Las elecciones que en España nadie quería serán el 28 de abril

El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, convocó hoy elecciones legislativas anticipadas para el 28 de abril próximo, casi nueve meses después de llegar al poder y no haber logrado aprobar su propuesta presupuestaria para 2019.

Jesús Mesa / @JesusMesa
15 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España.  / AFP
Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España. / AFP
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El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, convocó este viernes elecciones legislativas anticipadas para el 28 de abril próximo, casi nueve meses después de llegar al poder y no haber logrado aprobar su propuesta presupuestaria para 2019.

En una comparecencia ante la prensa en el Palacio de la Moncloa, sede del Ejecutivo, explicó que "entre no hacer nada y gobernar con unos presupuestos que no son los nuestros" -en alusión a los prorrogados de 2018- y "dar la palabra a los españoles", elige la segunda opción, ya que lo que decidan los ciudadanos "siempre será un gran acierto".

El presidente de España, Pedro Sánchez, sabía que su mandato sería corto y no tendría tiempo suficiente para implementar su programa de gobierno. Aun con ello, el político socialista, que asumió la Presidencia en junio de 2018, se propuso aprovechar su breve paso por La Moncloa para enseñarles a los votantes lo que podría ser una España comandada por el Partido Socialista Español (Psoe), tras siete años de gobierno del conservador Partido Popular (PP).

El plan de presupuestos para el 2019 era su carta de presentación. Con ella, Sánchez pretendía mostrarles a los españoles que ni él ni su partido estaban de paso en Madrid tras haber asumido la Presidencia luego de que Mariano Rajoy fuese destituido por una moción de censura que él mismo impulsó.

Pero en política las cosas no siempre salen como se piensan.

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Sánchez sufrió una importante derrota el pasado miércoles, luego de que el Parlamento español rechazara su plan de presupuestos para el 2019. Algo histórico, pues son apenas los segundos presupuestos que son negados desde que volvió la democracia a España en 1978. En una comunión insólita, los partidos de centro y derecha, Ciudadanos y el PP, junto con los movimientos independentistas (que en el pasado lo habían apoyado), se pusieron de acuerdo para sabotear al presidente, evitar que se quedara un año más en el Palacio de la Moncloa, y obligarlo a convocar a elecciones.

“Sánchez sabía que el Gobierno solo podía durar lo suficiente mientras tuviera el apoyo de los independentistas, que fueron quienes lo ayudaron a llegar al poder”, explica a El Espectador Miguel Gomis-Balestreri, académico español y director de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. “Para leyes progresistas sí podía tener su apoyo (el de los catalanes), pero la negociación de los presupuestos requiere un acuerdo político mayor”, agrega el analista.

Sin dinero, Sánchez naufraga, porque se queda sin armas para desarrollar su proyecto político. Si el presidente español cumple su palabra, hoy va a anunciar la convocatoria a las que serían las terceras elecciones generales en tres años y medio, pero existe una enorme incertidumbre sobre cuándo deberían celebrarse.

“Es absolutamente inaplazable la convocatoria de elecciones generales”, dijo, metiendo presión el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado.

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La polémica sobre las fechas para llamar a las urnas tenía varias razones.  “Pedir a los ciudadanos que voten dos veces en pocas semanas puede provocar hastío y, por ende, una menor participación”, opina el analista Lluis Orions para el diario El País.

Sin embargo, el hecho de que las elecciones generales estén tan cercanas a los demás comicios, de acuerdo con Néstor Maldonado, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás, deja a Sánchez en una situación difícil, pues las votaciones regionales, autonómicas y europeas pueden verse permeadas por el seguro agite político que provoca una campaña de elecciones generales en España. Un hecho que podría permitirles a partidos nacionalistas como Vox y a los independentistas recuperar terreno en las regiones.

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“Lo que busca la oposición es que el debate de las elecciones generales afecte el voto que se va a desarrollar en las autonomías y las alcaldías”, explica el Maldonado a este diario.

La campaña electoral comenzará el 12 de abril, Viernes de Dolores, y su primera mitad coincidirá con la Semana Santa.

"Hemos tumbado el gobierno de Sánchez", se felicitó el líder de la oposición conservadora, Pablo Casado, que compareció con una sonrisa de oreja a oreja y flanqueado de una bandera de España.

"Sólo el Partido Popular puede hacer frente al desafío independentista [catalán]. Y estas elecciones van de eso", añadió Casado, prometiendo mano dura contra el separatismo y bajar "todos los impuestos" si llega al poder.

En este momento, los sondeos dan al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como vencedor en las elecciones, pero con un número de escaños que, incluso sumado a la izquierda radical de Podemos, no le llegaría para gobernar.

Los mismos sondeos perfilan una posible mayoría conservadora, conformada por el PP, los liberales de Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox.

Pero, por increíble que parezca, la situación política en España está tan enrarecida que ni siquiera la oposición se ve entusiasmada con las nuevas elecciones. Después de haber tumbado los presupuestos el pasado miércoles, no hubo nada parecido a la euforia esperada en el Parlamento español. Ciudadanos no aplaudió y en el PP la mayoría de los diputados se quedaron quietos, pues saben que muchos de los que están allí no repetirán legislatura por los escándalos de corrupción que sacudieron al movimiento y a su líder, el destituido expresidente Mariano Rajoy.

Esta situación bien podría ser aprovechada por Pedro Sánchez, pues su derrota, paradójicamente, lo deja bien parado frente a sus electores, como lo explicó a este diario Miguel Gomis-Balestreri: “De algún modo, esto le permite salir de una situación incómoda y mostrarle a su electorado que no solo no cedió ante los independentistas, sino que durante sus ocho meses tuvo una agenda de políticas sociales”.

Por Jesús Mesa / @JesusMesa

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