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Alrededor de 2.000 inmigrantes se hacinan en el único centro de acogida de la isla italiana de Lampedusa a la espera de ser trasladados a otros puntos del país, tras la última oleada de llegadas desde las cercanas costas africanas a través del Mediterráneo central.
Los últimos 300 migrantes han llegado en diez pateras esta misma mañana tras atravesar el mar y ninguno presenta problemas de salud, únicamente “mucho cansancio”, explica a EFE Francesca Basile, responsable de Migraciones de la Cruz Roja Italiana (CRI), que gestiona el centro de acogida.
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La instalación, la única de la isla, alejada de las zonas más turísticas y custodiada constantemente por el Ejército, cuenta ahora con “unos 2.000 inmigrantes”, la mayoría hombres adultos, a pesar de que solo tiene plazas para 400 personas.
Por ello, para aligerar su situación, las autoridades proceden a trasladar a los inmigrantes a otros puntos del país: esta mañana un grupo 500 inmigrantes ha sido enviado a Porto Empedocle, en Sicilia, y esta tarde se espera la salida de otros 600.
La mayoría de estas personas son de origen subsahariano, de países como Guinea, Burkina Faso, Mali o Costa de Marfil, aunque muchos otros llegan de Túnez, desde donde zarpa la mayoría de las pateras en dirección al norte, a las costas italianas y europeas.
El puerto de la diminuta isla de Lampedusa, la Punta Favaloro, acogía hoy alrededor de 60 barcazas abandonadas, las que usan los inmigrantes para llegar a este lugar, el territorio italiano más sureño y, por lo tanto, más accesible desde África.
¿Cómo ha reaccionado Europa?
Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, aseguró en la Asamblea General de la ONU que se niega a que el país se convierta en “el campo de refugiados de Europa”. Aunque ha tratado de imponer medidas restrictivas para disminuir el número de personas que llegan, los números siguen creciendo, con muchas personas huyendo de conflictos y crisis sociales en África.
Meloni llegó al poder con su discurso de ultraderecha, en el que prometía acabar con la migración ilegal en Italia. Con la situación actual, la mandataria pidió a los países de la Unión Europea (UE) cooperación para llegar a “soluciones serias”, pues “el futuro de Europa está en juego”.
La primera ministra fue una de las figuras más importantes en el acuerdo de 105 millones de euros (US$112′392.525) entre la UE y Túnez para controlar la migración irregular. Sin embargo, esta no ha generado los resultados esperados y el presidente tunecino, Kais Saied, afirmó que su país no sería el guardián de las fronteras de Europa.
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Varios países europeos han replicado las declaraciones de Meloni, diciendo que se niegan a acoger a migrantes que lleguen a sus fronteras. Francia ha implementado desde hace años tácticas despiadadas para hacer que sus fronteras sean impenetrables y ha incrementado la vigilancia en las regiones cercanas a Italia. El ministro de Interior, Gerald Darmanin, aseguró que no acogerán a migrantes que no reúnan criterio de asilo, que serán deportados.
Polonia ha seguido un camino similar. Este martes, el gobierno decretó una resolución en la que se oponen a la migración ilegal. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, rechazó la propuesta de la Comisión Europea sobre la reubicación de los migrantes y el viceministro de Exteriores, Arkadiusz Mularczyck, afirmó que Rusia es la que está detrás del aumento en las llegadas.
“Detrás de esta situación está claramente [el presidente ruso Vladimir] Putin, cuyo objetivo es desestabilizar la situación. Tanto el grupo Wagner como Rusia tienen interés en desestabilizar a los países de Europa occidental para crear confusión, malestar, alarma social y para desviar la atención de Ucrania, lo cual están logrando, porque hoy la guerra está pasando a un segundo plano”, dijo.
El trabajo de las organizaciones humanitarias
La portavoz de Cruz Roja avisa de que es muy probable que las llegadas a Lampedusa continúen en las próximas horas por lo que, a su juicio, “es importante” que se prosiga con el “vaciado” del centro de acogida, donde los inmigrantes esperan en situación de hacinamiento. Muchos de ellos en su patio interior, protegiéndose bajo algunos pinos del intenso calor que se vive hoy en la isla, agravado por una intensa humedad.
Basile explicó también que la Cruz Roja, al frente de la gestión del centro desde el pasado 1 de junio, recibe a los inmigrantes “haciéndoles sentir seguros”. Para ello primero reciben “un kit de bienvenida”, que básicamente consiste en ropa y productos de aseo, y después son informados pues muchos de ellos ni siquiera saben en qué lugar se encuentran. El organismo cuenta con 140 operadores entre médicos, psicólogos y enfermeros, además de traductores y expertos en el tema migratorio.
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Lampedusa, por su posición geográfica, sigue viviendo de primera mano la presión migratoria desde el norte de África y ha llegado a recibir hasta 10.000 desplazados en solo tres días (su población no alcanza los 6.000 habitantes).
Con las cifras en constante evolución, han desembarcado en Italia 130.620 inmigrantes en lo que va de año, el doble que en el mismo periodo del 2022 (68.283) y el triple que en 2021 (43.274), según datos del Ministerio del Interior actualizados el 19 de septiembre.
La situación ha hecho que este miércoles llegara a la isla el ex primer ministro y líder del Movimiento Cinco Estrellas, Giuseppe Conte, para realizar una visita simbólica: “El mensaje es que no os abandonamos y no os dejamos solos”, dijo a los isleños.
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