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Como una escritora talentosa que dedicó los últimos meses de su vida a trabajar por la justicia en su país será recordada Victoria Amelina, la escritora ucraniana que falleció en la noche del domingo debido a la gravedad de las heridas que sufrió durante el bombardeo ruso contra un restaurante en la ciudad de Kramatorsk (este).
Aquella noche del 27 de junio Amelina se encontraba en compañía de los colombianos Héctor Abad Faciolince, escritor; Sergio Jaramillo, excomisionado de Paz (quienes habían ido a Ucrania a presentar la campaña “Aguanta Ucrania”), y Catalina Gómez Ángel, corresponsal para varios medios de comunicación en Ucrania y Oriente Medio.
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“Ucrania perdió otra más de sus personas valiosas e inteligentes, capaces de transmitir la realidad de lo que está ocurriendo”, reportó precisamente Gómez Ángel para Radio Francia Internacional (RFI). Con su fallecimiento, el número de víctimas mortales por el ataque ascendió a 13.
“Con nuestro dolor más increíble, les informamos que la escritora ucraniana Victoria Amelina falleció el 1.° de julio en el hospital Mechnikov, en Dnipro”, escribió la organización de artistas PEN Ukraine.
Amelina nació el 1.° de enero de 1986. Se graduó de la Universidad Politécnica de su ciudad natal, Leópolis. Publicó su primera novela, The November Syndrome, or Homo Compatiens, en 2014 y, como recuenta The Kyiv Independent, su obra ha sido traducida a varios idiomas, entre esos inglés, polaco, italiano, español, alemán, croata, holandés, checo y húngaro. Su primera novela en español se publicó en mayo: Un hogar para Dom.
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Con el inicio de la invasión rusa a Ucrania, Amelina volcó sus esfuerzos a denunciar las injusticias que ocurrían en su país. Se formó como investigadora de crímenes de guerra y adhirió a la organización de derechos humanos Truth Hounds.
The Kyiv Indpendent reportó que Amelina estaba trabajando en su primer libro de no ficción, titulado War and Justice Diary: Looking at Women Looking at War, que trata sobre las mujeres que documentan crímenes de guerra rusos.
Como contó Gómez Ángel para RFI, Amelina se unió a último momento al grupo de Jaramillo y Abad Faciolince, pues quería visitar las zonas más afectadas en el este del país y despedirse, antes de irse para París. La escritora se había ganado una beca y se preparaba para irse a vivir a esa ciudad durante un año, junto con su hijo, de cuyo cuidado quedaron a cargo la tía y la madre de la escritora.
“En París, iba a dedicarse a hacer investigaciones y a terminar un libro que estaba escribiendo sobre los crímenes de guerra, dedicado a las memorias de quienes, como ella, están haciendo esa labor de documentar todos los crímenes grandes y pequeños que se han cometido en Ucrania”, escribió Gómez Ángel.
“Mientras se lea a un escritor, está vivo”, escribió Amelina en el prólogo del diario de su colega Volodímir Vakulenklo, un escritor de libros infantiles que fue secuestrado y asesinado por las fuerzas rusas durante la ocupación de Járkov. Fue la propia escritora quien encontró el diario enterrado en la casa del autor.
“Vika. Escritora. Documentadora de crímenes de guerra. Mi amiga. Seria, sensible, activa. Exigente de sí misma. Amable con los demás. Ella siempre quiso hacer aún más. Realizó misiones de campo, escribió textos, habló en festivales internacionales y pidió justicia. Sabía que no podía cambiar esta guerra sola, pero definitivamente sin sus esfuerzos nada cambiaría”, escribió sobre Amelina la nobel de paz Oleksandra Matviichuk.
El martes 4 de julio y el miércoles 5, tanto en Kiev como en Leópolis, se llevarán a cabo encuentros para despedirla. Su funeral será el miércoles, en su ciudad natal.
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