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Millones de personas en el Reino Unido se están saltando las comidas por culpa del aumento de los precios en el Reino Unido, según indicaron encuestas publicadas por el Congreso de Sindicatos (TUC) y la organización de protección al consumidor Which?. La subida en el costo de vida dejó la inflación interanual en más de 10 % el mes pasado.
Según el informe de Which?, la mitad de los hogares británicos redujeron el número de comidas, de acuerdo con una encuesta realizada a unas 3.000 personas. Una proporción similar dijo que es difícil comer sano en comparación a antes de la crisis, y opta por platos ya preparados para reducir su uso de gas o de electricidad.
El Congreso de Sindicatos (TUC), por otro lado, señaló que una de cada siete personas está saltándose las comidas por el aumento del costo de vida, citando una encuesta realizada por Opinium. En casi 50 distritos electorales de todo el país, el registro es más grave. En zonas como Birmingham Ladywood, Dundee West o Glasgow, una de cada cinco personas estaría saltándose las comidas por la subida de precios.
“Esta encuesta deja al descubierto la emergencia del costo de vida en Gran Bretaña. Las facturas de alimentos y energía se están disparando, pero los salarios reales se están desplomando”, dijo la secretaria general del TUC, Frances O’Grady.
Otro dato interesante que arroja la encuesta de Opinium y el TUC es que la porción de personas que se saltan las comidas es la misma para las personas que trabajan y las que no, con un 14 %. El 44 % de los encuestados aseguró que tiene que reducir el gasto en alimentos.
“Sabemos las presiones a las que se enfrenta la gente con el aumento de los costes, por lo que estamos apoyando a las personas con sus facturas, incluidos los hogares vulnerables que reciben £1200 en pagos directos, además de la garantía del precio de la energía”, aseguró O’Grady.
Según los números presentados por Which?, el 80 % de las personas encuestadas dicen tener dificultades económicas. Muchas empezaron a privarse de todo capricho para comprar tan solo lo esencial. La energía es la otra preocupación. Según la encuesta de Opinium, más de la mitad de los británicos están recortando la calefacción, el agua caliente y la electricidad en la reducción del costo de vida, y uno de cada 12 ha dejado de pagar una factura del hogar.
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La asociación británica de defensa de los consumidores ya había advertido el miércoles que millones de hogares británicos corren el riesgo de entrar en situación de pobreza energética y, por lo tanto, de no poder calentarse este invierno. Esto se presenta luego de que el nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, redujera considerablemente la duración del límite a las facturas energéticas.
Hunt anuló gran parte de las medidas presupuestarias anunciadas a finales de septiembre por su predecesor Kwasi Kwarteng, que combinaban ayudas masivas para las facturas energéticas de los hogares y para las empresas con recortes fiscales generalizados.
Financiadas con deuda en pleno aumento de la inflación y sin cuantificar, las medidas desencadenaron una tormenta en los mercados. Hunt también recortó las ayudas energéticas a los hogares a seis meses en vez de dos años, ante el disparo de los precios del gas en un año, especialmente desde la invasión de Ucrania por Rusia.
Pese a que la situación política sigue siendo caótica, los mercados se mostraron más tranquilos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el regreso a la “disciplina presupuestaria”, en un momento en que acecha la recesión.
Sin embargo, la desconfianza en el gobierno es enorme. Según un sondeo de YouGov, solo uno de cada diez británicos y uno de cada cinco electores del Partido Conservador tiene una opinión favorable de la primera ministra, Liz Truss.
A dos años de las próximas elecciones parlamentarias, la oposición laborista aventaja claramente a los conservadores en los sondeos. Seis diputados de su partido ya han exhortado públicamente a Truss a que deje el cargo, pero a falta de un sucesor claro, los conservadores son reticentes a lanzarse en un nuevo y desgastante proceso para designar un líder.
Con un 10,1% anual en septiembre, la inflación británica es la más alta de los países del G7, y la más alta en cuarenta años.
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*Con información de AFP
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