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Con tan solo 17 años Emanuele Sibillo se convirtió en uno de los símbolos mafiosos más imponentes de Italia. Nació de una familia de artesanos en Nápoles y en poco tiempo logró formar una banda de adolescentes que le quitaron el poder a los clanes tradicionales de la ciudad. La violencia, sin embargo, llegó a tal nivel que en el 2015 murió con varios balazos en el pecho y solo con 19 años.
Hoy las fuerzas del orden italianas retiraron hoy el monumento funerario dedicado a Sibillo, jefe de la llamada “Banda de los niños” de la camorra, la mafia de Nápoles, erigido en una callejuela del centro de la ciudad para rendirle “culto”, dentro de la operación que emprendieron en marzo para eliminar los llamados “altares” dedicados a los camorristas.
El asesinato de Sibillo se dio en un callejón cerca de Castel Capuano, bastión de la familia Buonerba, rival de su clan. Desde entonces se había convertido en una especie de héroe porque siendo tan joven ya estaba al frente del clan del centro histórico de Nápoles junto a su hermano Pasquale.
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Era el jefe de un numeroso grupo de menores y jóvenes que se habían convertido en despiadados sicarios de la sangrienta batalla interna que dejó en tres años cerca 60 muertos en la zona y que recogió el periodista amenazado por la camorra Roberto Saviano en su libro “La paranza dei bambini” (La banda de los niños).
Para rendirle homenaje se había construido un monumento de cerca dos metros de altura en la entrada del edificio donde vive la mayor parte de la familia, en la calle Santi Filippo y Giacomo. Una especie de altar dedicado a la virgen, pero en el que se guardaban incluso las cenizas de Sibillo y un busto con su imagen y escrito “ES17”, que es como se le conocía.
La acción de los carabineros, apoyados por el cuerpo de bomberos, se vio entorpecida por la intervención de algunos familiares del joven que intentaron impedir la retirada del altar, alegando que la zona, justo dentro del patio del edificio, era privada.
Mientras, en una operación policial, también hoy, los agentes detuvieron a 21 personas supuestamente vinculadas al clan Sibillo, cuyas riendas había tomado su hermano Pasquale. La retirada de murales y “altares” que rinden homenaje a los camorristas en las calles de Nápoles fue decidida por la comisión provincial de orden público y seguridad el pasado 4 de marzo y ya han registrado una decena de intervenciones en el llamado barrio español, en Scampia y otros lugares de la ciudad.
Entre los objetos retirados figura una hornacina en el barrio de Forcella dedicada al culto de la Virgen dell’Arco, que se había convertido en un altar para Raffaele Ivone, un joven asesinado en una redada de la camorra en 2008. También se quitó un mural que se había pintado en una de las calles de la ciudad dedicado a Luigi Caiafa, el joven de 17 años al que la Policía mató mientras llevaba a cabo un robo en octubre del año pasado.
El pasado 21 de abril algunas personas, entre ellas el hermano del fallecido, se intentaron oponer a la retirada en la calle Ferrante Imparato, en el barrio de San Giovanni a Teducci, del mural que representa al delincuente Raffaele Tammaro, fallecido por enfermedad y con numerosos antecedentes.
Desde siempre, los “altares” de la camorra que proliferan por las calles y muros de Nápoles se confunden entre lo sagrado y lo profano y la ministra italiana del Interior, Luciana Lamorgese, ha pedido ya en varias ocasiones que se retirasen de la ciudad.
El programa de intervenciones continuará en los próximos días y semanas, “con el objetivo de restaurar el respeto a legalidad con la remoción progresiva de monumentos u otros símbolos que se encuentran ilegalmente en la vía pública”, aseguró el Ayuntamiento de Nápoles.