Jean-Luc Mélenchon, el líder que revitalizó a la izquierda francesa
Ha aspirado tres veces a la presidencia de Francia. No lo ha logrado, pero en el camino ha consolidado algo casi tan importante e influyente: unir y activar a la izquierda, que este fin de semana logró frenar el ascenso que se daba por hecho por parte de la ultraderecha.
Sin éxito, ha intentado tres veces llegar a la presidencia de Francia. Sin embargo, en esas derrotas ha cosechado victorias que parecen haber alcanzado una nueva cumbre este fin de semana. Hablamos de Jean-Luc Mélenchon, de 72 años, líder de la izquierda más radical en Francia, que tras el ascenso de Emmanuel Macron en 2017 logró dar un nuevo aire a dicha orilla política por medio de su colectividad, Francia Insumisa.
La unión que ha ido consolidando la izquierda fue clave en la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia este fin de semana, cuando el Nuevo Frente Popular, la coalición conformada, entre otros, por el Partido Socialista, los Ecologistas, el Partido Comunista Francés y Francia Insumisa, junto con la coalición Juntos de Macron, logró imponerse por encima de la extrema derecha de Marine Le Pen.
La alianza de izquierdas obtuvo 182 escaños en la Asamblea Nacional, lejos de los 289 que se necesitan para una mayoría absoluta. La alianza de centro de Macron se hizo con 156, mientras que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que lucía triunfadora tras los resultados de la primera vuelta, quedó en tercer lugar, con 143.
“El presidente debe convocar al Nuevo Frente Popular para que gobierne”, reclamó Mélenchon tras su victoria. Sin embargo, Macron no se ha mostrado muy abierto a esa opción y, por el contrario, le pidió al primer ministro Gabriel Attal, quien anunció su renuncia el domingo, que se quede en el cargo al que llegó a comienzos de este año.
¿Quién es Jean-Luc Mélenchon?
De ascendencia española e italiana, hijo de un trabajador del servicio postal y de una profesora de primaria, nació en Tánger, actual Marruecos, en agosto de 1951.
Se mudó a Francia a los 11 años de edad, estudió filosofía y empezó a participar en política desde muy joven. A los 25 años, se afilió al Partido Socialista, y desde los años 80 ha ocupado distintos cargos como senador y diputado en Francia, así como en el Parlamento Europeo.
Reconocido por ser un espontáneo orador, en cuyos discursos defiende la necesidad de redistribuir la riqueza que está concentrada en pocas manos, se separó del Partido Socialista en 2008 tras considerarlo muy condescendiente con las empresas. En 2016 fundó Francia Insumisa y en 2022, de nuevo contra Macron, se presentó a las elecciones presidenciales, por tercera vez.
Admirador de Hugo Chávez, es acusado de populista por sus críticos, algo con lo que no parece tener problema. En entrevista con El Espectador en 2022, al ser consultado sobre cómo logró unir a la izquierda francesa en torno a su figura, contestó: “No fue alrededor mío, fue una estrategia larga. Primero definimos una línea y un programa concreto de medidas de ruptura controlada con el sistema, no solamente en su forma capitalista antisocial, sino también en su forma productivista antiambiental”.
Y prosiguió: “Nos inspiramos en el llamado ‘populismo latinoamericano’, al que se refería Ernesto Laclau, el teórico político posmarxista argentino. Buscamos renovar el pensamiento de izquierda en términos de métodos y llegar a algo distinto de lo que promueve la izquierda clásica, que se encerró en el pensamiento del siglo XIX e inicios del XX”.
Allí mismo, insistió en el deterioro institucional que, considera, azota al continente europeo y defendió que la democracia es necesariamente anticapitalista.
Como resumió Bloomberg, que informó sobre la caída del euro tras los resultados del fin de semana, la alianza de izquierda “ha prometido un importante aumento del gasto público, un impulso al salario mínimo y una reducción de la edad de jubilación, medidas que provocarían un importante enfrentamiento con la Unión Europea. El Instituto Montaigne estima que las promesas de campaña del Nuevo Frente Popular requerirían casi 179.000 millones de euros (194.000 millones de dólares) de fondos adicionales al año”.
