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El primer ataque del año de Ucrania contra las tropas dirigidas por Moscú ha sido, hasta ahora, el más letal en casi un año de conflicto. Una serie de bombardeos ocasionaron la muerte de 89 personas, cifra que inicialmente era de 63 soldados rusos.
Así lo confirmó el Ministerio de Defensa ruso a través de Serguéi Sevriukov, teniente general del ejército. En un video difundido por la cartera castrense, Sevriukov informó que “el número de nuestros camaradas muertos sube hasta 89″.
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En el mismo video, Sevriukov explicó que la estrategia para que el ataque planificado desde Kiev se ejecutara fue “el uso de los teléfonos móviles”. De acuerdo con la agencia rusa TASS, el contacto entre los soldados ubicados en Makéyevka con sus familiares en Año Nuevo fue clave para que pudieran ser geolocalizados.
Hasta ahora, las cifras oficiales rusas han confirmado que sus tropas han sufrido más de 5.937 bajas, según informó el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu. Cabe añadir que esta cifra es seguramente mucho mayor, puesto que el último informe de balance de pérdidas militares de parte de Moscú fue en septiembre de 2022.
La ofensiva ucraniana se llevó a cabo con un sistema lanzamisiles HIMARS, arma entregada por Estados Unidos al gobierno de Volodímir Zelensky para perpretrar ataques de largo alcance.
Reportes inconclusos
Mientras que el Ministerio de Defensa ruso ha confirmado 89 soldados muertos y varios vehículos destruídos, las versiones desde Kiev hablan sobre una cifra mucho mayor. A través de Telegram, el Departamento de Comunicaciones Estratégicas del Ejército Ucraniano habla sobre un saldo de “más de 400 muertos y 300 heridos”.
Uno de los motivos que, supuestamente, causaron tales daños en las tropas rusas fue la ubicación de munición militar en el mismo lugar que los soldados se alojaban.
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Los efectivos rusos estaban en una “zona de alta concentración” en un edificio escolar que era utilizado como cuartel. Los estrategas rusos consideraban esta institución educativa como “una instalación de despliegue temporal” en Makéyevka, territorio ocupado por Putin que se localiza al este de Donetsk. Este lugar es considerado como uno de los bastiones que controlan los separatistas prorrusos desde que iniciaron sus luchas contra Ucrania desde 2014.
“Hasta 10 vehículos militares de todo tipo fueron destruidos”, informó la agencia AFP.
Reacciones desde Rusia
El ataque ha despertado críticas por la forma en que Rusia está enfrentando la guerra. El corresponsal de guerra ruso, Alexander Kots, se preguntó por qué se sigue instalando unidades militares en hoteles, albergues y escuelas.
“¿Qué conclusiones sacarán? ¿A quién castigarán?”, dijo, citado por la AFP, Mijaíl Matvéyev, un diputado comunista por Samara, región de la que serían oriundos varios de los soldados fallecidos y a quienes en distintas ciudades de Rusia se les ha rendido homenajes.
Por su parte, la población civil rusa llevó a cabo un homenaje en Samara, centro de Rusia. Cerca de 200 personas se reunieron para rendir honores a las decenas de militares muertos por el ataque ucraniano.
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