Una publicación acusa a EE. UU. de volar el Nord Stream; OTAN y Moscú reaccionan
Una publicación del periodista ganador del Premio Pulitzer Seymour Hersh ha vuelto a traer la atención sobre el sabotaje de septiembre en contra del gasoducto. Según una fuente de Hersh, Estados Unidos confabuló para dinamitar la importante tubería. Washington lo niega, mientras que la OTAN y Moscú han hecho nuevos anuncios tras la publicación.
Tomás Tarazona Ramírez
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Entre tantos aviones de combate y tanques que pueden definir el futuro de la guerra en Ucrania, hay un arma que parece haber pasado a un segundo plano en la conversación: el gas proveniente de Siberia. Asediar militarmente al enemigo es una de las estrategias más utilizadas por los ejércitos, pero Vladimir Putin quiso utilizar también la energía, específicamente el gas que exporta al resto de Europa, como arma fundamental en su avanzada contra Ucrania.
El jefe del Kremlin fue denunciado de querer “chantajear” a los miembros de la Unión Europea cerrando la válvula de gas que calienta los hogares y mueve los engranajes de la industria con el fin de que no tomaran partido o ayudaran a Ucrania a defenderse. Algo que Estados Unidos detectó desde antes de la invasión, lo cual, afirma Seymour Hersh, motivó a Joe Biden, involucrando a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otros integrantes del gabinete, a “destruir” esa amenaza inminente que representaba que sus socios en Europa dependieran de la voluntad de Rusia.
Hersh, conocido como un periodista “incómodo” para “Washington, Londres” y “otras embajadas”, como mencionó Ana Iris Simón para El País, es recordado por haber “revelado otros grandes escándalos”. Entre ellos, la masacre de My Lai: el “crimen sin castigo” en que militares estadounidenses asesinaron civiles desarmados durante la guerra de Vietnam; o también las denuncias en la mazmorra de Abu Ghraib: episodio en que la Policía Militar de EE. UU. torturó prisioneros iraquíes privándolos de agua y comida.
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El periodista, que trabajó para New York Times, ahora afirma que Estados Unidos “ejecutó una operación marítima encubierta que se mantuvo en secreto […] para acabar con el gasoducto de Nord Stream”. Para esto, se habrían empleado buzos que dejaron explosivos instalados en el mes de junio, para ser detonados posteriormente en septiembre. La operación, además, habría contado con el apoyo de Noruega, según el reporte de Hersh.
Aunque Hersh fundamenta todas sus conclusiones en una “fuente anónima” con “conocimiento directo de la planificación operativa”, explicó para la agencia TASS que su fuente es “alguien que parece saber bastante de lo que hablaba”. No obstante, el trabajo en que el reportero asegura un boicot desde Washington ha sido considerado por críticos y medios de comunicación de no ser verosímil.
Por ejemplo, la revista española La Marea insistió que la publicación de Hersh “no cumple con los preceptos necesarios para ser publicada porque no aporta ninguna fuente de soporte, ni fuentes de contraste, ni pruebas documentales necesarias para hacer una afirmación del calibre […] Grandes afirmaciones suelen precisar grandes investigaciones”.
Nord Stream, la fuente de calor europea
El gasoducto de Nord Stream es una serie de tuberías que recorren el lecho marino y el subsuelo de Europa. Desde su nacimiento en los pozos de Siberia, cuatro infraestructuras de más de 1.200 km fueron “la principal vía de entrada de gas en la Unión Europea” a través del mar Báltico hasta la ciudad costera de Lubmin, en el norte de Alemania.
La obra, a cargo de un consorcio de cinco empresas en el que la rusa Gazprom tiene participación mayoritaria, nació con el propósito era generar seguridad energética para la Unión Europea en un futuro a mediano plazo. Esta infraestructura empezó a funcionar en 2011. Algo que desde su inauguración fue criticado por Estados Unidos.
Sobre el Nord Stream 2, el proyecto para ampliar el suministro hacia Alemania, Mike Pompeo, secretario de Estado de EE. UU. de Donald Trump, aseguró en su momento que se oponía “al proyecto del oleoducto”, ya que “fortalecerá la posición de ventaja rusa y hará que otros países se vean obligados a depender más de los suministros rusos”.
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Para Hersh, la administración de Biden no fue ajena a estas preocupaciones. En febrero de 2022, el representante de la Casa Blanca aseguró que, si la infantería de Vladimir Putin invadía territorio ucraniano, “ya no habrá Nord Stream […] (Desde Estados Unidos) le pondremos fin”. El 24 de febrero, 100.000 soldados rusos comenzaron su avanzada por el oriente de Ucrania.
Esto es algo que Hersh asegura, sin más sustento que el de su “fuente anónima”, motivó el inicio de un plan entre el Gobierno y otros miembros del Departamento de Defensa de llevar a cabo una “operación encubierta” para destruir los gasoductos con los que Rusia suministraba gas licuado a Europa y especialmente a Alemania.
La destrucción del gasoducto, un “acto deliberado”
El 26 de septiembre de 2022, autoridades del consorcio alertaron que un tramo de tubería frente a Noruega presentaba fugas de gas metano.
Días después, Josep Borell, portavoz de la Unión Europea indicó que el daño que presentó Nord Stream “no era una coincidencia”, por lo cual se atrevió a teorizar un “acto deliberado”.
La Fiscalía de Suecia, por su parte, encontró restos de explosivos en las inmediaciones del mar, lo que entendió como causas suficientes para hablar de un “sabotaje grave”, que hasta hoy no arroja ninguna conclusión sobre quién llevó a cabo este ataque.
Como recuerda María Sahuquillo en El País, Suecia, Dinamarca y Alemania tienen abiertas investigaciones sobre lo ocurrido.
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Funcionarios de Rusia, que tras el sabotaje fue señalada directamente por Polonia y Ucrania, denunciaron que las investigaciones se estaban realizando “a puerta cerrada” entre países de Occidente, por lo cual Dmitri Peskov, secretario de prensa del Kremlin, dijo que no había “oportunidad de realizar un trabajo in situ para llevar a cabo su propia investigación. […] Según las declaraciones que escuchamos de Alemania, Francia o Dinamarca, la investigación está ajustada a priori para cargar la responsabilidad de lo ocurrido a Rusia”.
Rusia, igualmente sin pruebas, llegó a señalar del ataque a Reino Unido.
Ahora, en la publicación de Hersh, el reportero alude a que fue Estados Unidos el responsable principal de la voladura del gasoducto.
De acuerdo con su fuente un grupo “ultrasecreto” de personalidades en Estados Unidos idearon el plan para destruir Nord Stream. En este plan, el reportero asegura que se vinculó a la CIA, a miembros de las fuerzas aéreas y la Marina estadounidense.
La Casa Blanca argumentó que las aseveraciones de Hersh son “completamente falsas” y además parecen ser “ficción”, según aseguró Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad de la entidad.
En todo caso, la publicación ha vuelto a trae la atención sobre este episodio. Tanto que este miércoles la OTAN anunció la creación de una división especial encargada de vigilar y proteger infraestructuras críticas, como el Nord Stream.
Moscú, por su parte, anunció que pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para el 22 de febrero con el fin de abordar las explosiones en el gasoducto Nord Stream en pasado mes de septiembre, una solicitud que se da luego de la publicación de Hersh.
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