Un mes de la invasión rusa en Ucrania: lo que no se podrá olvidar de esta guerra
Casi 1.000 civiles han muerto en medio de los ataques, mientras la infraestructura sanitaria prácticamente se ha convertido en objetivo. Los posibles crímenes de guerra que no cesan y quedarán para la historia.
En la madrugada del jueves 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció en televisión una “operación” especial en Ucrania; en sus palabras, el objetivo es “desmilitarizar” el país y detener el “genocidio” en las regiones de Donetsk y Lugansk. Casi de forma simultánea a la alocución, empezaron los ataques con misiles en suelo ucraniano. En la capital, Kiev, sonaron las alarmas antiaéreas, mientras cientos de miles de personas en todo el país empezaban un éxodo que se extiende hasta el día de hoy.
Se podría decir que la invasión tomó al mundo por sorpresa, pero realmente la posibilidad de un ataque de este tipo fue advertida durante semanas, antes de la ofensiva, por países de Occidente, como Estados Unidos, que manifestó en repetidas ocasiones su preocupación y rechazo frente al despliegue de tropas rusas, unos 150.000 hombres, en la frontera con el país vecino.
Tan solo tres días antes de la invasión, el reconocimiento por parte del Kremlin de la autonomía de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en conflicto desde hace ocho años, sería apenas un abrebocas de una violenta escalada que no se veía en suelo europeo por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial.
Hasta el momento, se ha reportado la muerte de casi 1.000 civiles, aunque la cifra puede ser mucho mayor, según la ONU. Otras 1.500 personas han resultado heridas.
En la madrugada del jueves 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció en televisión una “operación” especial en Ucrania; en sus palabras, el objetivo es “desmilitarizar” el país y detener el “genocidio” en las regiones de Donetsk y Lugansk. Casi de forma simultánea a la alocución, empezaron los ataques con misiles en suelo ucraniano. En la capital, Kiev, sonaron las alarmas antiaéreas, mientras cientos de miles de personas en todo el país empezaban un éxodo que se extiende hasta el día de hoy.
Se podría decir que la invasión tomó al mundo por sorpresa, pero realmente la posibilidad de un ataque de este tipo fue advertida durante semanas, antes de la ofensiva, por países de Occidente, como Estados Unidos, que manifestó en repetidas ocasiones su preocupación y rechazo frente al despliegue de tropas rusas, unos 150.000 hombres, en la frontera con el país vecino.
Tan solo tres días antes de la invasión, el reconocimiento por parte del Kremlin de la autonomía de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en conflicto desde hace ocho años, sería apenas un abrebocas de una violenta escalada que no se veía en suelo europeo por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial.
Hasta el momento, se ha reportado la muerte de casi 1.000 civiles, aunque la cifra puede ser mucho mayor, según la ONU. Otras 1.500 personas han resultado heridas.