Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El propósito de la canciller alemana, Angela Merkel, de dejar la jefatura del partido Unión Cristianodeócrata (CDU) que preside desde el 2000 este año, y de retirarse de la Cancillería se había avanzado esta mañana por varios medios, apoyados en fuentes de la CDU, tras la fuerte caída de votos experimentada por su gran coalición en las elecciones regionales de ayer en el estado federado de Hesse.
"La imagen que da la gran coalición es inaceptable", admitió la canciller al anunciar su decisión, vinculada a los resultados obtenidos en unos comicios que calificó de "amargos" y que atribuyó "no al trabajo de nuestros amigos en Hesse" sino a los conflictos internos persistentes de su alianza de Gobierno en Berlín.
(Le puede interesar: Angela Merkel, la "canciller inamovible")
En sus 18 años al frente del partido y casi 13 como jefa del Gobierno asumió siempre la responsabilidad "sobre lo que sale bien y lo que sale mal", añadió, para recordar que "no había nacido canciller" y que tras "largas reflexiones" había decidido iniciar la retirada de unos cargos "que siempre quise llevar con dignidad y dejar con dignidad".
Esa retirada incluye tres decisiones, la primera de las cuales será no optar a su reelección como líder de la CDU en el próximo congreso del partido, en diciembre, tampoco presentará su candidatura para un nuevo mandato, al fin de la presente candidatura, y además dejará su escaño como diputada del Bundestag (Parlamento federal).
Merkel asumió en 2000 las riendas de la CDU, entonces en la oposición y sacudida por el escándalo de la financiación irregular del partido durante la llamada "era Helmut Kohl", quien había sido su padrino político.
(En video: Merkel , cuando fue elegida como canciller de Alemania por cuarta vez consecutiva)
Como posibles sucesores se perfilan ya varios nombres, entre ellos la secretaria general del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, elegida en febrero de 2018 por designación de Merkel, y el actual ministro de Sanidad y representante del ala más derechista de la CDU, Jens Spahn.
Tanto Kramp-Karrenbauer como Spaghn han mostrado ya su disposición a presentar su candidatura, según explicó la propia Merkel, mientras que en medios alemanes se aventura asimismo con que quiera optar al cargo el ex-jefe del grupo parlamentario conservador, Friedrich Merz, uno de los grandes enemigos internos de la canciller.
La elección del próximo presidente de la CDU tendrá lugar en el congreso del partido, que se celebrará del 7 al 8 de diciembre en Hamburgo.
La decisión de Merkel sigue a la fuerte caída de votos experimentada tanto por la CDU como por su coaligado Partido Socialdemócrata (SPD) en los comicios regionales de ayer en Hesse.
(Le puede interesar: Crisis migratoria tiene contra las cuerdas a Angela Merkel)
Los conservadores de la canciller se mantuvieron como primera fuerza, pero perdieron más de diez puntos, mientras que los socialdemócratas cayeron once puntos.
Fue el segundo golpe para la gran coalición de Merkel en quince días, ya que el 14 de octubre la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado con la CDU, perdió su tradicional mayoría absoluta en ese próspero estado federado, mientras que el SPD se hundió en el mínimo histórico del 9,5 %.
La líder del SPD, Andrea Nahles, calificó ayer de "no aceptable" la situación en la gran coalición y atribuyó a las persistentes tensiones internas los malos resultados obtenidos.
La alianza de Gobierno se formó el pasado marzo, tras un trabajoso proceso de negociación y ha estado marcada por la debilidad en que quedaron tanto la CDU/CSU como el SPD en las elecciones generales de 2017.