Esta vez, el invierno puede jugar en contra de los rusos en el frente de guerra
Con la llegada del invierno, la guerra en Ucrania entra en una fase decisiva. No se debe confiar en la creencia popular de que a las tropas rusas les va mejor con las temperaturas bajas. Se avecina una temporada muy difícil.
“¡Se acerca el momento de Stalingrado de Putin!”, escribió John Spencer, experto en estudios de guerra urbana del Madison Policy Forum. No es el único que ha usado esa metáfora. Él, como otros estudiosos del conflicto en Ucrania, empieza a considerar que las decisiones que ha tomado el presidente ruso, Vladimir Putin, y los generales rusos en la región de la invadida Jersón, podrían llevar a una escena similar a la de la Batalla de Stalingrado, cuando el mariscal de campo alemán Friedrich Paul y su sexto ejército se rindieron ante el Ejército Rojo de la Unión Soviética. Tal episodio marcó el inicio del desmoronamiento de la campaña militar de los invasores nazis en la Segunda Guerra Mundial. Pero desarrollemos un poco la idea de Spencer para ver por qué las tropas rusas podrían tener un destino similar.
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“¡Se acerca el momento de Stalingrado de Putin!”, escribió John Spencer, experto en estudios de guerra urbana del Madison Policy Forum. No es el único que ha usado esa metáfora. Él, como otros estudiosos del conflicto en Ucrania, empieza a considerar que las decisiones que ha tomado el presidente ruso, Vladimir Putin, y los generales rusos en la región de la invadida Jersón, podrían llevar a una escena similar a la de la Batalla de Stalingrado, cuando el mariscal de campo alemán Friedrich Paul y su sexto ejército se rindieron ante el Ejército Rojo de la Unión Soviética. Tal episodio marcó el inicio del desmoronamiento de la campaña militar de los invasores nazis en la Segunda Guerra Mundial. Pero desarrollemos un poco la idea de Spencer para ver por qué las tropas rusas podrían tener un destino similar.
La clave acá es entender el papel que jugó el temido “General Invierno” en la Segunda Guerra Mundial. No, no era una persona: así fue como se le bautizó a las condiciones climáticas que permitieron a los rusos ganarle a la Wehrmacht de la Alemania Nazi el enfrentamiento en Stalingrado, luego de seis intensos meses de combate —aunque es importante aclarar que este término en el ámbito militar ya había sido usado en guerras anteriores, como la invasión de Napoleón a Rusia—. En Stalingrado, los alemanes simplemente no estaban preparados para semejantes temperaturas tan bajas. No viajaron ni con la ropa de abrigo adecuada, ni con provisiones o equipos suficientes para atender las necesidades de la guerra. Y no lo hicieron porque hubieran subestimado al enemigo, sino porque no pensaron que fueran a pasar tantos meses en su misión. Para sobrevivir en el hielo, muchos robaban la ropa a los caídos en el combate.
A partir de la historia de Stalingrado se fue consolidando el mito de cómo los rusos soportan el frío y por qué es una pésima decisión militar buscar atacarlos en invierno, cuando, por la forma en la que se ha contado la campaña, se asume que son más fuertes. La construcción de esta narrativa heroica la vemos masificada hoy a través de memes que sugieren lo ridículo que puede ser pensar en enfrentarse a los rusos en invierno. Sin embargo, hay que destacar, por un lado, que la historia está incompleta: Rusia tuvo un estimado de cerca de 1.500.000 muertos en la Batalla de Stalingrado, medio millón más que las bajas del Ejército Nazi. Así que los rusos también sufrieron mucho. El rol del invierno y el frío a favor de los rusos hay que matizarlo, pues fueron otra serie de factores los que llevaron a la capitulación nazi.
Este contexto era importante para entender el plano de la actual guerra en Ucrania: el invierno sí va a jugar un rol en el frente de batalla, así como lo jugó en Stalingrado, pues acelera la propagación de enfermedades, aumenta los niveles de desmoralización de las tropas al sumergir las esperanzas de supervivencia. En las trincheras, los soldados se podrán desanimar al ver que se quedan desabastecidos y se complican las comunicaciones. Pero ¿son los rusos quienes tienen la ventaja? Para nada. De hecho, si alguien puede recibir una leve ventaja del invierno sería el ejército ucraniano.
