El presidente francés, Emmanuel Macron, se hace un selfie con un partidario después de votar en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias francesas anticipadas.
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Cada analista coincide en lo mismo: el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha fallado estrepitosamente en su táctica para derrotar a la extrema derecha en su país, a la que durante todo su mandato consideró como su única rival. El plan era simple en su cabeza: si ocupaba ese terreno de juego, donde comulgan discursos misóginos y xenófobos, entre otros, iba a captar suficientes seguidores como para desactivar la amenaza ultraderechista. Por eso, se le vio endurecer sus políticas de seguridad, arremeter contra musulmanes y luego contra los...