¿Un premio anti-Putin-? Los Nobel, a la sombra de la guerra en Ucrania
Los premios Nobel de este año serán entregados entre el 3 y el 10 de octubre con el conflicto entre Rusia y Ucrania de fondo.
La entrega de premios Nobel suele ser una ocasión de celebrar la paz y a los benefactores de la humanidad, pero este año tendrá lugar, a partir del lunes, con el conflicto de Ucrania causando estragos en el corazón del Viejo Continente.
Desde la Segunda Guerra Mundial, ningún conflicto entre Estados había tenido lugar tan cerca de Oslo y Estocolmo, las dos apacibles capitales en las que se atribuyen los famosos galardones filantrópicos (de medicina, física, química, literatura y paz) desde hace más de 120 años, además del reciente premio de economía.
El Nobel de la Paz, que se atribuirá el 7 de octubre y que suele ser uno de los más comentados, tendrá un eco particular este año, según los expertos.
“Lo más probable es un premio que vaya en apoyo de las instituciones que recaban información sobre crímenes de guerra”, declaró a la AFP el profesor sueco Peter Wallensteen, especialista en cuestiones internacionales.
¿Un pronóstico de buen augurio para la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya? ¿O para los investigadores del portal Bellingcat?
El periodo para presentar nominaciones (este año hubo 343) terminó el 31 de enero, antes de que empezara la invasión de Ucrania, pero los cinco miembros del comité Nobel están autorizados a incluir nombres en la lista durante su primera reunión, que tuvo lugar a finales de febrero.
¿Un premio anti-Putin-?
“Algunos piensan que no atribuir el premio sería el mensaje más fuerte sobre la situación de los asuntos internacionales”, comentó Wallensteen.
El comité Nobel noruego, el jurado que decide quién gana el premio Nobel de la Paz, puede dejar ese puesto vacante si considera que nadie es digno de recibirlo, algo que hizo por última vez hace 50 años.
Un posible premio anti Vladimir Putin podría recaer en el opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni, o en la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya.
El año pasado, el galardón fue atribuido a una de las bestias negras del presidente ruso, el periodista Dmitri Muratov, que lo recibió junto a su colega filipina Maria Ressa. El galardón pretendía ensalzar la libertad de prensa.
Según los pronósticos, este año el premio también podría ser otorgado a la organización anticorrupción Transparency International, a la activista sueca contra el cambio climático Greta Thunberg o a otras figuras destacadas de la defensa del medio ambiente como la sudanesa Nisreen Elsaim o el ghanés Chibeze Ezekiel, así como al naturalista británico David Attenborough.
Si bien hay una “crisis de seguridad mundial”, con Ucrania, pero también con Taiwán, “quizá haya llegado el momento de que el comité se enfoque en la crisis medioambiental”, consideró por su parte Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo.
Pero ¿podría un premio como el de literatura, en principio menos politizado, llevar un mensaje implícito contra el Kremlin? La rusa Ludmila Ulitskaya, que ha aparecido en las quinielas de los últimos años, podría acabar llevándose ese galardón a casa, según los críticos consultados por la AFP.
Otros que llevaban tiempo en la lista de favoritos, como la estadounidense Joan Didion, la británica Hilary Mantel o el español Javier Marías, murieron este año y no podrán, por tanto, suceder al británico de origen tanzano Abdulrazak Gurnah, distinguido el año pasado.
Pero ¿seguirá la Academia sueca premiando a autores poco conocidos por el público -como tampoco lo era Louise Glück, ganadora del Nobel de Literatura en 2020- o optará este año por premiar a algún nombre famoso?
La estadounidense Joyce Carol Oates, el japonés Haruki Murakami y los franceses Michel Houellebecq y Annie Ernaux suelen figurar en las apuestas.
“Es más difícil que nunca adivinarlo, cuando uno piensa que el año pasado, nadie a parte de los miembros de la Academia había pensado en Gurnah”, señaló Jonas Thente, crítico de diario sueco Dagens Nyheter.
Tanto él como otros mencionaron al húngaro Laszlo Krasnahorkai, a los estadounidenses Thomas Pynchon y Don de Lillo o al dramaturgo noruego Jon Fosse como posibles premiados.
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Química “bioortogonal”
Cada año, los primeros galardones que se anuncian son los científicos (medicina el lunes, física el martes y química el miércoles). Después, se anuncia el de literatura el jueves y el de la paz el viernes. El de economía, el único que no fue creado por el famoso inventor sueco Alfred Nobel (1833-1896) cerrará la temporada el 10 de octubre.
Tratamientos contra el cáncer de mama, progresos en las biopsias prenatales o las vacunas basadas en la tecnología de ARN mensajero son algunos de los campos de estudio que, según los expertos en el Nobel, podrían ser premiados en la categoría de medicina.
Además, los usos revolucionarios de la luz en la física o los pioneros de la química “bioortogonal” también están considerados como bien situados para los otros premios de ciencias. Las ceremonias de entrega de los premios tienen lugar en Estocolmo y Oslo el 10 de diciembre.