“Y ahora, Mélenchon se ha convertido una vez más en alguien a tener en cuenta. Aunque la alianza de la que forma parte no tiene los votos necesarios para gobernar en solitario, es probable que exija a Macron nuevos compromisos de gasto para formar un nuevo gobierno”, analizó el medio especializado.
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Sin éxito, ha intentado tres veces llegar a la presidencia de Francia. Sin embargo, en esas derrotas ha cosechado victorias que parecen haber alcanzado una nueva cumbre este fin de semana. Hablamos de Jean-Luc Mélenchon, de 72 años, líder de la izquierda más radical en Francia, que tras el ascenso de Emmanuel Macron en 2017 logró dar un nuevo aire a dicha orilla política por medio de su colectividad, Francia Insumisa.
La unión que ha ido consolidando la izquierda fue clave en la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia este fin de semana, cuando el Nuevo Frente Popular, la coalición conformada, entre otros, por el Partido Socialista, los Ecologistas, el Partido Comunista Francés y Francia Insumisa, junto con la coalición Juntos de Macron, logró imponerse por encima de la extrema derecha de Marine Le Pen.
La alianza de izquierdas obtuvo 182 escaños en la Asamblea Nacional, lejos de los 289 que se necesitan para una mayoría absoluta. La alianza de centro de Macron se hizo con 156, mientras que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que lucía triunfadora tras los resultados de la primera vuelta, quedó en tercer lugar, con 143.
“El presidente debe convocar al Nuevo Frente Popular para que gobierne”, reclamó Mélenchon tras su victoria. Sin embargo, Macron no se ha mostrado muy abierto a esa opción y, por el contrario, le pidió al primer ministro Gabriel Attal, quien anunció su renuncia el domingo, que se quede en el cargo al que llegó a comienzos de este año.
¿Quién es Jean-Luc Mélenchon?
De ascendencia española e italiana, hijo de un trabajador del servicio postal y de una profesora de primaria, nació en Tánger, actual Marruecos, en agosto de 1951.
Se mudó a Francia a los 11 años de edad, estudió filosofía y empezó a participar en política desde muy joven. A los 25 años, se afilió al Partido Socialista, y desde los años 80 ha ocupado distintos cargos como senador y diputado en Francia, así como en el Parlamento Europeo.
Reconocido por ser un espontáneo orador, en cuyos discursos defiende la necesidad de redistribuir la riqueza que está concentrada en pocas manos, se separó del Partido Socialista en 2008 tras considerarlo muy condescendiente con las empresas. En 2016 fundó Francia Insumisa y en 2022, de nuevo contra Macron, se presentó a las elecciones presidenciales, por tercera vez.
Admirador de Hugo Chávez, es acusado de populista por sus críticos, algo con lo que no parece tener problema. En entrevista con El Espectador en 2022, al ser consultado sobre cómo logró unir a la izquierda francesa en torno a su figura, contestó: “No fue alrededor mío, fue una estrategia larga. Primero definimos una línea y un programa concreto de medidas de ruptura controlada con el sistema, no solamente en su forma capitalista antisocial, sino también en su forma productivista antiambiental”.
Y prosiguió: “Nos inspiramos en el llamado ‘populismo latinoamericano’, al que se refería Ernesto Laclau, el teórico político posmarxista argentino. Buscamos renovar el pensamiento de izquierda en términos de métodos y llegar a algo distinto de lo que promueve la izquierda clásica, que se encerró en el pensamiento del siglo XIX e inicios del XX”.
Allí mismo, insistió en el deterioro institucional que, considera, azota al continente europeo y defendió que la democracia es necesariamente anticapitalista.
Como resumió Bloomberg, que informó sobre la caída del euro tras los resultados del fin de semana, la alianza de izquierda “ha prometido un importante aumento del gasto público, un impulso al salario mínimo y una reducción de la edad de jubilación, medidas que provocarían un importante enfrentamiento con la Unión Europea. El Instituto Montaigne estima que las promesas de campaña del Nuevo Frente Popular requerirían casi 179.000 millones de euros (194.000 millones de dólares) de fondos adicionales al año”.
“Y ahora, Mélenchon se ha convertido una vez más en alguien a tener en cuenta. Aunque la alianza de la que forma parte no tiene los votos necesarios para gobernar en solitario, es probable que exija a Macron nuevos compromisos de gasto para formar un nuevo gobierno”, analizó el medio especializado.
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