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Rusia llamó el jueves 4 de agosto a la “moderación” después de nuevos actos de violencia entre el ejército de Azerbaiyán y los separatistas de Armenia en el disputado enclave de Nagorno Karabaj, en la cordillera del Cáucaso.
“Estamos sumamente preocupados por la escalada de las tensiones (...) y hacemos un llamamiento a las partes para que den muestras de moderación y respeten el alto el fuego”, indicó la diplomacia rusa en un comunicado.
Moscú precisó estar en “estrecho contacto” con ambos países.
“Los soldados rusos de mantenimiento de la paz están haciendo todos los esfuerzos necesarios para estabilizar la situación sobre el terreno. Se está trabajando activamente con ambas partes (...) a todos los niveles”, aseguró la diplomacia rusa.
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Azerbaiyán afirmó el miércoles que había tomado el control de varias posiciones y destruido objetivos armenios en Nagorno Karabaj, durante una escalada que causó al menos tres muertos y reavivó el riesgo de una guerra.
El jueves, el primer ministro armenio, Nikol Pachinian, pidió ayuda al personal de mantenimiento de la paz ruso.
“En Nagorno Karabaj hay una línea de contacto en la que se despliegan efectivos de mantenimiento de la paz, y este territorio está bajo su responsabilidad. Esperamos que el contingente de mantenimiento de la paz impida cualquier intento de violarla”, subrayó en una reunión de su gobierno.
Según Pachinian, la operación de mantenimiento de la paz debe “aclararse”, porque Azerbaiyán se niega a firmar “un documento sobre el mandato” de esta fuerza rusa desplegada desde noviembre de 2020.
También pidió a Azerbaiyán que cumpliera “sus obligaciones”, es decir reconocer “la existencia de Nagorno Karabaj”, respetar la línea de contacto y reconocer el “corredor de Lachin”, que une el enclave separatista con Armenia.
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