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Oleksandra Matviichuk: una nobel y su guerra en Ucrania

La directora del Centro de Libertades Civiles de Ucrania dice que ha “tenido que pedir” armas para su país. “Es muy raro escuchar esto de parte de una abogada de derechos humanos, pero es que la ley no ha funcionado”, explica.

Pedro Mendoza | CARTAGENA
04 de febrero de 2023 - 01:00 a. m.
Foto de archivo tomada el 10 de diciembre de 2022 que muestra a la ganadora del Premio Nobel de la Paz 2022 y directora del Centro Ucraniano para las Libertades Civiles (CCL) Oleksandra Matviichuk (derecha); a Natalia Pinchuk (izquierda) en nombre de su esposo, ganador del Premio Nobel de la Paz 2022, el activista bielorruso encarcelado Ales Bialiatski, ganador del Premio Nobel de la Paz 2022 y presidente de la organización rusa de derechos humanos Memorial, y a Yan Rachinsky (centro). Posan con sus certificados y medallas del Premio Nobel de la Paz durante la ceremonia de entrega.
Foto de archivo tomada el 10 de diciembre de 2022 que muestra a la ganadora del Premio Nobel de la Paz 2022 y directora del Centro Ucraniano para las Libertades Civiles (CCL) Oleksandra Matviichuk (derecha); a Natalia Pinchuk (izquierda) en nombre de su esposo, ganador del Premio Nobel de la Paz 2022, el activista bielorruso encarcelado Ales Bialiatski, ganador del Premio Nobel de la Paz 2022 y presidente de la organización rusa de derechos humanos Memorial, y a Yan Rachinsky (centro). Posan con sus certificados y medallas del Premio Nobel de la Paz durante la ceremonia de entrega.
Foto: AFP - JAVAD PARSA

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La ucraniana Oleksandra Matviichuk, nobel de paz en 2022, estuvo unos pocos días en Cartagena y participó en el Hay Festival que se celebró en la ciudad de las murallas. En todo momento lee las noticias de su país, de la guerra que lo azota. El Espectador sostuvo un diálogo con ella en compañía de un medio regional, donde habló de su activismo y el dolor de la muerte, los heridos y la desigualdad.

El jueves la portavoz del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Natalya Humenyuk, afirmó en televisión: “La mayoría de los barcos de la flota rusa del mar Negro han regresado a sus bases. Eso indicaría que se está preparando un nuevo ataque. La mayoría de los misiles de crucero se lanzan desde barcos en el mar Negro o Caspio y bombarderos estratégicos”. La información ha sido divulgada por diferentes medios y se prevé un fuerte ataque de Rusia.

Han pasado más de 340 días desde que Rusia invadió Ucrania con distintas justificaciones, como “desmilitarizarla” y “desnazificarla”. Hace poco Alemania autorizó el envío de tanques Leopard 2, pedidos por Kiev con insistencia. El presidente Joe Biden anunció, además, que Estados Unidos enviará 31 carros de combate M1 Abrams. “Nosotros queremos garantizar que trabajemos todos juntos”, dijo, citado por Euronews.

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La nobel está en cuerpo lejos de su país, pero su alma y pensamientos están allá, en lo que está pasando. Es joven, habla despacio, pero es muy fuerte cuando se refiere a lo que sucede en su país. Es la directora del Centro de Libertades Civiles de Ucrania.

“Rusia es mucho más grande y un imperio enorme, pero si paramos de pelear ya no vamos a existir”, le dice a El Espectador.

Empezamos hablando sobre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que el mes pasado se reunió para debatir la situación de los dos países. Oleksandra es clara y dice que hay privilegios. “Fue creado por y con las naciones que ganaron la Segunda Guerra Mundial.

Así, agrega, “le provee a algunos países privilegios que no les da a otros países, eso no es honesto; vivimos en el siglo XXI, con un mundo más democrático y con un sistema de ley mucho más desarrollado”.

Asegura que es necesaria una reforma al sistema, para que sea más inclusivo e igualitario “con las otras opiniones de los demás países, y es fundamental que esta reforma esté cimentada sobre los derechos humanos, porque los jóvenes, los niños, los defensores de los derechos humanos de Europa, de Ucrania, de Latinoamérica, de África no fueron escuchados”.

¿Quién es Oleksandra Matviichuk?

Matviichuk nació en Kiev, Ucrania, en 1983. Tiene una maestría en Derecho, es defensora de los derechos humanos en su país y trabaja por conseguir una transición completamente democrática y que sea garante de la justicia.

