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Los comentarios del vicealmirante alemán Kay-Achim Schönbac, jefe de la marina de Alemania, han puesto en aprietos al gobierno de Olaf Scholz quien, desde su llegada al poder, ha tenido dificultades para convencer sobre su voluntad de mantenerse firme con Rusia.
⚓ ¿Qué dijo Schönbac?
Durante una visita al Instituto Manohar Parrikar para Estudios y Análisis de Defensa de la India, Schönbac dijo que lo que realmente buscaba el presidente ruso, Vladimir Putin, en medio de la tensión con Ucrania, era respeto, y sugirió que los gobiernos occidentales debían dárselo.
“Lo que él (Putin) realmente quiere es respeto. Y Dios mío, respetar a alguien es de bajo costo, incluso sin costo… Es fácil darle el respeto que realmente exige, y probablemente también merece”, dijo Schönbac.
También calificó de una “sandez” la idea de que Rusia buscaba invadir a Ucrania, contrario a lo que han dicho gobiernos como el de Estados Unidos y Reino Unido, y remató asegurando que Ucrania había perdido Crimea y no iba a poder recuperar el control sobre la península.
“Nunca volverá, es un hecho”, señaló.
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🤔 ¿Por qué causó tanta controversia?
Los países occidentales llevan semanas inquietos por el riesgo de una invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la respuesta que quieren dar la mayoría de los gobiernos y lo que espera Alemania.
Mientras Estados Unidos, Reino Unido y los países bálticos esperan enviar armas a Ucrania, Berlín considera que esta forma de apoyo solamente exacerbaría las tensiones. Los comentarios del vicealmirante Schönbac, entonces, marcan para gobiernos como el de Kiev una posición “blanda” sobre Moscú, lo cual continúa irritando las relaciones entre este gobierno y Berlín.
“La única política pertinente es permitirnos defendernos”, replicó este domingo, en entrevista con el diario alemán Welt am Sonntag, el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, volviendo a mencionar su “decepción” por la posición alemana.
Pese a la destitución forzada de Schönbac el sábado de noche, 24 horas después de difundirse tales declaraciones realizadas en India, la irritación de Kiev continúa siendo muy fuerte y se alimenta de la persistencia de Alemania en no brindarle armas.
Esta situación ha obligado a que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, preocupado por dar la imagen de un frente unido con sus aliados frente a Moscú, declare públicamente que no tiene “ninguna duda” sobre la determinación de Alemania frente a Rusia.
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🤝 La incógnita sobre las relaciones alemanas
Desde diciembre, con la toma de funciones del sucesor de Angela Merkel, que gobierna en coalición con ecologistas y liberales, “reina la confusión respecto a quién determina el rumbo actual de la política alemana hacia Rusia: ¿la cancillería en manos del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) o el ministerio de Exteriores dirigido por los Verdes?”, se pregunta en un artículo publicado en esta semana la investigadora Jana Puglierin, de la rama berlinesa del centro de reflexión ECFR (European Council on Foreign Relations).
Los socialdemócratas se muestran particularmente divididos, como lo demuestran las prórrogas a la puesta en funcionamiento del controvertido gasoducto Nord Stream 2 (NS2).
A mediados de enero, el ministro de Defensa alemán (del SPD) consideró que la decisión respecto a la puesta en marcha de este gasoducto entre Rusia y Alemania debería quedar fuera del asunto ucraniano.
No obstante, “hasta ahora, el canciller se ha limitado a un mínimo sobre la crisis ruso-ucraniana: declaraciones muy breves, estereotipadas y, solamente respondiendo a preguntas”, tuiteó el sábado Ulrich Speck, experto de la oficina en Berlín del German Marshall Fund (GMF).
Otro socialdemócrata Michael Roth, exsecretario de Estado para Asuntos Europeos, en cambio, pensaba que Alemania debería desaprobar al NS2 en caso de una agresión rusa a Ucrania.
“El resultado fue una cacofonía que daba la impresión de que Berlín carecía de liderazgo”, señala Puglierin.
El propio Scholz ha cultivado la ambigüedad al mencionar al NS2 como “proyecto privado”.
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◼️ ¿Cuál es el problema con la posición alemana?
“Las tergiversaciones alemanas constituyen un peligro para la estrategia occidental”, se inquieta el semanario Spiegel, en tanto Die Zeit rememora la nostalgia que para muchos miembros del SPD tiene la palabra ‘Rusia’, por la “Ostpolitik”, o sea, el acercamiento a Moscú comenzado por el canciller Willy Brandt en los años 1970, privilegiando al diálogo.
La conservadora Angela Merkel, por su parte, también se preocupó en su 16 años de mandato en mantener buenas relaciones con Moscú, eludiendo las disputas geopolíticas por los intereses económicos entre ambos países.
Alemania “ha visto los actos del Kremlin de una manera crítica, pero al mismo tiempo pasiva en las últimas tres décadas”, afirman en una carta publicada por die Zeit 73 expertos sobre Europa del Este y en seguridad, abogando porque Berlín ponga fin a su indulgencia y “corrija” el trato especial brindado a Rusia.
A comienzos de esta semana, había recibido en Kiev a la jefa de la diplomacia alemana, la ecologista Annalena Baerbock, quien le aseguró que su país haría “todo lo posible para garantizar la seguridad de Ucrania”.
La misma intransigencia que ha mostrado el canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, quien no cesa de repetir que cualquier agresión rusa a Ucrania tendrá un “elevado costo” para Moscú, como repitió en una entrevista publicada este domingo por el Süddeutsche Zeitung, en la que, no obstante, hace también un llamado a la “prudencia”.
*Con información de AFP.
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