuerza política más importante y se dice incluso que tiene la posibilidad de formar un gobierno en el país nórdico.