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Enfrentamientos entre hombres armados y la policía estaban en curso en el norte de Kosovo, horas después de que un agente muriera cuando su patrulla fue blanco de una emboscada con armas y explosivos. El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, informó que al menos 30 hombres fuertemente armados se atrincheraron en un monasterio y que están rodeados por la policía.
“Hay al menos 30 profesionales, militares o policiales armados, que están rodeados por nuestras fuerzas policiales y a quienes invito a entregarse”, dijo Kurti durante una rueda de prensa.
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El primer ministro agregó que el grupo estaba dentro y alrededor de un monasterio cerca del pueblo de Banjska, no muy lejos de donde la patrulla fue emboscada la madrugada del domingo. La Iglesia ortodoxa serbia confirmó que hombres armados habían irrumpido en un monasterio en Banjska, donde se alojaban peregrinos.
“Podemos ver gente armada y uniformada (...) nos están disparando y nosotros respondemos”, dijo a AFP por teléfono desde Banjska el responsable de la policía de Kosovo, Veton Elshan.
Tensiones
Este estallido de violencia comenzó temprano el domingo cuando un policía murió cuando patrullaba cerca de la frontera con Serbia. Según las autoridades, la patrulla de la policía fue atacada por un grupo armado al dirigirse a una carretera cerrada cerca de la frontera con Serbia.
“La unidad de policía fue atacada desde diferentes posiciones con armas pesadas, entre ellas granadas”, precisó un comunicado de la policía. Otro agente resultó herido en la emboscada. Kurti calificó la emboscada como un acto de terrorismo y culpó al gobierno serbio.
“El crimen organizado, con apoyo político, financiero y logístico de funcionarios de Belgrado, está atacando nuestro país”, escribió en las redes sociales.
El medio de comunicación estatal serbio RTS informó que se habían cerrado los cruces fronterizos de Jarinje y Brnjak entre Serbia y Kosovo.
El norte de Kosovo suele registrar incidentes de este tipo, pero las tensiones se dispararon en mayo después de que los dirigentes kosovares instalaran alcaldes de etnia albanesa en cuatro municipios de mayoría serbia. Más de 30 soldados de la KFOR, la misión de paz de la OTAN para Kosovo, resultaron heridos en enfrentamientos con manifestantes serbios.
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Serbia se niega a reconocer la independencia de su antigua provincia, cuya población de 1,8 millones de habitantes, de mayoría albanesa, incluye una comunidad de origen serbio de unas 120.000 personas, que viven esencialmente en el norte de Kosovo.
“Ataque contra Kosovo”
“Es un ataque contra Kosovo”, denunció la presidenta, Vjosa Osmani. “Estos ataques demuestran, si aún fuera necesario, el poder desestabilizador de las bandas criminales, organizadas por Serbia, que han estado desestabilizando Kosovo y la región durante mucho tiempo”, escribió en un comunicado.
El mandatario pidió a los aliados de Kosovo que apoyen al país “en sus esfuerzos por establecer la paz y el orden y preservar la soberanía sobre toda la República de Kosovo”.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, anunció que tomará la palabra por la tarde para “desacreditar todas las mentiras y teorías conspirativas de Albin Kurti, que solo crean el caos y el infierno” en Kosovo.
La Unión Europea condenó en un mensaje en X (ex Twitter) de su jefe de la diplomacia, Josep Borrell, “el horrible ataque contra los policías”. “Los responsables deberán ser juzgados”, apuntó. La ministra de Exteriores de Kosovo, Donika Gërvalla-Schwarz, calificó hoy de “vergonzosa” la reacción del alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior.
“Señor Borrell, ¿realmente? ¿Unos ters matan a la policía y usted hace un llamamiento a “todos los actores”? ¿Ni una sola palabra de apoyo a la policía? ¿Ni siquiera contra los terroristas?”, escribió la ministra en la red social X, antes Twitter, en reacción al comunicado emitido por Borrell. Preguntó si Borrell “se refiere también a ataques terroristas en España como hostilidades” y añadió: “¡Qué vergüenza! ¿Cómo pueden los miembros de la UE seguir tolerando este cinismo?”.
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La guerra de Kosovo (1998-1999), entre fuerzas serbias e independentistas albanokosovares, dejó 13.000 muertos, la mayoría albaneses. Desde entonces, las relaciones entre los dos antiguos enemigos han ido de crisis en crisis.
La comunidad internacional ha instado a ambas partes a reducir la tensión en varias ocasiones y ha subrayado que la adhesión de Belgrado y Pristina a la Unión Europea podría verse comprometida por este rebrote de violencia. Hace diez días, los últimos intentos de diálogo entre el primer ministro de Kosovo y el presidente serbio fracasaron al cabo de apenas unas horas.
La parte serbia desea, como condición previa para cualquier discusión, obtener una forma de asociación de las comunidades serbias en el norte, mientras que la parte kosovar tiene como condición previa el reconocimiento por parte de Belgrado de la independencia de Kosovo.
En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la semana pasada, el presidente serbio acusó a Occidente de hipocresía, argumentando que el reconocimiento de Kosovo se basaba en los mismos argumentos que utilizó Rusia para invadir Ucrania.
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