Margaret Thatcher: la “dama de hierro” que ganó la guerra de las Malvinas
Margaret Thatcher recibió el apodo de la “dama de hierro” de parte de los soviéticos, quienes la llamaban así de forma despectiva. No obstante, después de su victoria en la guerra de las Malvinas, su sobrenombre empezó a ser visto con respeto y aprobación.
Mayra Escobar Hidalgo
Durante una entrevista en 1970, Margaret Thatcher le confesó a la prensa que en el Reino Unido ninguna mujer llegaría al cargo de primer ministro, ya que el mundo de la política era demasiado “prejuicioso”. Ella no solo se demostró a sí misma lo equivocada que estaba, sino al mundo entero.
Thatcher no solo fue la primera mujer en llegar a ocupar el cargo más importante del Reino Unido, como primera ministra, sino que también fue la persona que más tiempo ejerció el cargo en Gran Bretaña desde 1827 y, a su vez, fue la única primera ministra británica en el siglo XX que logró tres mandatos consecutivos.
Y casi que no llega a la política. De hecho, Thatcher perdió dos veces las elecciones parlamentarias y originalmente, no quería estar en la política, pese a que, al parecer, lo llevaba en la sangre.
Margaret: la química que llegó a Downing Street
Margaret Thatcher nació en Grantham, un pequeño pueblo de Lincolnshire, Inglaterra, un 13 de octubre de 1925. Llegó al mundo como Margaret Hilda Roberts. Sus padres, Alfred y Beatrice, eran comerciantes de clase media y pertenecían a una iglesia metodista. Según afirma History Channel, la exministra vivió en un apartamento sin agua, calefacción y sin un inodoro interior.
A su padre le gustaba la política, a pesar de que empezó siendo dueño de un supermercado, llegó a ser miembro del consejo municipal por 16 años, antes de ser concejal y alcalde de su ciudad.
Gracias a su inteligencia, Thatcher llegó a estudiar química a la Universidad de Oxford, una de las mejores del mundo, en 1943, en pleno apogeo de la segunda guerra mundial, y allí, se puede inferir, descubrió su pasión: la política. Desde que entró a Oxford se unió a la Asociación Conservadora de Oxford Union, llegando a ser presidenta de esta organización.
Al graduarse trabajó como investigadora química, pero no le gustó su trabajo en esta área y decidió ser abogada y, tiempo después, incursionar en la política. Se casó con un rico empresario llamado Denis Thatcher en 1951 y decidió entonces abandonar su carrera científica. De acuerdo con Thatcher, a ella no le gustaba quedarse “tanto tiempo en el laboratorio”, porque “quería tener un trabajo más directo que hacer con la gente”.
En 1953, Thatcher dio a luz a sus mellizos: Mark y Carol y, al año siguiente, se convirtió en abogada especializada en derecho fiscal. En 1950 y 1951 perdió dos veces las elecciones para ser parlamentaria. Hasta que en 1959 quedó elegida como diputada del distrito electoral de Finchley, que estaba dominado por los conservadores, su partido político, ganando así fácilmente el escaño.
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Thatcher: de “ladrona de leche” a “dama de hierro”
Desde su llegada al parlamento, Thatcher poco a poco fue ganando rangos ministeriales, llegó incluso a ser secretaria de Estado en temas de educación y ciencia en 1970, al año siguiente, como parte de su plan para reducir presupuestos, Thatcher eliminó un programa que les otorgaba leche gratis a los niños en edad escolar. Esto enfureció a sus oponentes del Partido Laborista y la prensa, quienes la llamaron “Thatcher the milk snatcher”, lo que traduce a “Thatcher la ladrona de leche”.
No obstante, pese a las críticas que recibió, pudo mantener su trabajo y en 1975 derrotó al ex primer ministro Edward Heath para asumir el liderazgo del partido y en 1979 llegó a ser la primera mujer en ocupar el puesto de primera ministra.
Durante un discurso que emitió en 1976, en el cual demostraba su fuerte postura anticomunista y condenaba al comunismo, Thatcher criticó a la Unión Soviética por su empeño “de dominar el mundo”, lo que le valió el apodo de “la dama de hierro” por parte de un periódico del ejército soviético.
A su llegada a Downing Street, Thatcher se convirtió en una líder muy impopular. Esto fue gracias a las duras políticas monetarias que implementó, en las cuales cerraron varias fábricas, lo que duplicó el desempleo en el país, además se enfrentó con mano dura a los sindicatos, privatizó industrias y servicios públicos nacionales, intentó privatizar aspectos de la salud y educación, y respaldó a la OTAN.
