Los mensajes de Whatsapp que tienen contra las cuerdas a Boris Johnson
El primer ministro británico, Boris Johnson, está en el ojo del huracán, una vez más. En esta ocasión es por unos mensajes de texto de WhatsApp que mantuvo en secreto. Estos demuestran que el líder británico recibió dinero de un donante particular, a quien le prometió ayudarle con un proyecto privado. El Partido Laborista lo acusa de corrupción.
Mayra Escobar Hidalgo
El año acabó de empezar y de nuevo arrancaron los problemas para Boris Johnson. El primer ministro se encuentra envuelto en un escándalo, esta vez por unos mensajes de texto en WhatsApp que nunca reportó. Si bien todas las personas tienen derecho a la privacidad, debido al contenido y al motivo de los mensajes, estos han debido de ser divulgados.
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El año acabó de empezar y de nuevo arrancaron los problemas para Boris Johnson. El primer ministro se encuentra envuelto en un escándalo, esta vez por unos mensajes de texto en WhatsApp que nunca reportó. Si bien todas las personas tienen derecho a la privacidad, debido al contenido y al motivo de los mensajes, estos han debido de ser divulgados.
Pero ¿qué fue lo que pasó?
El líder conservador ha sido acusado de corrupción después de que se conociera que buscó financiar la renovación de su departamento con dinero de un donante conservador y, al mismo tiempo, le prometió a dicho contribuyente examinar su proyecto: un festival cultural para el Royal Albert Hall, el centro de eventos más distintivo de Londres.
En estos mensajes de WhatsApp, Johnson se comunicó con el donante conservador David Brownlow. Allí Johnson le indicó a Brownlow que partes de su residencia estaban hechas un “basurero” y le preguntó que si su diseñadora de interiores, Lulu Lytle, podía comunicarse con él para que tuviera las autorizaciones necesarias y así ella pudiera empezar. Esto ocurrió en noviembre del 2020.
En el mismo mensaje Johnson también mencionó que él estaba reconsiderando lo de “La Gran Exhibición”, así es el nombre del proyecto cultural para el Royal Albert Hall, del cual Brownlow es uno de los patronos.
De acuerdo con The Guardian, los documentos oficiales demuestran que Brownlow se reunió el 18 de enero con el Secretario de Cultura de ese momento, Oliver Dowden, en el Royal Albert Hall. Esto ocurrió semanas después del intercambio por WhatsApp entre el primer mandatario y este donante.
Por su parte, la líder del Partido Laborista, Angela Rayner, expresó que, al parecer, Brownlow tuvo acceso a Johnson y Dowden porque “pagó por la renovación” del departamento de Johnson e indicó que si esto llegase a ser cierto, sería “sencilla y llanamente: corrupción”. Adicionalmente, señaló que: “nadie debería poder comprar acceso o intercambiar papel tapiz por festivales”.
Por su parte, Wendy Chamberlain, líder de los Demócratas Liberales, dijo: “Apesta a la peor clase de amiguismo conservador, que Boris Johnson esté aparentemente feliz de rascarle la espalda a su señor donante para que a cambio le arreglen su departamento”, de acuerdo con este medio británico.
Según la ley del Reino Unido, si un político acepta dinero de un donante, ya sea como regalo o como donación, se espera que publique esta información dentro de 28 días. Puesto a que si se mantiene en secreto, se presume que dicha donación se usará para ganar favores o influencia política, recuerda la BBC.
Johnson nunca reveló estos datos y mucho menos se lo comunicó al asesor independiente de ética durante la investigación que se le hizo el año pasado. Dicha investigación fue realizada precisamente para determinar si Johnson quebrantó el código ministerial al no declarar cómo recibió los fondos para la renovación de su departamento.
¿Cómo empezó todo?
Boris Johnson y su esposa, Carrie Symonds, decidieron renovar su departamento. Sin embargo, el costo de esta renovación excedió el valor otorgado anualmente para el primer ministro, el cual es de 30.000 libras esterlinas, o 40.000 dólares. De acuerdo con la BBC, el costo para Johnson y su pareja fue de 112.000 libras esterlinas o 152.000 dólares.
¿De qué se le acusa a Johnson?
En febrero del 2021 varios medios de comunicación reportaron que el primer ministro recibió dinero de un donante conservador para pagar por las renovaciones del departamento de la pareja. Los pagos que se hicieron para la remodelación por medio del Partido Conservador no habían sido declarados formalmente.
