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Sergei Skripal y su hija, Yila, de 33 años, fueron hallados inconscientes en un banco de un centro comercial en Salisbury, Reino Unido, el domingo en la tarde. El exespía ruso y su hija están en estado crítico en un hospital británico, mientras que las autoridades investigan la sustancia desconocida a la que Skripal y su hija fueron expuestos.
Algunos expertos han sugerido el uso de un agente nervioso pues los primeros síntomas de Skripal y su hija involucraron episodios de vómito y convulsiones. Solo algunas de las reacciones de uno de los agentes nerviosos más poderosos del mundo: el VX, la sustancia química que se usó para envenenar Kim Jong-nam, el medio hermano del líder norcoreano Kim Jong-un. El hermano del líder norcoreano fue asesinado en el aeropuerto de Kuala Lumpur el 13 de febrero 2017.
Por su parte, la prensa hace conjeturas con que una sustancia llamada Fentanyl, un opio sintético mucho más fuerte que la heroína, que resulta mortal empleado en pequeñas dosis, podría haber sido empleado en el aparente envenenamiento.
¿Quién es Sergei Skripal?
Sergei Skripal, de 66 años, sirvió durante mucho tiempo en la Dirección Principal de Intelegencia de Rusia, y fue coronel del éjercito ruso. Durante años actuó como ‘doble agente’, pasando información al Servicio de Intelegencia Secreto británico (MI6). En 2006 fue condenado por el Tribunal Militar del Distrito de Moscú a 13 años en una carcel de alta seguridad por “espionaje y alta traición”.
En 2010, tras 4 años encarcelado, Skripal se benefició del mayor intercambio de espías desde la Guerra Fría. Skripal fue liberado con otros tres presos, a cambio de 10 espías de Rusia arrestados por el Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI). Skripal se refugió en el sur de Inglaterra, en Salisbury, justo donde ocurrieron los hechos. Se desconoce si Skripal obtuvo la nacionalidad británica.
Sí parece que optó, aparentemente, por llevar una existencia sin sobresaltos afincado en esta ciudad inglesas, en el condado de Wiltshire (sur del país), una localidad conocida sobre todo por su impresionante catedral medieval.
Mientras el exagente se debate ahora, junto con su hija, entre la vida y la muerte, sus vecinos recuerdan que había perdido a su esposa recientemente y señalan que con frecuencia lo veían conducir su BMW, siempre ataviado con indumentaria informal.
Según The Guardian, los documentos que figuran en la oficina británica del registro de la propiedad muestran que la casa en la que vivía estaba registrada con su verdadera identidad y fue comprada sin hipoteca el 12 de agosto de 2011 por 260.000 libras (281.910 euros), un año después del canje de espías.
La reacción británica
El Secretario de Estado para Relaciones Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, afirmó que, aunque las agencias de seguridad están todavía investigando el suceso, si se demuestra que hubo asociación rusa en el asunto, el Reino Unido reconsideraría su participación en el mundial de 2018 en Rusia: “Por mi parte, sería muy difícil imaginar cómo la representación del Reino Unido pueda continuar normalmente”.Fuentes del ministerio afirmaron más tarde que tal vez Johnson no hizo referencia al equipo inglés, sino a funcionarios británicos.
El diputado del partido conservador, Tom Tugendhat, aseguró que el ataque podría ser “un tipo de guerra blanda que Rusia está conduciendo contra el Occidente, que forma parte de “un patrón de comportamiento ruso”, mientras que Johnson describió Rusia como ‘fuerza maligna y disruptiva’.
Otros casos
Este caso tiene varias similitudes con el del exespía ruso Aleksandr Litvinenko, quien fue asesinado a través de un té envenenado en Londres en 2006.Aleksandr Litvinenko era también exagente de inteligencia rusa y vivía en Reino Unido. Pasaron semanas antes de establecer si Litvinenko fue envenenado premeditamente. En 2016 una investigación pública demostró que su asesinato fue ‘probablemente’ aprobado por el presidente ruso, Vladímir Putin.
Marina Litvinenko, la viuda del espía asesinado en 2006, afirmó a la BBC Radio 4 que el hecho “es muy similar a lo que ocurrió a mi marido”, y que tiene un “déja vu”.
Estas semejanzas entre los dos casos no fueron ignoradas por el gobierno británico. Boris Johnson afirmó ante el parlamento británico que el caso tiene “el eco” del caso de Litvinenko, y que “si las sospechas están fundadas, tomaremos todas las acciones necesarias para proteger este país, sus vidas y sus libertades”.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió que “vemos que ha sucedido algo trágico, pero no tenemos información sobre cuál puede ser la causa, a qué se dedicaba esta persona o con qué puede eso estar relacionado”, y añadió que el gobierno ruso está dispuesto a cooperar en la investigación.
La embajada rusa reaccionó de una manera más fuerte, denunciando “reportajes mediáticos que dan la impresión de una operación planificada de las fuerzas especiales rusas que es absolutamente falsa”, y respondió directamente a Boris Johnson: “Lamentamos que en lugar de dar una declaración oficial y apropiada, el Secretario de Estado para Relaciones Exteriores eligió amenezar a Rusia con un castigo”.