Preside el Centro para las Libertades Civiles (CCL, por sus siglas en inglés), una organización con más de diez años en la promoción del estado de derecho nacional e internacional, que junto con el activista político bielorruso Ales Bialiatski y la organización rusa de derechos humanos Memorial, fue galardonado con el Nobel de Paz el año pasado.

“Su tarea de documentación de crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos está allanando el camino hacia la rendición de cuentas, adquiriendo mayor importancia desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022″, sostiene el portal del CCL.

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Sobre la posición de Colombia ante la guerra

Matviichuk conoce de la posición del presidente Gustavo Petro con respecto a apoyar a Ucrania con armamento, “Ningún arma rusa así esté hoy inservible en nuestra tierra va a ser usada hoy en ese conflicto”, aseveró Petro ante la pregunta de una periodista.

Por su parte, la embajada de Rusia celebró que Colombia se negara a donar armamento ruso a Ucrania tras una solicitud de Estados Unidos. “Valoramos mucho las declaraciones del presidente Gustavo Petro de que los equipamientos militares rusos utilizados por el Ejército Nacional no serán entregados a Ucrania”,

La nobel frente a esta situación manifestó: “Recibí un artículo sobre la posición del presidente Petro al respecto, no hablo español así que usé el traductor de Google, pero entendí que Petro dijo que no ejecutará acciones para apoyar la guerra en Ucrania ni aportará apoyo bélico ni armas porque quiere que la guerra acabe, pero si no apoyas a Ucrania, Rusia ganará y la guerra acabará, esa no es la solución a la situación, porque no es “paz” cuando un país que ha estado soportando, deja de luchar, eso no es paz, es ocupación, no es neutralidad, es indiferencia”.

Armas y derechos humanos

Con preocupación y una cierta nostalgia en su rostro planteó que nos estamos convirtiendo en humanos indiferentes, al dolor del otro, y que es responsabilidad de los países no ser apáticos a la transgresión del orden internacional.

Sostiene que se encuentra en una situación muy incómoda, porque en la medida que escala la guerra, no encuentra mecanismos legales para defender a las personas y que es extraño para una defensora de los derechos humanos hablar de proveer armas.

“Rusia ignora las leyes internacionales y las decisiones de las instituciones internacionales que han sido instauradas para la justicia. Han demandado a Rusia salir de Ucrania, entonces cuando me preguntan cómo ayudar a las personas a sobrevivir, he tenido que pedir que por favor provean a Ucrania armamento para poder ganar, y es muy raro escuchar esto de parte de una abogada de derechos humanos, pero es que la ley no ha funcionado, y las personas en Rusia matan como si fuese normal, tenemos que hacer algo para detenerlos”.

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En el ámbito del derecho internacional, Matviichuk y la organización que preside llevan un buen tiempo promoviendo la adhesión de Ucrania a la Corte Penal Internacional. Este propósito se ha vuelto muy relevante por el contexto de la guerra de los dos países en la que se han documentado crímenes de guerra y violación a los derechos humanos.

“Esta guerra tiene un personaje genocida, Putin y otros diputados oficiales que tienen una posición muy clara al respecto: que no existe la población ucraniana, que no existe una lengua ucraniana, que no existe una cultura ucraniana, y cuando invadieron el territorio el ejército deshizo todo lo que tenía que ver con la identidad ucraniana”.

Afirma que Rusia persiguió a su propia sociedad civil. “Por décadas Rusia cometió crímenes atroces en lugares como Moldavia, Georgia, en Malí, Siria, Libia y en otros países del mundo, pero el mundo civilizado y los países que se autodenominan como democráticos cierran los ojos antes estas cosas, ellos continuamente estrechan la mano de Putin, hacen negocios con Rusia, usan moneda rusa, compran gas y demás materiales rusos, entonces, ¿dónde encontramos los derechos humanos que ellos declaran?

Al terminar la entrevista y como si fuera un presagio de los días que van a continuar en el mundo, la nobel de Paz, se encontró con un niño de 10 años que hace ensayos sobre democracia y política. Axell Esteban López Gálvez, que escuchó atentamente la entrevista. Se acercó y le preguntó: ¿qué hacer para tener un mundo más igual y equitativo?

Sonrió, le entregó su tarjeta personal y le dijo: “No podemos esperar, nadie lo hará por nosotros. Piensa en que la cantidad de leyes, la libertad, la democracia no son una garantía. No podemos ser “consumidores” de la democracia, debemos convertirnos en “productores” de la democracia”.

Luego con su rostro decaído concluyó: “Sabemos que nuestra generación, la generación más adulta, no logró asegurar un mundo con derechos iguales para todos, así que es muy vergonzoso para nuestra generación, pero ahora su generación tiene que luchar por eso también”.

👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.

Por Pedro Mendoza | CARTAGENA

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