Refugiados ucranianos ponen ositos de peluche y juguetes para niños en la rotonda Schuman, en Bruselas, Bélgica, para llamar la atención sobre la denuncia de secuestro de niños ucranianos por parte de Rusia.
Foto: EFE - OLIVIER HOSLET
Herido en un ojo por una explosión, Oleksandr Radchuk, un niño ucraniano de 11 años de la destruida ciudad de Mariúpol, esperaba en una tienda mientras los soldados rusos interrogaban a su madre.
Los habían tomado prisioneros después de que su ciudad portuaria sufriera un prolongado ataque de las fuerzas rusas en la primavera de 2022. Su madre, Snizhana Kozlova, estuvo fuera 90 minutos. Cuando los guardias rusos la trajeron de vuelta, lo abrazó sin decir palabra. Entonces llegaron los funcionarios de los servicios sociales y se hicieron cargo...