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Las Malvinas: la guerra que le devolvió el poder
En su primer mandato, según recuenta History Channel, “Thatcher redujo los impuestos directos mientras aumentaba los impuestos sobre el gasto, vendió viviendas públicas, implementó medidas de austeridad e hizo otras reformas, incluso cuando la creciente inflación y el desempleo hicieron que la popularidad de Thatcher decayera temporalmente”.
Todo esto la volvió una líder muy criticada tanto por su gabinete como por el público en general, principalmente por sus políticas internas, mediante las cuales redujo drásticamente el gasto público, tenía a la industria de manufactura en declive y el desempleo por las nubes.
Al enfrentarse a la decisión de irse a la guerra o no ante el dictador argentino Galtieri para recuperar las Islas Malvinas, Thatcher no dudó un segundo, según recuenta ella misma en sus memorias, “cuando estás en guerra no puedes permitir que las dificultades dominen tu pensamiento: tienes que partir con una voluntad de hierro para superarlas”.
Además, explicó que “de todos modos, ¿cuál era la alternativa? ¿Qué un dictador común o de jardín gobierne sobre los súbditos de la reina y prevalezca mediante el fraude y la violencia? No mientras yo fuera primera ministra”.
Esto fue exactamente lo que hizo. Envió toda su fuerza naval y aérea a estas islas, las cuales estaban a más de 12.000 kilómetros de distancia y en menos de tres meses, en 74 días para ser más exactos, ganó la guerra en las Malvinas. Su rápida respuesta ante la invasión argentina y su rápida victoria ayudaron a que su popularidad incrementara, lo que contribuyó a su reelección en 1983.
El triunfo en las Malvinas demostró que el apodo de la “dama de hierro” de Thatcher era merecido. De acuerdo con un historiador citado por el canal televisivo History Channel, “antes de las Malvinas era un poco de broma esa frase. Después, significó algo bastante real. Thatcher era vista como alguien enormemente dura e ingeniosa y con quien no te enfrentarías si fueras inteligente”. Esta guerra convirtió a Thatcher en la primera mujer en llevar al país a una batalla desde la reina Isabel I.
Hoy en día, aún la celebran en las Malvinas, pese a que falleció en el 2013; cada 10 de enero, las Islas Malvinas festejan el Día de Margaret Thatcher para conmemorar el aniversario de su visita triunfal a la colonia en 1983.
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Durante una entrevista en 1970, Margaret Thatcher le confesó a la prensa que en el Reino Unido ninguna mujer llegaría al cargo de primer ministro, ya que el mundo de la política era demasiado “prejuicioso”. Ella no solo se demostró a sí misma lo equivocada que estaba, sino al mundo entero.
Thatcher no solo fue la primera mujer en llegar a ocupar el cargo más importante del Reino Unido, como primera ministra, sino que también fue la persona que más tiempo ejerció el cargo en Gran Bretaña desde 1827 y, a su vez, fue la única primera ministra británica en el siglo XX que logró tres mandatos consecutivos.
Y casi que no llega a la política. De hecho, Thatcher perdió dos veces las elecciones parlamentarias y originalmente, no quería estar en la política, pese a que, al parecer, lo llevaba en la sangre.
Margaret: la química que llegó a Downing Street
Margaret Thatcher nació en Grantham, un pequeño pueblo de Lincolnshire, Inglaterra, un 13 de octubre de 1925. Llegó al mundo como Margaret Hilda Roberts. Sus padres, Alfred y Beatrice, eran comerciantes de clase media y pertenecían a una iglesia metodista. Según afirma History Channel, la exministra vivió en un apartamento sin agua, calefacción y sin un inodoro interior.
A su padre le gustaba la política, a pesar de que empezó siendo dueño de un supermercado, llegó a ser miembro del consejo municipal por 16 años, antes de ser concejal y alcalde de su ciudad.
Gracias a su inteligencia, Thatcher llegó a estudiar química a la Universidad de Oxford, una de las mejores del mundo, en 1943, en pleno apogeo de la segunda guerra mundial, y allí, se puede inferir, descubrió su pasión: la política. Desde que entró a Oxford se unió a la Asociación Conservadora de Oxford Union, llegando a ser presidenta de esta organización.