Un mes después, en marzo, el equipo de Johnson insistió que él mismo había pagado por los cambios del departamento personalmente. Se conoció, además, que originalmente los donantes sí habían pagado por las remodelaciones, pero finalmente Johnson consiguió el dinero y pagó él mismo por los cambios, por lo que devolvió el dinero a las personas que contribuyeron.
Al mes siguiente, en abril, se conoció la identidad de David Brownlow por medio de un correo electrónico, mediante el cual Brownlow admitió que sí estaba haciendo una donación para la renovación del departamento de Johnson, una de 15.000 libras, o 20.000 dólares, y otra de 58.000 libras esterlinas o 78.000 dólares.
Al verse entre la espada y la pared, Johnson decidió designar a Lord Geidt como asesor de ética independiente para que investigara si efectivamente él había roto el código ministerial, de acuerdo con The Guardian.
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Investigaciones ministeriales
La primera investigación hecha por Lord Geidt determinó que en ningún momento, hasta que los primeros reportes por parte de los medios de comunicación emergieron, Johnson supo sobre el dinero que estaba siendo usado para pagar por la renovación de su departamento.
El primer ministro le confirmó a Geidt directamente que “nunca tuvo conocimiento sobre esos pagos”. Por lo tanto, Geidt estableció que si bien Johnson actúo de forma insensata no quebrantó el código ministerial.
No obstante, pese a que Geidt libró a Johnson de cualquier culpa, la Comisión Electoral decidió lanzar su propia investigación en el mes de abril. En diciembre reveló su hallazgos: el Partido Conservador fue declarado culpable por no haber reportado la donación de Brownlow por 58.000 libras esterlinas. La multa que recibió este partido político fue de 17.000 libras esterlinas o de 23.000 dólares.
Sin embargo, allí no acabó todo. Esta comisión encontró que durante el mes de enero del 2020, el proveedor encargado de la renovación del departamento le envío a Johnson una propuesta detallada sobre el trabajo por realizar.
La cereza del pastel fue esta: la comisión encontró los mensajes de Whatsapp entre Brownlow y Johnson, en los cuales el Primer Ministro le pide a Brownlow que le autorice más renovaciones a su departamento y Brownlow accede, de acuerdo con The Guardian.
Los mensajes de texto, al parecer, no son coherentes con la declaración que le dio Johnson a Geidt, alegando que no sabía nada de los pagos, según este medio británico.
¿Qué va a pasar ahora?
Durante el pasado mes de diciembre Geidt le escribió a Johnson diciéndole que “si bien sus conclusiones generales sobre el código ministerial no cambiaron, si hubiera visto los mensajes, dudo que hubiera concluido sin reservas; que ‘en el momento en que el primer ministro se dio cuenta, tomó medidas para hacer la declaración pertinente y buscar consejo’”, de acuerdo con la BBC.
En respuesta a este comentario, el primer ministro se disculpó con Geidt alegando que no recordaba los mensajes que intercambió con Brownlow y, además, no tenía acceso a su teléfono por motivos de “seguridad”. Lo que quizás esté relacionado con el hecho que su número telefónico fue revelado por internet, de acuerdo con The Guardian.
Por su parte, Geidt indicó que esta serie de sucesos afectó la confianza que tenía. Además, Geidt decidió escribirle a Johnson para determinar si la conclusión de su primera investigación había estado correcta o si debía cambiarla.
Pese a estos nuevos hallazgos, Geidt volvió a concluir que Johnson no quebrantó el código ministerial. En caso dado de que sí hubiese hallado a Johnson culpable, le hubiese tocado al primer ministro renunciar a su cargo, de acuerdo con The Guardian.
Sin embargo, la publicación de los mensajes por Whatsapp entre Brownlow y Johnson significa que se harán muchas más preguntas, lo que traduce que otra investigación se podría realizar. Esta vez estaría bajo el comando de la Comisionada de las Normas Parlamentarias, Kathryn Stone.
De acuerdo con el medio británico, “esto podría ser perjudicial para Johnson, dado que Stone tiene poderes para recomendar que se impongan sanciones a cualquier parlamentario declarado culpable de violar el código de conducta, incluso para que se disculpe o sea suspendido de la Cámara de los Comunes”.
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