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Tras el fallecimiento de la reina Isabel II este jueves, su hijo, el príncipe Carlos, asumió el trono de manera automática. Con la llegada del nuevo monarca, Gran Bretaña también recibe a una nueva reina.
Se trata de Camila Parker Bowles, esposa de Carlos, y quien desde hoy es reina consorte. Camila, que hasta hace horas llevaba el título de duquesa de Cornualles, ya había recibido la bendición de la fallecida Isabel II para ser reconocida de esta manera, aun cuando muchos pensaban que sería princesa consorte.
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El pasado febrero, en un mensaje dirigido a todas las naciones de la Commonwealth, Isabel II manifestó que “era su mayor deseo” que cuando su hijo mayor asumiera el trono “Camila sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio”.
¿Qué es una reina consorte?
Como el heredero natural de la Corona es Carlos (quien ha decidido llamarse Carlos III), será él quién lleve las riendas al coronarse como rey. Mientras que el título de reina consorte que ahora ostenta Parker Bowles se acerca más a la definición de “esposa del que reina”. Esto quiere decir que no comparte los poderes políticos y militares de su esposo ni su soberanía.
Isabel II, por su parte, tenía el título de reina (a secas) porque accedió al trono tras la muerte de su padre, Jorge VI. A diferencia de Parker, era ella quien gobernaba, a la vez que su esposo Felipe era príncipe consorte. Felipe ostentó el título de Duque de Edimburgo, más no llegó a ser rey.
Una historia de años con el príncipe Carlos
Camila Parker Bowles, de familia aristócrata, era cercana al rey Carlos desde la década de los sesenta, cuando ambos rodeaban los 20 años. Camila Shand, como solía llamarse antes de casarse, disfrutaba de las carreras de caballos, practicar esquí y estar en eventos de la alta sociedad, en los que solía ser vista con el heredero a la Corona británica. La amistad entre ella y Carlos luego se convirtió en un breve romance que no se concretó en boda.
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En 1973, la joven se casó con el militar Andrew Parker-Bowles, con quien tuvo dos hijos. Por ese entonces seguía siendo amiga del príncipe, quien se casó en 1981 con Diana Spencer, Lady Di, en una fastuosa boda que le dio la vuelta al mundo.
La amistad entre Camila y Carlos se mantuvo durante su matrimonio con Diana y muchos sugirieron que el príncipe seguía enamorado de Parker-Bowles. Finalmente, el matrimonio entre Carlos y Diana llegó a su fin en 1996, en medio de rumores de infidelidad que la propia princesa de Gales llegó a confirmar con la frase “éramos tres en mi matrimonio”, que dijo en una entrevista a la BBC y con la que apuntaba directamente a Camila.
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Mientras tanto, Camila llevaba una vida familiar y se dedicaba a actividades de la nobleza rural como montar a caballo e ir de cacería. Se separó de Parker-Bowles en 1995 y tras la muerte de Diana en 1997 se le empezó a ver en público nuevamente con el príncipe de Gales. La pareja mantuvo su romance de manera discreta hasta 2005, cuando anunciaron su compromiso y la reina Isabel II les dio su bendición.
Camila y Carlos contrajeron matrimonio en la que fue la primera ceremonia civil de un miembro de la familia real de Inglaterra. Ella tenía 57 años y él 56.
Pese a la impopularidad que llegó a tener entre los británicos durante los primeros años, medios locales apuntan a que el apoyo de los hijos de Carlos, Guillermo y Enrique, y de la fallecida reina Isabel II han ayudado a suavizar la llegada de Camila a la familia. Y desde hoy, al cargo de reina consorte.
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