Al graduarse trabajó como investigadora química, pero no le gustó su trabajo en esta área y decidió ser abogada y, tiempo después, incursionar en la política. Se casó con un rico empresario llamado Denis Thatcher en 1951 y decidió entonces abandonar su carrera científica. De acuerdo con Thatcher, a ella no le gustaba quedarse “tanto tiempo en el laboratorio”, porque “quería tener un trabajo más directo que hacer con la gente”.
En 1953, Thatcher dio a luz a sus mellizos: Mark y Carol y, al año siguiente, se convirtió en abogada especializada en derecho fiscal. En 1950 y 1951 perdió dos veces las elecciones para ser parlamentaria. Hasta que en 1959 quedó elegida como diputada del distrito electoral de Finchley, que estaba dominado por los conservadores, su partido político, ganando así fácilmente el escaño.
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Thatcher: de “ladrona de leche” a “dama de hierro”
Desde su llegada al parlamento, Thatcher poco a poco fue ganando rangos ministeriales, llegó incluso a ser secretaria de Estado en temas de educación y ciencia en 1970, al año siguiente, como parte de su plan para reducir presupuestos, Thatcher eliminó un programa que les otorgaba leche gratis a los niños en edad escolar. Esto enfureció a sus oponentes del Partido Laborista y la prensa, quienes la llamaron “Thatcher the milk snatcher”, lo que traduce a “Thatcher la ladrona de leche”.
No obstante, pese a las críticas que recibió, pudo mantener su trabajo y en 1975 derrotó al ex primer ministro Edward Heath para asumir el liderazgo del partido y en 1979 llegó a ser la primera mujer en ocupar el puesto de primera ministra.
Durante un discurso que emitió en 1976, en el cual demostraba su fuerte postura anticomunista y condenaba al comunismo, Thatcher criticó a la Unión Soviética por su empeño “de dominar el mundo”, lo que le valió el apodo de “la dama de hierro” por parte de un periódico del ejército soviético.
A su llegada a Downing Street, Thatcher se convirtió en una líder muy impopular. Esto fue gracias a las duras políticas monetarias que implementó, en las cuales cerraron varias fábricas, lo que duplicó el desempleo en el país, además se enfrentó con mano dura a los sindicatos, privatizó industrias y servicios públicos nacionales, intentó privatizar aspectos de la salud y educación, y respaldó a la OTAN.
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Las Malvinas: la guerra que le devolvió el poder
En su primer mandato, según recuenta History Channel, “Thatcher redujo los impuestos directos mientras aumentaba los impuestos sobre el gasto, vendió viviendas públicas, implementó medidas de austeridad e hizo otras reformas, incluso cuando la creciente inflación y el desempleo hicieron que la popularidad de Thatcher decayera temporalmente”.
Todo esto la volvió una líder muy criticada tanto por su gabinete como por el público en general, principalmente por sus políticas internas, mediante las cuales redujo drásticamente el gasto público, tenía a la industria de manufactura en declive y el desempleo por las nubes.
Al enfrentarse a la decisión de irse a la guerra o no ante el dictador argentino Galtieri para recuperar las Islas Malvinas, Thatcher no dudó un segundo, según recuenta ella misma en sus memorias, “cuando estás en guerra no puedes permitir que las dificultades dominen tu pensamiento: tienes que partir con una voluntad de hierro para superarlas”.
Además, explicó que “de todos modos, ¿cuál era la alternativa? ¿Qué un dictador común o de jardín gobierne sobre los súbditos de la reina y prevalezca mediante el fraude y la violencia? No mientras yo fuera primera ministra”.
Esto fue exactamente lo que hizo. Envió toda su fuerza naval y aérea a estas islas, las cuales estaban a más de 12.000 kilómetros de distancia y en menos de tres meses, en 74 días para ser más exactos, ganó la guerra en las Malvinas. Su rápida respuesta ante la invasión argentina y su rápida victoria ayudaron a que su popularidad incrementara, lo que contribuyó a su reelección en 1983.
El triunfo en las Malvinas demostró que el apodo de la “dama de hierro” de Thatcher era merecido. De acuerdo con un historiador citado por el canal televisivo History Channel, “antes de las Malvinas era un poco de broma esa frase. Después, significó algo bastante real. Thatcher era vista como alguien enormemente dura e ingeniosa y con quien no te enfrentarías si fueras inteligente”. Esta guerra convirtió a Thatcher en la primera mujer en llevar al país a una batalla desde la reina Isabel I.
Hoy en día, aún la celebran en las Malvinas, pese a que falleció en el 2013; cada 10 de enero, las Islas Malvinas festejan el Día de Margaret Thatcher para conmemorar el aniversario de su visita triunfal a la colonia en 1983.
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