La neutralidad, el costo de ampliar la OTAN con Finlandia (y Suecia)
La luz verde que dio Turquía para la adhesión de Finlandia a la OTAN provoca, además de una reconfiguración geopolítica, un debate alrededor de las posturas neutrales de Helsinki, provenientes de la Guerra Fría. Esto se extiende a Suecia, que, según analistas, eventualmente podría recibir el visto bueno de Turquía, pues podría ser “una carta” que juegue Erdoğan frente a sus necesidades con respecto a Europa y a las próximas elecciones de Ankara.
María José Noriega Ramírez
“Celebro la votación de la Gran Asamblea Nacional de Turquía para ratificar la membresía de Finlandia a la OTAN. Los treinta aliados han ratificado el protocolo de acceso y acabo de hablar con el presidente Sauli Niinistö para felicitarlo en esta ocasión histórica. Finlandia se unirá formalmente a la alianza en los próximos días y su membresía hará que sea un país más seguro y que la OTAN sea más fuerte. Finlandia tiene fuerzas altamente capaces, facultades avanzadas y fuertes instituciones democráticas, por lo que brindará mucho a nuestra alianza”, aseguró Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica, a través de un video publicado en Twitter.
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“Celebro la votación de la Gran Asamblea Nacional de Turquía para ratificar la membresía de Finlandia a la OTAN. Los treinta aliados han ratificado el protocolo de acceso y acabo de hablar con el presidente Sauli Niinistö para felicitarlo en esta ocasión histórica. Finlandia se unirá formalmente a la alianza en los próximos días y su membresía hará que sea un país más seguro y que la OTAN sea más fuerte. Finlandia tiene fuerzas altamente capaces, facultades avanzadas y fuertes instituciones democráticas, por lo que brindará mucho a nuestra alianza”, aseguró Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica, a través de un video publicado en Twitter.
La próxima cumbre de la Alianza Atlántica, que se realizará en julio, en Lituania, será el escenario donde se hará oficial la entrada de Finlandia. Con ello, en medio de una frontera de 1.340 km con Rusia, abandonaría su neutralidad, un año después del inicio de la guerra entre Moscú y Kiev, y se convertiría en el séptimo país de la OTAN con presencia en el Mar Báltico, aislando aún más el acceso costero de Rusia en San Petersburgo y en su pequeño enclave de Kaliningrado. Algo de eso comenta Mariano Aguirre Ernst, asesor de la Red Latinoamericana de Seguridad Inclusive de la Fundación Friedrich Ebert: “La guerra de Ucrania ha generado una serie de consecuencias indeseadas; una de ellas, por ejemplo, el alejamiento de gran parte de los suecos y finlandeses de sus posturas neutrales, provenientes de la Guerra Fría”.
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En medio de este cambio geopolítico, Rafael Piñeros, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, agrega que, con la adhesión de Finlandia y el debate aún abierto de la membresía de Suecia, ambos países tendrían una ventaja alrededor de la OTAN: sus tropas son profesionales y han desarrollado históricamente trabajos conjuntos con las tropas de la alianza; además, aportan a las operaciones de mantenimiento de la paz y en la resolución pacífica de los conflictos. “Se podría esperar que encuentren vías distintas de solución a las problemáticas y que ayuden a moderar algunos comportamientos. Además, sus tropas son cualificadas y tienen recursos, y eso es importante para la organización”. Sin embargo, Piñeros no desconoce que la ampliación de la OTAN con estos dos países supondría un desafío importante: entre ellos sumarían más fronteras directas con Rusia, algo que para el Kremlin es un problema y que ha sido, justamente, una de las líneas rojas frente a Ucrania.
Aguirre Ernst, que también es autor del libro Guerra Fría 2.0, recuerda que, durante la Guerra Fría, Finlandia ejerció una neutralidad controlada, en cierta forma, por la Unión Soviética. Posteriormente, ganó independencia, y aunque mantuvo una relación buena con su vecino, no faltaron las tensiones. “Para Rusia, ese país es parte de su antigua zona de influencia y por eso su entrada en la OTAN es leída desde Moscú como otro paso que dan Washington y la alianza para cercarla. Ahora bien, para Finlandia es una decisión soberana que le permite terminar con la dependencia de Rusia”. De hecho, la guerra en Ucrania provocó un cambio en la opinión pública finlandesa: en la primavera pasada, el apoyo a la membresía de la OTAN saltó de un tercio de los ciudadanos a casi el 80 % de ellos.
Con respecto a Suecia, Aguirre Ernst piensa que Ankara está haciendo esperar a Estocolmo, Bruselas y Washington, para ver qué ventajas puede conseguir de eso, pero sospecha que, eventualmente, accederá a que ingrese a la OTAN. Considera que el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, es un hábil negociador y que Turquía permanece ofendida desde hace años por la negativa y las trabas que ha encontrado para acceder como miembro de la Unión Europea. “Ante cualquier cosa que quiere Europa, la diplomacia turca pide fondos o beneficios, y en este caso le ha exigido a Suecia que sea más restrictiva en su política de asilo a los líderes kurdos. Al aceptar a Finlandia y todavía no a Suecia, Erdoğan sigue generando tensiones en la OTAN, así como entre Helsinki y Estocolmo. Además, de cara a las próximas elecciones, la ‘carta sueca’ lo puede beneficiar ante la parte más nacionalista y antieuropea de su electorado”.
Pierre Schori, exministro de Ayuda al Desarrollo, exsecretario del gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores y colaborador cercano de Olof Palme, ex primer ministro sueco, además de ser un crítico de la adhesión de Suecia a la OTAN, compartió a través de correo electrónico, a modo de contexto, una breve reflexión sobre la posición que algunos socialdemócratas tienen al respecto. “Varios miembros de la generación anterior se muestran escépticos sobre la nueva actitud del partido, y, por lo tanto, de Suecia, hacia la OTAN, en general, y hacia el acuerdo con Turquía, en particular. Lo ven como un alejamiento de una larga tradición de no alineación y de una larga solidaridad con los kurdos”, escribió en el correo. Recuerda que tanto Finlandia como Suecia se comprometieron a levantar el embargo sobre el envío de armas a Turquía, a cambio de lograr la membresía a la Alianza Atlántica. Sobre eso, escribió: “Hicimos esto cuando ya están planeando una nueva guerra en el norte de Siria. Esto va en contra de toda la tradición sueca. Es una traición. Suecia se convierte en un país diferente después de la firma del acuerdo”.
Entretanto, algunos sondeos muestran que la idea de que Suecia adhiera a la OTAN está cogiendo fuerza. Los datos de la encuesta “Novus rapport: Synen Nato, USA och Ryssland”, por ejemplo, muestran que entre abril de 2014 (28 %) y enero de 2022 (37 %), el apoyo a que Estocolmo se uniera a la Alianza Atlántica no llegaba al 40 %. Sin embargo, pasó del 41 % en febrero de 2022 al 64 % en julio de ese mismo año. “Todos los aliados hicieron una histórica decisión al invitar a Finlandia y a Suecia a ser parte de nuestra alianza. Desde entonces, hemos visto el más rápido proceso de ratificación en la historia moderna de la OTAN. Los aliados están de acuerdo en que la rápida conclusión del proceso con Suecia será de gran interés para todos. Espero, lo más pronto posible, poder darle también la bienvenida como miembro total de la familia de la OTAN”, concluyó Stoltenberg en su video.
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