La corrupción endémica, la otra guerra que libra Zelenski en Ucrania
El gran “enemigo interno” de Ucrania ante de la invasión todavía hace de las suyas en el país. Esta semana, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tuvo que expulsar a varios funcionarios en una redada anticorrupción.
Los problemas para Ucrania no empezaron con la invasión rusa. En 2017, Svitlana Zalishcuk, hoy asesora de política exterior del viceprimer ministro de Ucrania, le comentaba a Open Democracy que el desafío más apremiante que enfrentaba su país era “el cáncer de la corrupción en el cuerpo político”. Para ese momento, Ucrania ocupaba el puesto 130 en el informe de Transparencia Internacional sobre abuso del poder y corrupción. La política estaba dominada por oligarcas poderosos que eran dueños de sus propios partidos políticos, que veían como vehículos para sus ambiciones. También dominaban medios e incluso batallones paramilitares, según cuenta Zalishcuk.
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Los problemas para Ucrania no empezaron con la invasión rusa. En 2017, Svitlana Zalishcuk, hoy asesora de política exterior del viceprimer ministro de Ucrania, le comentaba a Open Democracy que el desafío más apremiante que enfrentaba su país era “el cáncer de la corrupción en el cuerpo político”. Para ese momento, Ucrania ocupaba el puesto 130 en el informe de Transparencia Internacional sobre abuso del poder y corrupción. La política estaba dominada por oligarcas poderosos que eran dueños de sus propios partidos políticos, que veían como vehículos para sus ambiciones. También dominaban medios e incluso batallones paramilitares, según cuenta Zalishcuk.
La corrupción es muy costosa. Transparencia Internacional también estimó que los ucranianos pagaban unos US$400 millones al año en sobornos. Entre el 30 % y 50 % de la población se había enfrentado a algún tipo de corrupción en el gobierno, pues esta tocaba con sus tentáculos a cada aspecto de la vida diaria. Solo en el campo educativo, a los estudiantes se les cobraba hasta US$50 para aprobar un examen y hasta US$21.500 para obtener un cupo en una universidad. Para 2012, solo el 23 % de los fondos de servicios sociales estaban destinados a personas que de verdad o necesitaban; a pesar de contar con un sistema de salud en teoría gratuito, los ciudadanos eran obligados a pagar sobornos y comprar medicamentos contra enfermedades a precios inflados. Antes de la guerra, el 97 % de las carreteras en el país necesitaban reparaciones, pero la corrupción se tragaba todo el presupuesto.
Este “enemigo interno” era la verdadera gran preocupación de la población, incluso por encima de la poderosa amenaza rusa que lanzaba intimidaciones de tanto en tanto sobre una posible anexión total. Por eso, cuando un joven y carismático comediante, llamado Volodimir Zelenski, apareció con un mensaje sonoro de lucha contra la corrupción, el país se volcó a respaldarlo. A pesar de no tener experiencia en la política, más allá de la sátira que realizaba en un programa sobre los oligarcas que dominaban el país, Zelenski fue elegido como presidente en 2019. El resto es historia.
Zelenski ha tenido que lidiar con las mayores crisis en la historia de su país, entre una pandemia y una invasión extranjera en solo dos años. Para el pueblo ucraniano, su trabajo ha sido increíble, razón por la que goza de una popularidad del 84 %. Pero de fondo aún queda esa tarea pendiente: la corrupción. Esa misma que llevó a que la misma migración por la guerra fuera tan desigual. Cabe recordar el escándalo por el bautizado “Batallón de Mónaco”, un grupo de cerca de 80 funcionarios, antiguos y todavía en su cargo, que usaron su posición para facilitar su salida del país apenas estalló la guerra en febrero de 2022.
El miércoles, Zelenski anunció un revolcón en el gobierno, al despedir a funcionarios técnicos nacionales y regionales por acusaciones de corrupción. También hubo varias renuncias. Vyacheslav Shapovalov, diputado del Ministerio de Defensa responsable de suministrar los alimentos para las tropas, dimitió de su cargo en medio de las investigaciones por compra de raciones militares a precios inflados. Según el medio ucraniano ZN, el Ministerio compró huevos a $2.088 pesos (17 grivnas), cuando el valor real es de $859 pesos (7 grivnas) por pieza. El Ministerio ha calificado los precios inflados de un “error técnico” a la hora de poner los valores en las tablas, y calificó a las noticias de “manipulaciones”. A su vez, anunció una investigación para conocer quién filtró los detalles de los contratos.
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A la salida de Shapovalov se le sumó el despido del fiscal general interino, Oleksiy Symonenko (acusado de irse a pasar vacaciones a España, pagadas por un empresario ucraniano), y viceministros de las carteras de Desarrollo Comunitario y Territorial, (Ivan Lukerya y Vyacheslav Negoda) y Política Social (Vitaly Muzychenjo). También fueron removidos de sus cargos los jefes de las regiones de Sumy, Zaporiyia, Jersón y Dnipró. En esta última región, el gobernador, Valentyn Reznichenko, está acusado de destinar US$41 millones al proyecto de reconstrucción de la ciudad a una empresa en la que su novia, Yana Khlanta, es copropietaria. Pero la figura más destacada de esta purga fue Kyryl Tymoshenko, subdirector de la oficina del presidente, quien ya cargaba con varios escándalos encima, como el uso personal de vehículos donados para fines humanitarios.
“Los funcionarios de todos los niveles han sido advertidos constantemente a través de canales oficiales y no oficiales: concéntrense en la guerra, ayuden a las víctimas, reduzcan la burocracia y dejen de hacer negocios dudosos. Muchos de ellos realmente han escuchado, pero algunos, desafortunadamente, no lo hicieron”, dijo David Arakhamia, líder del partido Siervo del Pueblo de Zelenski, quien resaltó que los corruptos podrían ir a la cárcel.
Es poco probable que estos nuevos escándalos de corrupción tengan impacto en la imagen del gobierno de Zelenski. Después de todo, los despidos son especialmente funcionarios técnicos y no hay ningún ministro salpicado por las acusaciones. “Es poco probable que cambie la composición básica del gobierno actual y tampoco lo hará el equilibrio de poder en el gobierno ucraniano. Figuras clave como el primer ministro, Denys Shmyhal, y el ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, permanecen en sus puestos”, manifestaron Stefan Wolff y Tatyana Malyarenko, expertos en seguridad nacional y relaciones internacionales en The Conversation.
Pero lo que sí hacen estos escándalos es recordarle al público que el enemigo interno no ha sido derrotado: la corrupción interna todavía es una lucha que debe dar Zelenski, quien deberá continuar con estos revolcones para tranquilizar a los donantes occidentales que se muestran preocupados cada vez que se vuelve a mencionar la palabra corrupción en el país. Fortalecer la percepción de que se están redoblando los esfuerzos anticorrupción es más que necesario para el presidente, sobre todo cuando los republicanos en Estados Unidos, ahora con el control del presupuesto, cuestionan la ayuda ofrecida a Kiev. Y más importante aún: Zelenski tiene que liderar la reconstrucción de un país, no solo desde la infraestructura, sino de la estructura social para mejorar las calificaciones de transparencia y facilite la vida de su pueblo en los anhelados tiempos de paz.
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