La familia del colombiano Frank Ospina, que el pasado marzo presuntamente se suicidó en un centro de detención de inmigrantes adjunto al aeropuerto londinense de Heathrow, ha asegurado a la BBC que éste había implorado ayuda y que estaba dispuesto a volver a Colombia.
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La cadena pública británica menciona el caso de Ospina, que murió apenas un mes después de ser detenido mientras esperaba su deportación, en un reportaje sobre las condiciones en los centros de inmigrantes del Reino Unido, en un momento en que el Gobierno conservador endurece su política migratoria. Estos centros son instalaciones en las que se retiene a las personas a las que se les ha negado del derecho de permanecer en territorio inglés. Allí permanecen hasta que puedan devolverse a su lugar de origen.
Según la emisora, Ospina, de 39 años, era un licenciado en ingeniería que había llegado al Reino Unido a finales de 2022 para visitar a su madre, que residía en este país, con la intención de mirar posibles universidades.
El ingeniero optó por inscribirse en un curso de Máster en España y, mientras esperaba su inicio el siguiente mayo, aceptó un empleo puntual lavando platos. Como no tenía permiso de trabajo, fue detenido en una redada de agentes de inmigración el 3 de marzo y llevado al centro de detención de Heathrow.
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Su hermana Tatiana y su cuñado Julián Llano, que viven en Chile, dicen a la BBC que, tras su detención, su salud mental se deterioró rápidamente, hasta su aparente suicidio el 25 de marzo. Cuando la madre de Ospina lo visitó, afirmó que este tenía dificultades para comunicarse y un “estado de salud mental débil”, que el colombiano nunca había presentado antes.
“Mi hermano era ingeniero civil y se graduó en la mejor universidad pública de Colombia”, declara la hermana. “Era trabajador y muy inteligente. Lo llevaron al límite de la cordura”, afirma.
Tratando de solucionar su situación migratoria, Ospina llamó a la OMG Bail for Immigration Detainees. El asesor que lo ayudó dice que el colombiano estaba preparado para ser expulsado bajo el esquema de retorno voluntario y dijo que podía pagar su propio pasaje para irse. Sin embargo, en el centro de detención lo pusieron bajo “supervisión constante” y cada vez que preguntaba sobre su salida, “lo presionaron diciéndole que él se iba a quedar ahí”, asegura su hermana.
“A la gente que se quiere ir, no le dan un pasaje. A los que no se quieren ir, tratan de deportarlos”, dijo una de las personas detenidas en el mismo centro que Ospina cuando habló con la BBC.
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La BBC ha tenido acceso a documentos internos del sistema de inmigración del Reino Unido, obtenidos por las organizaciones Liberty Investigates y Medical Justice, que indican que hay una creciente frustración entre los detenidos en esos centros debido a los retrasos en la resolución de sus casos, que además están teniendo un impacto muy negativo en su salud mental. Recientemente se publicó un informe sobre los abusos del personal del centro de migrantes Brook House a las personas detenidas.
Según un reporte que recibió la BBC sobre las evaluaciones de Medical Justice a 66 detenidos entre junio de 2022 y marzo de 2023, hay 64 casos de deterioro en la salud mental de los migrantes. La doctora Rachel Bingham, quien hace parte de la ONG, explica que esto se da por el ambiente de “estilo prisión” en el que están, sujetos a la incertidumbre por no saber cuándo saldrán.
Los ministros de Reino Unido tienen como prioridad el control de la migración, por lo que han endurecido sus políticas migratorias. De acuerdo con el gobierno, continuarán “ayudando a aquellos con necesidades genuinas”, pero las organizaciones de derechos humanos han criticado repetidas veces los centros de detención migratorios.
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