París rompe récord del dictado más grande del mundo con más de 1.600 personas

En total hubo tres ejercicios, aunque solo el primero fue tomado en cuenta para el récord.

Foto: Agencia AFP

Este domingo 4 de junio, París batió el récord del dictado más grande del mundo con 1.650 personas tomando nota a la vez en la avenida de los Campos Elíseos de París, un espacio de 6.600 metros cuadrados, en el que se acomodaron 1.779 pupitres y una pizarra de 102 metros.

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Personas entre los 10 y los 92 años fueron elegidas para hacer parte de este evento, que es el primero de este tipo en organizarse en el mundo. Los asistentes participaron en tres grandes dictados, que tuvieron como maestro de ceremonias a Rachid Santaji, periodista, novelista y organizador de dictados francés.

Si bien el evento contó con tres ejercicios de dictado, solo el primero fue tomado en cuenta para el récord, el cual tuvo un total de 1.397 participantes, que los hizo merecedores de una página en el libro de Guinnes de los Récords.

Dictado más grande del mundo

El evento, que fue impulsado por el Cómite de los Campos Elíseos, una organización que se dedica a promover el desarrollo económico y el interés por esta avenida que es considerada la más bella del mundo, tuvo tres dictados.

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El primero era un fragmentado del cuento “La Mule du pape” (La mula del papa), del escritor francés Alphonse Daudet, y fue leído por el periodista y presidente de la asociación Bibliotecas sin fronteras, Augustin Trapenard. Los dos otros eran un escrito contemporáneo leído por la escritora y periodista Katherine Pancol, y un texto sobre un tema deportivo, dictado por el jugador de rugby Pierre Rabadan.

Todo inicio a las 2:15 p.m. (hora local), y desde ese momento, el silencio se apoderó de la popular avenida. Jóvenes y mayores se inclinaron sobre las hojas en blanco con su bolígrafo en mano.

Adrien Blind, de 42 años, se sintió aliviado cuando el dictado terminó unos 20 minutos más tarde. “A través de este ejercicio, recordé el estrés, las preocupaciones, la sensación de perder el hilo”, dijo.

Por su parte, el hijo de Blind, Antoine, estaba disgustado. Es uno de los mejores de su clase, pero esta vez, su copia estaba casi vacía. “¡Era casi imposible! Era un dictado para adultos”, criticó, mientras que otros celebraron el ejercicio, como Touria Zerhouni, una jubilada de 65 años, quien soltó un grito de alegría durante la corrección. “¡Sólo cometí dos errores! Esperaba que fuera mucho más difícil”.

Para Marc-Antoine Jamet, el dictado masivo de los Campos Elíseos es una oportunidad perfecta para poner a prueba su ortografía y celebrar de paso la lengua francesa. “El dictado es un instrumento de convivencia. Une a las personas”, aseguró.

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