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La entrega de premios Nobel suele ser una ocasión de celebrar la paz y a los benefactores de la humanidad, pero este año tendrá lugar, a partir del lunes, con el conflicto de Ucrania causando estragos en el corazón del Viejo Continente.
Desde la Segunda Guerra Mundial, ningún conflicto entre Estados había tenido lugar tan cerca de Oslo y Estocolmo, las dos apacibles capitales en las que se atribuyen los famosos galardones filantrópicos (de medicina, física, química, literatura y paz) desde hace más de 120 años, además del reciente premio de economía.
El Nobel de la Paz, que se atribuirá el 7 de octubre y que suele ser uno de los más comentados, tendrá un eco particular este año, según los expertos.
“Lo más probable es un premio que vaya en apoyo de las instituciones que recaban información sobre crímenes de guerra”, declaró a la AFP el profesor sueco Peter Wallensteen, especialista en cuestiones internacionales.
¿Un pronóstico de buen augurio para la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya? ¿O para los investigadores del portal Bellingcat?
El periodo para presentar nominaciones (este año hubo 343) terminó el 31 de enero, antes de que empezara la invasión de Ucrania, pero los cinco miembros del comité Nobel están autorizados a incluir nombres en la lista durante su primera reunión, que tuvo lugar a finales de febrero.
¿Un premio anti-Putin-?
“Algunos piensan que no atribuir el premio sería el mensaje más fuerte sobre la situación de los asuntos internacionales”, comentó Wallensteen.
El comité Nobel noruego, el jurado que decide quién gana el premio Nobel de la Paz, puede dejar ese puesto vacante si considera que nadie es digno de recibirlo, algo que hizo por última vez hace 50 años.
Un posible premio anti Vladimir Putin podría recaer en el opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni, o en la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya.
El año pasado, el galardón fue atribuido a una de las bestias negras del presidente ruso, el periodista Dmitri Muratov, que lo recibió junto a su colega filipina Maria Ressa. El galardón pretendía ensalzar la libertad de prensa.
Según los pronósticos, este año el premio también podría ser otorgado a la organización anticorrupción Transparency International, a la activista sueca contra el cambio climático Greta Thunberg o a otras figuras destacadas de la defensa del medio ambiente como la sudanesa Nisreen Elsaim o el ghanés Chibeze Ezekiel, así como al naturalista británico David Attenborough.
Si bien hay una “crisis de seguridad mundial”, con Ucrania, pero también con Taiwán, “quizá haya llegado el momento de que el comité se enfoque en la crisis medioambiental”, consideró por su parte Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo.
Pero ¿podría un premio como el de literatura, en principio menos politizado, llevar un mensaje implícito contra el Kremlin? La rusa Ludmila Ulitskaya, que ha aparecido en las quinielas de los últimos años, podría acabar llevándose ese galardón a casa, según los críticos consultados por la AFP.
Otros que llevaban tiempo en la lista de favoritos, como la estadounidense Joan Didion, la británica Hilary Mantel o el español Javier Marías, murieron este año y no podrán, por tanto, suceder al británico de origen tanzano Abdulrazak Gurnah, distinguido el año pasado.
Pero ¿seguirá la Academia sueca premiando a autores poco conocidos por el público -como tampoco lo era Louise Glück, ganadora del Nobel de Literatura en 2020- o optará este año por premiar a algún nombre famoso?
La estadounidense Joyce Carol Oates, el japonés Haruki Murakami y los franceses Michel Houellebecq y Annie Ernaux suelen figurar en las apuestas.
“Es más difícil que nunca adivinarlo, cuando uno piensa que el año pasado, nadie a parte de los miembros de la Academia había pensado en Gurnah”, señaló Jonas Thente, crítico de diario sueco Dagens Nyheter.
Tanto él como otros mencionaron al húngaro Laszlo Krasnahorkai, a los estadounidenses Thomas Pynchon y Don de Lillo o al dramaturgo noruego Jon Fosse como posibles premiados.
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Química “bioortogonal”
Cada año, los primeros galardones que se anuncian son los científicos (medicina el lunes, física el martes y química el miércoles). Después, se anuncia el de literatura el jueves y el de la paz el viernes. El de economía, el único que no fue creado por el famoso inventor sueco Alfred Nobel (1833-1896) cerrará la temporada el 10 de octubre.
Tratamientos contra el cáncer de mama, progresos en las biopsias prenatales o las vacunas basadas en la tecnología de ARN mensajero son algunos de los campos de estudio que, según los expertos en el Nobel, podrían ser premiados en la categoría de medicina.
Además, los usos revolucionarios de la luz en la física o los pioneros de la química “bioortogonal” también están considerados como bien situados para los otros premios de ciencias. Las ceremonias de entrega de los premios tienen lugar en Estocolmo y Oslo el 10 de diciembre.
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