Durante meses, los aliados de Ucrania han previsto que las condiciones climáticas pueden jugar un rol decisivo en la guerra y el invierno será la temporada en la que tanto las tropas de Kiev como la población civil necesitan estar mejor equipados. Por eso, Canadá ha comandado la distribución de casi medio millón de conjuntos de ropa de invierno de sus reservas militares para los ucranianos; prendas modernas y efectivas. El Ministerio de Agricultura se ha ocupado de que no queden desabastecidos de comida, mientras Estados Unidos y otros países renuevan su arsenal para defenderse de los ataques enemigos.
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Del lado ruso es donde se observan problemas. Rusia ha dejado ver sus grandes fallas de logística para abastecer a sus tropas en el frente de guerra; inconvenientes que son exacerbados por una consumada corrupción. Es por eso que la estrategia de Moscú ha sido disparar contra los centros de abastecimiento ucranianos, para cortar su eficiente cadena de suministros y compensar sus derrotas en el campo de batalla. En las últimas semanas, los sistemas de agua y las plantas de energía han sido el foco de los misiles rusos y los drones explosivos.
“Putin quiere congelar a los ucranianos en sus hogares, dicen amigos con los que he estado hablando, no solo en Kiev, sino en otras ciudades, se enfrentan cada vez más a cortes de energía prolongados. Me dijeron que el lado que se congele primero será el lado que pierda”, dijo la corresponsal Misha Zelinsky del Financial Review.
En ciudades como Lviv, en el oeste de Ucrania, las autoridades han comprado cientos de quemadores de leña de hierro fundido con bulbo para repartirlos entre los ciudadanos, a sabiendas de que los ataques rusos contra la infraestructura energética continuarán. El plan es comprar y repartir miles de estos equipos. Oleksii Riabchyn, asesor de energía del gobierno ucraniano y ex viceministro de energía, le dijo a Politico que el plan de Moscú busca también dañar la moral ucraniana al obligar a la sociedad a aguantar frío, pero dice que esto no funcionará porque todos se están preparando para “una temporada muy difícil”.
“La gente está lista para sufrir, y pase lo que pase, para ganar la guerra”, agregó por su lado Mykhailo Podolyak, asesor de la oficina del presidente Volodimir Zelensky, en una entrevista con Politico.
Creer que la llegada del invierno beneficiará a los rusos por la creencia popular de que son mejores resistiendo al invierno es ignorar los detalles de la historia de Stalingrado, la corrupción estatal que ha dejado a miles de soldados rusos a la deriva en el frente de la actual guerra en Ucrania y la inmensa ayuda que ha recibido Kiev para prepararse para esta temporada.
“Claramente, Rusia está experimentando algunos desafíos logísticos y de mantenimiento significativos en este momento. Esos solo se volverán más difíciles a medida que comiencen los meses de invierno, por lo que el tiempo es ciertamente esencial cuando se trata de capitalizar”, le dijo el general Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono, a un grupo de periodistas. “El ‘equipo local’ de Ucrania tiene la ventaja táctica, ya que sus cadenas de suministro son mucho más cortas, con menos riesgo de interrupción y apoyo logístico”, agregó por su parte Dale Buckner, coronel retirado del Ejército de EE. UU. y director ejecutivo de la firma de seguridad internacional Global Guardian, en diálogo con USA Today.
Pero que estos comentarios no eleven demasiado las expectativas sobre lo que puede lograr Ucrania. De todas maneras, como dice Mike Martin, investigador sénior del Kings College de Londres, citado por The Conversation, “el estilo de guerra ucraniano se basa en la maniobra, que requiere velocidad y agilidad. Ambos son mucho más difíciles de lograr en invierno”. Por esto, es probable que veamos una desaceleración del impulso de la contraofensiva ucraniana, dando lugar a que Rusia pueda fortalecerse en las zonas en las que las tropas de Kiev venían avanzando.
En un terreno pantanoso como el que se verá de diciembre a febrero, las operaciones militares de Ucrania se detendrán porque no podrán mover tropas y equipos pesados con rapidez. Rusia, por otro lado, podrá continuar con sus ataques con aviones no tripulados, al estilo blitzkrieg, como los nazis contra el Reino Unido, cuando el clima no lo permita. ¿La buena noticia para Kiev? Rusia se está quedando sin misiles guiados con precisión y los ucranianos son cada vez mejores en el derribo de los drones suministrados por Irán. Sin embargo, no logra contenerlos a todos. Es por esto que Ucrania solicita sistemas de defensa más poderosos para proteger sus cielos. Y lo necesita con mucha urgencia. El invierno se acerca.
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